Sin llegar a ser un acuerdo, lo convenido del grupo G5 (Consejo de Seguridad de las UN) y Alemania, es solo un “plan de acción”.
Se intenta evitar en que Irán agregue mayor conflictividad en la región con el juego nuclear, que le daría mayor poder y amenazaría la ya desestabilizada geografía regional.
Las sanciones que le impusieron, empequeñecieron su desarrollo y futuro, dado que se restringieron desde la compra de hidrocarburos, pasando por el oro, entre otras singularidades. Congelando incluso depósitos en bancos extranjeros. La economía se asfixiaba y el descontento popular era “tapado”…silenciado por los “Guardianes de la Revolución”.
Fue el pasado 24 de noviembre en Ginebra que se convino un “plan de acción”.
Hasan Rohaní elegido nuevo presidente iraní, marcó un claro espacio diferente en relación a su antecesor Ahmadineyad. Desde reconocer el Holocausto del pueblo judío negado por Ahmadineyad, y su convencimiento de la necesidad de priorizar el bienestar económico ciudadano y romper el aislamiento que condena al país a la marginalidad y atraso.
El Ayatola (líder supremo religioso y político)Jamenei, comenzó a ser más realista y sabe que no puede haber otra crisis como la del 2009. Resignándose el Ayatola al resultado electoral y permitir que Rohani el actual presidente, arregle el tema nuclear que Ahmadineyad impusiera en su estéril sectarismo islamista.
El pragmatismo comenzó a integrar raíces del extremismo integrista. Se alejan las menciones de querer formar un espacio islámico histórico (que llegaría hasta España) “REVOLUCIÓN ISLAMISTA MUNDIAL”, para comenzar a pensar en Irán, solo en Irán.
No se constituyen alianzas ideológicas, sino alianzas de interés iraní (Siria, Venezuela, Cuba…)
Pero ¿Cuál serán las fronteras de esa política más versátil? La seguridad nacional y el desarrollo económico son los temas sensibles y es escasamente apreciado, el tema palestino o israelí. Existen más prejuicios contra los árabes que contra los judíos. Sin olvidar que existe una comunidad religiosa judía de unos 20.000 almas. Que cuentan con un representante en el parlamento, aunque tenga prohibido solidarizarse con Israel.
La opción política iraní se constituye por necesidad más que por convicción, su negociación sobre el uranio enriquecido para obtener armas nucleares, y su renuncia parcial a la misma; constituye una gran cambio dentro de una fragilidad a futuro, dado su interna:
Guardianes de la Revolución
La derrota electoral de Ahmadineyad, no mueve el aparato integrista islámico, aunque en lo político fueron derrotados, las estructuras y cuadros de la revolución son los mismos. Es decir tenemos dos estructuras de poder “Guardianes de la Revolución” el Ayatola… que hoy aceptan este pragmatismo y mañana se pueden volver a radicalizarse.
Jamenei su líder espiritual religioso no ha dado un cheque en blanco, simplemente cedió espacio a vencer si fracasa el “plan de acción”.
Occidente
Las sanciones que se levantaron son pequeñas y nada indica con certeza que en estos seis meses de negociaciones futuras programadas, puedan cambiar la situación.
El temor no se centra en un conflicto bélico nuclear, sino en el poder estratégico y peligroso que significa. Donde, ni Israel o Arabia Saudita y menos Occidente aceptan. Las riquezas de A. Saudita siempre fueron codiciadas por Irán… Mientras Washington desea una moderación de la región sin intervención militar, ya que se intenta alejar de los conflictos armados, que han complicado al gigante del Norte.
Estamos entonces, entre los pragmatismos iraníes, y EE UU que no puede ya seguir ejerciendo solo el papel líder o de policía mundial.
Todos pierden frente a una imposibilidad de acuerdo y mucho hay a ganar si se logra.
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