Entre los días 5 a 10 de junio de 1967, 26 de Iyar y 2 de Sivan de 5727, se desarrolló la tercera guerra entre el Estado de Israel y sus vecinos, la que es denominada en hebreo Milejemet Sheset Haiamim (la Guerra de los Seis Días), también conocida en la historiografía como la Guerra de Junio de 1967.
En esa época el Estado de Israel sufría numerosos enfrentamientos fronterizos, en especial en la región lindera con la Meseta del Golán, pues el ejército sirio atacaba con artillería a los kibutzim y demás poblaciones allí establecidos.
El presidente de Egipto, Gamar Abdel Nasser, estableció una coalición árabe integrada junto con los gobiernos de Jordania, Irak y Siria, de la cual era su líder, y a mediados de mayo de 1967 decidió, en forma unilateral, exigir a la ONU el retiro inmediato de la fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas (UNEF), fuerzas internacionales en la península del Sinaí que controlaban la frontera egipcio-israelí desde la finalización de la denominada Crisis de Suez, en 1957.
Una vez cumplida esa exigencia, Nasser desplegó tropas egipcias en su lugar y bloqueo el estrecho de Tirán, impidiendo que naves israelíes y de otros países ingresaran al Golfo de Akaba y arribaran en el puerto de Eilat. Si bien estos hechos fueron motivo de críticas por parte de los principales países de Occidente, éstos no hicieron nada para remediarlo, mientras que el bloque soviético apoyaba las medidas tomadas.
A su vez, los principales medios periodísticos árabes, en especial los noticiosos radiales, trasmitían mensajes en los cuales amenazaban con destruir al Estado de Israel y “tirar a los judíos al mar”. Ante esta situación, el gobierno israelí liderado por el primer ministro Levi Eshkol decidió que no podía esperar ser atacado por las tropas de la coalición árabe, cuyos ejércitos lo superaban ampliamente en la cantidad de hombres, tanques y aviones, y ordenó atacar a los egipcios, especialmente a su fuerza aérea, cuando sus aviones estaban mayormente en tierra.
La respuesta de los ejércitos árabes fue inmediata e Israel debió soportar ataques en todos sus frentes, excepto en la frontera con El Líbano. Tzahal, el ejército israelí, fue respondiendo cada ataque siguiendo un plan determinado.
Después de seis días de intensos combates en tres frentes, las fuerzas israelíes conquistaron el desierto del Sinaí, la Franja de Gaza, Judea, Samaria, los Altos del Golán y liberaron íntegramente Jerusalem, reunificando la ciudad luego de 19 años de estar dividida, durante los cuales se impidió a los judíos acceder al Kotel Hamarabí, el denominado Muro de los Lamentos.
Durante esta contienda bélica 776 soldados israelíes perdieron la vida en combate y ocho fueron capturados, los que fueron repatriados a cambio de prisioneros tomados por las fuerzas israelíes.
Como consecuencia de la Guerra de los Seis Días, los países del denominado “Bloque Soviético”, liderado por la URSS, rompieron las relaciones diplomáticas que mantenían con el Estado de Israel e, junto con los países árabes, impulsaron la aprobación de varias resoluciones que condenaban al Estado Judío y lo urgían a devolver los territorios que pasaron a estar en su poder en la Naciones Unidas.
Por su parte ocho países árabes se reunieron en Sudán, donde acusaron a Estados Unidos y Gran Bretaña de haber colaborado con los israelíes. El primero de septiembre de 1967 firmaron una resolución conjunta, conocida como la “Resolución de Jartún”, que en su punto tercero estableció tres “no” respecto a las futuras relaciones con los israelíes: no a la paz con Israel, no al reconocimiento del Estado de Israel, no a las negociaciones con Israel.
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