Aprender de vinos va más allá de los placeres sensoriales que nos genera el beberlos, es sorber la historia de una región atrapada en una botella. Es un arte cuyo secreto para descubrirlo es disfrutarlo, se trata de tener los sentidos y la mente abiertos para empaparlos con los aromas, las sensaciones y los secretos de cada sorbo.
Para enamorarnos de los vinos, Hermitage nos ofrece el ambiente más chic, con todos los elementos, especialistas y con la más fina selección de vinos. Su variedad de servicios se enfoca en todas las necesidades, ya sea con sus cursos específicos para aprender bien desde un inicio o para ampliar el conocimiento; con programas de capacitación en vinos y destilados; con catas de vino; con maridajes de vino y gastronomía, música, literatura, magia, moda o arte; con eventos privados dirigidos por un sommelier, con alimentos y ricos vinos; y por supuesto, con un exclusivo Club del Vino, donde los socios tienen acceso a diversas etiquetas y a las mejores experiencias al estilo Hermitage.
Además, en Hermitage nos deleitan con eventos mensuales en los que se abordan distintas temáticas, así, la de este mes se enfocó en descubrir etiquetas distantes regiones vinícolas como Bulgaria, Creta, Bosnia, Portugal y diferentes regiones de Francia. Con esta fina selección de vinos, los asistentes fuimos parte de un viaje guiado por los sabores del terroir, de los procesos y de las uvas de cada una de las regiones, gracias a estos eventos y a sus vinos, descubrimos los sabores del mundo, la historia de cada región y lo más emblemático en sus procesos de producción.
Los reconocidos sommeliers Laura Santander y Miguel Cooley, son los expertos que han convertido a Hermitage en un templo donde el vino es el protagonista. Aquí se cuida cada detalle para garantizar una experiencia sublime, y es por ello que todos los vinos y bebidas son servidos exclusivamente en copas Riedel, diseñadas para que el elixir resalte en todo su esplendor. Al servir los vinos en estas copas, una suave sucesión de sensaciones se presenta, desde el sonido que hace el líquido en contacto con el fino cristal, pasando por los vibrantes colores que se aprecian a través de la transparencia perfecta de la copa, hasta el bouquet y el sabor exquisito que resaltan gracias a las formas específicas de cada copa.
Servidos en copas Riedel, guiados por los mejores sommeliers y con vinos de Climats y Club del Gourmet, el evento especial de Hermitage se transformó en una reunión de amigos, unidos por el amor a los placeres de lo bien hecho, que saben que disfrutar de una buena copa es sinónimo de curiosidad y de explorar un mundo de sabores y aromas que quizás nunca habíamos encontrado antes.
@hermitage_mx
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