Seamos realistas. Trump hizo una promesa de que México iba a pagar por una muralla en el sur del país. Sabe claramente que está en su obligación total de hacerlo una realidad, no porque haya sido un “slogan” político, sino porque su resiliencia en mantener esta postura lo llevó a diferenciarse de los débiles candidatos a la presidencia como Marco Rubio, Chris Christie, Jeb Bush, etc. Partiendo de esa premisa hay que ser sinceros. Si, Estados Unidos tiene una deuda que roza los 65 billones de dólares con México. México es el segundo mayor receptor de nuestros bienes y servicios (si, por encima de China), y sin dudas es el mercado de inversiones más efectivo y barato al que los estadounidenses podemos acceder en toda América Latina (repito, sí, por encima de Chile). Sin embargo, si, México va a verse en la obligación de pagar por la muralla. No, no estoy loco.
Tras haber sacado pecho, en su intento por levantar su imagen política, Peña Nieto ha rechazado reunirse con Trump en una acción de protesta al haber anunciado ayer en televisión nacional que México no pagará por la muralla. Sin embargo, y tras haber llegado por primera vez a los 20 mil puntos el Dow Jones tras las recién tomadas acciones (si, bastante proteccionistas del presidente) y Peña Nieto haber rechazado reunirse con Trump, el peso mexicano en solo horas cayó como una pluma lanzada desde un tercer piso. Ante esta postura de Peña Nieto, me parece que éste se olvida de que el 80% de las exportaciones de su país vienen a los Estados Unidos y que su economía depende casi 2/3 partes directamente e indirectamente de la economía estadounidense.
El gasolinazo y la reforma energética no han sido erradicados del subconsciente y la prensa mexicana. Por lo que en su intento de levantar su valentía (debido a que la visita que Trump le hizo durante su campaña le dejó mal parado y en vez de debilitar a Trump fue todo lo contrario), Peña Nieto quiere demostrar que “todo el pueblo mexicano” es uno con valor y no va a “pagar la muralla.” Sin embargo, neutraliza la idea de que es él quien en su meta por salvarse habla a nombre de “todos los mexicanos” y actúa hasta un poco egoísta ya que aunque Trump es un fenómeno que puede ser un “bullying” (de algún modo u otro para muchos) se la juega fría al tomar posturas como las antes descritas. En un principio, para ser sincero, cuando vi que Peña Nieto no se vería con Trump dije: “otro indicio más de “aislamiento” al que la prensa hará reseña.” Sin embargo, tras analizar que Trump evalúa imponer un arancel de un 20% a todas las importaciones mexicanas me di cuenta de algo: “ese Trump es más astuto que nada.” Entre esta propuesta y la renegociación de NAFTA, no me cabe la menor duda de que México se va a ver obligado por una sencilla razón: por más que se rumore que si Estados Unidos, China no le reemplazará.
Te explico. En efecto, China está penetrando el mercado latinoamericano en materia de inversión y fondos mutuos de modo increíble. Sin embargo, a todos los países que a los que ha incursionado en América Latina ha sido ya que, ó le pagarán con recursos naturales (Venezuela y Perú), ó le pagarán las líneas de crédito que dicho país adquiera con intereses por las nubes, o con una inversión en su país. Las primeras dos, ante la devaluación rampante del peso mexicano, la proyección de una contracción actividad económica de casi un 2% para 2017, la alta volatilidad en la venta de acciones en la Bolsa de Valores Mexicana y la llegada de Trump en los Estados Unidos, van a obligar a Peña Nieto a olvidar las primeras dos propuestas. Y la tercera es una utopía porque muchos no entienden que el paternalismo es la norma imperante en China para poder invertir. Recuerden algo muy importante: China tiene un modelo político-económico totalmente comunista y los grandes rascacielos y empresas que vemos, solo están en zonas libres de impuestos e inversión para empresas foráneas que el régimen chino inició al abrir su mercado con Estados Unidos bajo la presidencia de Carter. Fuera de esas zonas, que incluye áreas totalmente libres de impuestos, las restricciones contributivas son totalmente arcaicas.
Ante este panorama, no me cabe la menor duda de que si de algún modo u otro Peña Nieto no se abre a una negociación, lastimosamente perderá esta batalla y terminará pagando el muro. Créanme, Estados Unidos no es quien se aísla sino México. Perdonen si sueno un poco rudo, solo pretendo ser realista, sincero e imparcial ante este asunto. Pero esta es la realidad detrás de todo el “escándalo” del muro al que México, sino quiere caer en una recesión económica, tendrá que pagar. Recuerden que al final del día esto no se trata de dólares o petróleo, sino de oro. Y ese rey del oro no es México, sino su vecino del norte y el FMI, el cual tiene mucho oro del vecino al sur de Trump.
En conclusión, me parece que ambos líderes nacionales están jugando para las gradas políticas: uno en su afán de cumplir su promesa política y el otro lucha por su supervivencia electoral (si es que se atreve aún a seguir de un modo u otro en el ruedo político). Pero la realidad es que uno ha sido más astuto desde el día uno porque sabe que el otro líder está sin vida política y porque se aprovecha de tener el doble de activos líquidos que su vecino del sur y una economía que genera 29 trillones de dólares al año (y a diferencia de China, su deuda per cápita es menor que su PIB). Antes de irme solo le quiero decir algo al presidente Trump: si logra su cometido, asegúrese de seguir los consejos de los ingenieros de las FDI que están cercando Gaza.
Porque además de que el 40% de los inmigrantes ilegales en este país llegaron en vuelos comerciales y se quedaron tras la expiración de su visado, los que entran por la frontera ahora lo hacen a través de túneles debajo de la superficie. Si quiere ser efectivo como la muralla que se está haciendo en Gaza, debe penetrar la tierra y ser de concreto u hormigón. En el caso de que no sea así, esto será solo un “show” para la prensa y sus electores, y un gasto innecesario como al que George W. Bush nos sumió gastando billones de dólares en una “verjita” que no ha servido de nada. Y al Sr. Peña Nieto, le ruego, quizás estas posturas pueden ser acciones vistas como “anti-mexicanas, anti-inmigración, etc.” pero porfavor no critique nuestro sistema de inmigración o incluso las preocupaciones de la ciudadanía (y reconozco que estas preocupaciones han sido fusionadas con miedo) porque bien sabe usted que lastimosamente, México tiene uno de los sistema de inmigración más duros del mundo junto con Nueva Zelanda, Hungría y Australia.
En México, se le requiere a los “sospechosos” certificados de visados/residencia sin la autorización de un juez (las ciudades santuarios son una frase que quizás muchos en el gobierno mexicano ni siquiera han escuchado), se les deporta automáticamente a un inmigrante ilegal sin importar su edad (a diferencia de Estados Unidos en el que un menor de 12 años o menos no puede ser deportado) y menos del 3% de su población es catalogada como “inmigrante.” Desde mi punto de vista, ambos países (en conjunto con sus líderes) deberían de dejar el protagonismo y lograr acabar con el narcotráfico mexicano y estadounidense (el cual se nutre de la venta de armas en ferias estadounidenses en compras totalmente no reguladas) el cual afecta a ambos territorios. Y el cual sin dudas, debe ser un tema de cooperación mutua de primordialidad total. Es tiempo de que se deje a un lado la demagogia y comience la acción de aplicar la ley, de modo efectivo (como sea que la apliquen) a ambos lados de la muralla de oro.
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