“En un mundo hipertecnologizado y en crisis, el saber no es sinónimo de mantener la fuente de trabajo y urge encontrar soluciones porque hay que seguir yendo al supermercado”, afirma Marcelo Kisilevski, periodista argentino e integrante del movimiento de Indignados en Israel que a fuerza de esta experiencia -que también tomó relevancia en Estados Unidos y Europa- acaba de publicar su primer libro ‘El Secreto del Segundo Pilar’.
El autor considera que “la patronal ha entrado en la Era Post Industrial y el ciudadano debe prepararse para ingresar a la Era post Salarial”.
En los países que viven la crisis que parió al movimiento de los Indignados, Kisilevski considera que “hay trabajo para todos; lo que ya no hay para todos son puestos fijos”. Y por eso cree que si sigue desapareciendo el Estado de bienestar, “el emprendedorismo es la manera de desarrollar nuevas habilidades ligadas a la capacitación permanente y el marketing personal para ofrecer los servicios que hacen falta”, explicó.
“Para quien pierde su trabajo, ello debe significar un cambio de paradigma en la manera de abordar su economía; y para quien lo mantiene, o vive en países como los latinoamericanos -donde no apareció masivamente la necesidad de crear movimientos de ‘Indignados’- el emprendedorismo resulta útil para recurrir a la responsabilidad permanente en capacitación, iniciativas y actualización para mejorar los aportes a las organizaciones o evitar la posible pérdida de la fuente de trabajo”.
El autor también se encargó de aclarar que las soluciones “no son únicas, corresponden a los países en crisis y mis propuestas son para aquellas personas que tienen 45 años o más, que no tienen tiempo para esperar soluciones y siguen seleccionando desesperadamente avisos en los clasificados de los diarios”.
“Vivimos en sociedades que no modifican sus programas de estudio y que expulsan a sus ciudadanos de los mercados de trabajo convencionales”, explicó.
Esta diferencia entre un sistema que sostiene al “empleo como única vía legítima y segura de sustento y los cambios sociales vertiginosos, es el nicho en el que se producen las crisis en las que los ciudadanos necesitan resolver sus problemas más rápido que los gobiernos pueden hacerlo”.
“Pasar del paradigma de empleado al de autónomo implica un cambio de cómo y desde dónde interpretar el mundo, en particular el laboral. Y el principal obstáculo cultural para que la gente abra un emprendimiento propio, luego de haber sido asalariado durante toda una vida, se resume en su cultura y su concepto de seguridad”, afirma.
Para Kisilevski, hay que “saber descifrar las nuevas claves que propone el mundo”, agrega que el empleo -en esta situación- “puede ser una seguridad ficticia”, y que hay “que adquirir herramientas para enfrentarse con la situación de no empleo”.
Por eso, dice, “mi libro intenta explicar que no todo está perdido, y que si se cambia de visión, la nueva era puede ser vista como una oportunidad para aquellos que no se perciban como trastos arrojados al tacho de basura de la sociedad”.
Dos cosas deberían suceder de inmediato -según el autor- para empezar a resolver los problemas acuciantes: “el profesional debe empezar a verse como un dador de servicios para varias empresas, clientes u organizaciones, y los estados deben hacerse cargo del desfasaje cultural entre el mercado laboral y el sistema educativo”.
Para Kisilevski, ello implica un cambio en ese mismo sistema educativo, en el que el emprendedorismo deje de ser un programa piloto o experimental y se convierta en un contenido obligatorio. “Deben incluirse materias como concepción de negocios, marketing, comunicación, ventas, inversiones y todo lo que nos falta cuando nos hemos dedicado sólo a ser buenos médicos, secretarios o, como en mi caso, periodistas”.
La propuesta de cambio sugerida por este autor se enmarca en experiencias límites como el suicidio de dos ‘indignados’ israelíes “acorralados por la desesperanza y las deudas. Todas las soluciones que plantean los estados siguen dejando a muchos caídos entre las sillas donde jóvenes y no tan jóvenes quedan sin solución y sin empleo”.
Por eso desde este tipo de escenarios, y “mientras los estados tratan de reaccionar”, ‘El Secreto del Segundo Pilar’ plantea la reconversión para el autoempleo en tres etapas: primero, una descripción del cambio del mundo del trabajo; segundo, el cambio mental que debe atravesar el individuo; y tercero, una batería de herramientas para impulsar el talento o la profesión en un nuevo escenario económico.
Kisilevski agudiza su diagnóstico y afirma que “si en esta Era Post Industrial las empresas están ajustando sus funcionamientos, nadie prepara a la gente para asumir nuevos desafíos y encontrar una oportunidad ante la situación de desempleo”.
Y contrapone una idea fuerza con el siguiente ejemplo: “Los miles y miles de indignados que están protestando, porque perdieron su empleo, no ven otra salida que conseguir otro trabajo o cobrar el seguro de desempleo. Y yo digo: Si el sistema está cambiando, y los gobiernos no pueden dar respuesta porque el sistema convencional ha colapsado, ¿cómo instrumentar nuevas formas de trabajo ante la emergencia?”.
“Hay trabajo para todos. Lo que no hay para todos son puestos fijos”, se responde a sí mismo, y resolver este problema, en medio de las nuevas corrientes de politización que se vienen dando entre los jóvenes del mundo, es la orientación que propone Kisilevski.
El emprendedorismo, según este autor, es parte de una filosofía universal que debe reconvertir la cultura y la forma del trabajo.
Y para ponerse como caso testigo de su postulado, Kisilevski decidió que su libro sólo se “venderá por Internet, en español y ya se viene su versión en inglés”, en un esfuerzo editorial como emprendedor y constructor de su propio destino, a través de www.segundopilar.com.
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