Para el profesional que trabaja e investiga dentro del campo de la niñez y la adolescencia le es importante conocer el cómo el niño desde su nacimiento ha establecido sus relaciones interpersonales: primero con sus padres, luego con hermanos y poco a poco con su familia en general, aprendizaje que será la pauta para construir sus futuras relaciones en el mundo externo a la familia: escuela, amigos, trabajo, noviazgo.
Al llegar a la escuela primaria, seis o siete años, el niño inicia el alejamiento de la influencia parental, y en la medida que avanza en su ciclo escolar, su mirada va más hacia sus compañeros de clase y amigos como fuente de afecto, de aprobación y de apoyo. Afecto emocional que se gana a diferencia del afecto emocional familiar que se da por sentado. El obtener el afecto emocional de amigos y compañeros dependerá de la capacidad emocional y social del niño aprendida dentro del seno familiar. Para muchos investigadores la amistad entre los niños les imprime hábitos de por vida en la relación con los demás, a la vez que un sentido de autoestima casi igual al que se obtiene con los padres.
En los casos en lo que el niño carece de amigos o de la aceptación de sus pares, en especial durante la etapa de la primaria, carga con cierto sentido de incompleto, de insatisfacción a pesar de obtener logros en lo cognitivo.
Desarrollo de la habilidad para hacer amigos:
I.- Etapa egocéntrica:
Entre los tres y siete años, los niños definen a sus amigos como otros que emprenden actividades similares o son simplemente niños que están cerca. Un mejor amigo es con frecuencia el que vive más cerca. Son amigos a los que “usan”: tienen juguetes que les interesa o alguna característica especial. Etapa egocéntrica en la que inician amistades más que responder a ellas, consideran que los amigos piensan como ellos y se ofenden o rechazan a un amigo en el juego si esto no es así.
2.-Etapa de satisfacción de necesidades:
Entre los cuatro y nueve años, los niños se muestran interesados ya en la relaciones más que en su egocentrismo. Valoran al amigo no tanto por lo que tiene sino por lo que es, pero aún buscan amigos que les satisfaga una necesidad específica: comparten juguetes, o comida. La amistad empieza a ser muy importante y se la pasan más con los amigos a estar solo. Más aún se les dificulta el mantener una amistad estrecha.
2.-Etapa de reciprocidad:
Se inicia entre los seis y doce años y se caracteriza por una necesidad de reciprocidad e igualdad. El niño ya considera ambas características en una amistad, buscan la equidad, comparan a sus amigos sobre quién hace qué y para quién. Por esta necesidad de reciprocidad las amistades durante esta etapa se dan por pares, los grupos son en realidad redes de pares del mismo sexo.
4.-Etapa de intimidad:
Se presenta entre los nueve y doce años, y es cuando ya están preparados para entablar verdaderas amistades íntimas. Se interesan por la persona, por su bienestar. Para muchos investigadores del campo, esta etapa es la base para poder establecer relaciones íntimas en el futuro, y para aquellos niños a los que se les dificulta formar amistades íntimas en la pre adolescencia y adolescencia, no podrán lograr verdadera intimidad en su adultez, dado que con una amistad a cualquier edad de la niñez es compartir información personal, sucesos o sentimientos privados, base para el desarrollo de relaciones satisfactorias. Es cuando “la mejor o mejor amiga/o” está para apoyar y escuchar.
El aprender a tener amistades y el saber conservarlas es uno de los requisitos importante para una vida sana.
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si los amigos son los hermanos k no tuvimos!