‘A sense of place’, un sentido de lugar, es la filosofía de Rosewood Hotels, esta increíble cadena hotelera que trae a la vida la cultura y tradiciones de cada destino. La historia de Rosewood Hotels comenzó en 1979 cuando una mansión histórica en Dallas, Texas, se transformó en un aclamado restaurante y hotel de clase mundial, The Mansion on Turtle Creek, cuyo éxito fue el modelo para todos los hoteles y resorts Rosewood posteriores. La ambición fue crear una colección distintiva de hoteles lujosos de estilo residencial: cada propiedad ofrecería un ambiente y estilo únicos, en los que la ubicación, la cultura, la historia y la geografía se convertirían en parte del tejido del hotel.
Rodeados de cultura, historias y tradiciones, en el bello Rosewood nos salpicamos de magia con el colorido de los callejones empedrados de San Miguel de Allende, la arquitectura de sus casonas antiguas, museos y bellos restaurantes.
Muebles tallados a mano, techos con vigas de madera, arcos artesanales y colores que reflejan los ricos tonos de la ciudad acentúan la experiencia hedonista que nos esperan dentro de los gruesos muros de este icónico edificio. Inaugurado en febrero de 2011, Rosewood San Miguel de Allende fue elaborado por artesanos locales con la apariencia de la antigua ciudad, que se esforzaron por capturar la esencia de uno de los destinos más queridos de México.
En esta hermosa ciudad, personas de diferentes partes del mundo se reúnen para disfrutar de su compendio de elegancia cultural y arquitectónica, y empaparse de su personalidad contrastante y seductora, resultado de una armonía sensible entre su majestuoso pasado y su bello presente.
Famoso por su Brunch el domingo, el restaurante 1826 del Rosewood se convirtió en el centro de todo el ajetreo y bullicio de la ciudad. Con un ambiente movido pero sutilmente elegante, se ha convertido en una experiencia esencial para los amantes de la alta gastronomía.
Evocando a una gran hacienda, el diseño del hotel se inspiró en la rica historia y la auténtica arquitectura colonial de su ubicación. Itinerantes exposiciones de arte se mezclan con el glamour y lujo de antaño que permanece vivo y perfectamente bien preservado en espacio únicos y auténticos, un bello homenaje a la increíble ciudad de San Miguel de Allende.
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