Greta es una bella mujer; su cuerpo ágil y esbelto le
niega al tiempo su efecto que nos hace envejecer.
Greta soñó que caminaba a la orilla del mar, las espumosas
olas mojaban sus pies…
En su sueño, la acompañaba Dios; a medida que caminaban, como en una película su vida retornaba del pasado hacia adelante…
Había en la película escenas de alegría, momentos de verdadera felicidad. Se veían también los días la mayoría comunes y corrientes…
No faltaron los momentos amargos, también los más amargos, días de luto, pensamientos de suicidio, de vacío y desesperanza…
Greta desde el principio advirtió sus huellas sobre la fina arena a la orilla del mar así también las huellas de Dios a su caminando juntos…
A medida que la película de su vida pasaba por todas sus etapas, ella notó que en los momentos tristes, difíciles, angustiosos en la arena a la orilla del mar, solo había dos huellas…
Con tristeza y desconcierto se volvió ha Dios que caminaba a su lado:
Señor le dijo una vez me prometiste que en los momentos de miedo, angustia, tristeza, estarías a mi lado, me ayudarías para no caer.
En mis momentos de desesperanza solo veo mis huellas mi dolor, mi tristeza, mi desesperanza…
El Señor bajando su voz le contestó.
Hija mía, esas dos huellas que ves son las mías…
Porque en esos momentos te tuve que cargar…
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