Indiferencia ante la situación personal y mundial

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Desde que comenzó la pandemia desde hace más de un año, fue una noticia grave ya que el año 2019 se veía mal en varios aspectos, pero en definitiva el 2020 dio el golpe final a una serie de eventos que parecían que nos dirigían hacia una guerra mundial. En lugar de eso llegó algo tan pequeño e invisible que fue y es algo a lo que no estamos acostumbrados a luchar contra lo que no se ve.

Al principio como suele suceder en el mundo era algo en China, o en lugares lejanos, después como cualquier peste se fue acercando hasta que dejó de ser algo ajeno y se depositó en nuestro país en nuestro vecindario en nuestras familias y amigos. Entonces, sólo entonces lo tomamos en serio. ¿Por qué tenemos esa actitud de indiferencia hasta que toca nuestras puertas?

Ha pasado más de un año y sorprendentemente las vacunas salieron antes de lo que muchos pesimistas decían que iban a tardar 10 o 15 años en hacerse.


Y muchos países comenzando con Israel que fue el primero en vacunar a la mayoría de su gente fuera quién fuera: se les vacunó con una estrategia que de hecho varios países de primer mundo le pidieron asesoría. Eso fue un logro extraordinario y aplaudible. Pero no todos los países ni los de primer mundo reaccionaron tan rápido ni la gente reacciona ante la importancia de vacunarse.

En nuestro querido México pasa lo contrario: no hay estrategia, no hay deseo de salvar vidas lo mas pronto posible y hay 0 empatía hacia el desafortunado, y los contagios y las muertes se apilan y el gobierno, y mucha gente de nuevo: con una indiferencia ante el dolor humano.

¿Por qué pasa esto?, se le puede echar la culpa a los chinos, a no cerrar fronteras o a lo que sea. Lo que sí es que no ha habido una reacción en común de ayuda por el bien mayor, o sea por toda la gente. Cada quién ve por si mismo y nada más. No digo que todos, pero sí muchos.

Esto es tan preocupante como la pandemia misma: es una plaga que ataca el alma y nuestro sentido de humanidad hacia los otros.

Hay una frase que se la he escuchado a cualquier número de gente que por cierto a mucha la conozco y la consideraba más empática y es una frase que me taladra la conciencia y me apena: “Bueno, ¿a ti que te importa mientras no te afecte a ti?”. Es increíblemente inhumano decir algo así, sobre todo: nosotros. Cuando sabemos claramente que, si algo nos afecta, termina afectando a los demás tarde que temprano.

¿Por qué decir algo así entonces? Porque YA NO nos importa. Porque el tiempo por ejemplo de la pandemia a sido tan largo que ha vuelto a mucha gente insensible. Y una gran mayoría salieron sin cubrebocas cuando no era solo por ellos, esta enfermedad le hablaba también a nuestra conciencia a el sentido de corresponsabilidad humana y civil de los unos con los otros. Pero: ¿Qué importa?, “mientras a mí no me dañe”.

A mí me afecta porque tengo un hijo de 27 años que está en un hospital público entubando y con un riesgo de contagio infinitamente mayor que el de los demás por obvias razones y trabaja dos o tres turnos para seguir recibiendo gente casi en calidad de muertos. Pero al resto de la población en una mayoría (insisto no todos), no parece importarles, ya se le resta la importancia. Cuando México es el país en el ranking mundial de médicos muertos en el mundo. Es una vergüenza y eso nos atañe a todos, hasta a los chavos que salen creyendo que no se enferman y terminan siendo portadores para sus padres o abuelos, ¿pero que importa?, ¿acaso importan los médicos del servicio público, las enfermeras, camilleros y los que recogen los cuerpos?: No.

Porque “no me afecta a mí entonces que importa”. Es una frase llena de ignorancia y de falta de inteligencia.

Ahora ocurre que supimos que en India están también en una situación desolada y sólo somos observadores. Se puede hacer mucho y más si realmente somos creyentes y confiamos en D´s. Pero todo empieza con las acciones: acciones de cuidado propio y hacia el prójimo, si creemos realmente entonces hacer Tefilá con la creencia que todo va a cambiar porque nosotros estamos cambiando.

Ahora a unos días que empezara la situación de los ataques en contra de Israel y como siempre el mundo condena a el Estado judío como nazi, como asesinos, homicidas, etc. Lo que les encante decir para no creer nunca que como judíos hemos pasado a través de los siglos por una cantidad innumerable de desgracias, precisamente por eso no podemos decir: “a mi que me importa mientras no me afecte”.

Esto es un llamado a nuestra propia conciencia a ver dentro de nosotros si hacemos realmente el bien no solo por nosotros y nuestras familias sino por: el otro, por el ajeno por la otra persona, porque siempre termina pegando alguna situación y repercute en el resto del mundo.

En un cambio de 180 grados: se vienen las elecciones en México más importantes de la historia y de nuevo: ¿Qué vamos a hacer? ya no es el año 2018 donde vimos un abstencionismo histórico. Ahora es tiempo de sacudirse la flojedad, “él no me importa: total siempre hacen trampa”.

Es hora de como en todo lo que he hablado tomar acciones para nosotros y para los demás: es un deber humano, es un deber cívico, es un deber moral, salir de una zona de confort en la que están paralizados tantos.

Es hora de actuar y dejar frases tan involutivas como: “mientras no me pase nada a mí”. No vivimos en los tiempos del obscurantismo en la Edad Media: ¿dónde sólo había una mentalidad sombría, infructuosa e improductiva? ¿dónde no había la posibilidad de tener pensamiento libre? Estamos en el siglo XXI en el año 2021 y ¿seguimos pensando cómo antes?, no lo creo.

Creo que hay mucha gente que quiere y hace cosas para bien y con el deseo de ayudar. Pero estamos abrumados con tantas cosas que es difícil de procesar. Aun así, debemos adaptarnos y crecer no solo en la parte tecnológica sino en la que más se demerita y se le resta la importancia: en el sentido de humanidad.

Hagamos acciones reales de ayuda en lo que podamos, de forma diaria, tratando de ver con optimismo y esperanza que todo va a mejorar. Aunque parezcan demostraciones y acciones pequeñas nada es así es el hecho de hacer algo para bien de todos.

Oremos los que creemos que eso también tiene una función enorme. Cuidémonos unos a otros. Debemos abolir y suprimir esa indiferencia y ese pesimismo que llena el alma. Son tiempos de empezar a vivir como realmente debemos de hacerlo todos: Unidos, con tranquilidad y serenidad interior y buscando un beneficio para todos y con la certeza de que vamos a salir de esta situación personal y mundial pronto.

Acerca de Mary Miserachi

Estudié la carrera psicología para poder ayudar a las personas, siempre he tenido un sentido de vocación hacia los demás. Además de que me gusta mucho el aspecto espiritual ó profundo del ser humano.Quiero ayudar a las personas a que alcancen su potencial, asesorándolos en lo que necesiten. Apoyando sus fortalezas. Me gusta la idea de ejercer mi profesión donde se conjugue el gusto por la gente. Puede ser por medio de: seminarios, talleres, pláticas, artículos, etc. para que las personas en lo personal y/ó en el trabajo logren sus objetivos y se superen.

4 comentarios en «Indiferencia ante la situación personal y mundial»
  1. La empatía está en todo no me importa el otro y hago lo que quiero sin pensar en los propios que puede uno perjudicar
    siempre culpar a alguien de lo qué pasa y sacar su odio como en el caso del terrorismo contra Israel.

    Muy buen artículo

    Responder

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