Israel no será borrado del mapa y los judíos no serán exterminados

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Israel no va a desaparecer. Es la decisión que tomamos hace 63 años al fundar el Estado de Israel. Las noticias del Mundial de Fútbol ocupan la primera plana de los diarios y nos distraen por unos días de los temas acuciantes que tienen que ver con la paz o la guerra.

Muchos de nosotros tenemos motivos para estar contentos (por lo menos hasta ahora) y nos hace falta un poco de distensión. Sin embargo, no podemos abusar de ella. No se sabe cuando, no se sabe dónde, no se sabe cómo, pero todos sentimos que se vienen tiempos de guerra.

Las famosas flotillas de la paz no son más que un grupo de barcos de guerra. Esos barcos de países con los que no tenemos relaciones o incluso de algunos que ni reconocen nuestra existencia, desafían a Israel de todas las formas posibles. Quieren publicidad no sólo de su viaje sino de sus intenciones, que son romper el bloqueo a Hamás y poner a la comunidad internacional en contra de Israel. No hace falta que hagan mucho esfuerzo para ello.


La comunidad internacional en manos de quienes la manejan, ya sean políticos, gobiernos, medios de difusión o líderes religiosos, están decididamente en contra de nuestra existencia.

Algunos lo manifiestan más abiertamente, con amenazas directas, y otros lo hacen solapadamente, apoyando lo que no se puede apoyar si se usa la razón y condenando lo que no se puede condenar, salvo que haya premeditación y prejuzgamiento de todo lo que pase o vaya a pasar. Esos poderes y esas personas ya tienen un juicio de valor, ya tienen un veredicto.

Todo lo que es judío es malo, todo lo que es israelí es malo también. El antisemitismo está integrado a una comunidad mundial que tuvo sus puntos altos en Hitler, Mussolini, Franco y otros incalificables personajes. Lo que hagamos, no importa si es lo mejor del mundo, será calificado de antemano y de inmediato en la forma inversa a la realidad.

Es que nadie puede imaginar que creen lo que dicen, que están convencidos que tienen razón. Si hay algo que no funciona en esta gente es el razonamiento y mucho menos la objetividad.

En estos días preparan nuevos barcos para llegar a provocar nuevos incidentes. A pesar de que Irán parece haber desistido del que iba a partir desde sus costas, anuncia que lo harán zarpar desde los puertos de otro país amigo o socio de sus planes nefastos.

Como siempre, esos barcos de guerra no traerán soldados, eso sería mucho riesgo porque inmediatamente serían expulsados con métodos militares tradicionales, o en todo caso sería el detonante de un enfrentamiento a gran escala para el que quizás aún no se sientan preparados. Como siempre, los valientes defensores de la paz de los cementerios llenarán esos barcos con mujeres, esas que no tienen ningún derecho pero que deberán en forma obediente poner la cara por un Ahmadineyad, que seguramente no se atrevería a abordar una flotilla de este tipo.

Lo peor del caso es que a los europeos les parecerá bien, avalarán lo realizado. Y cuidado que ninguna de esas señoras se desmaye a bordo porque acusarán a Israel de haber enviado algunos gases especiales, quien sabe por qué vía o avión invisible. Israel avisó a los organizadores e incluso a las Naciones Unidas que no se les permitirá pasar bajo ningún concepto pero es seguro que lo intentarán de cualquier modo. Las intenciones no son ayudar porque si esa fuera la verdadera intención hay muchos medios para hacerlo. Provocar, sacar provecho del antisemitismo y anti sionismo creciente y dar un nuevo golpe en contra de la seguridad de Israel, dando argumentos y armas publicitarias a los terroristas sin importarles en lo más mínimo lo que ellos hicieron, hacen o vayan a hacer. Todo está permitido.

No les importa si Guilad Shalit está secuestrado hace cuatro años.

La ONU no va a hacer una declaración al respecto, no va a exigir a Hamás devolverlo con vida a su familia, no va a nombrar a ningún juez ni comisión alguna que condene la maldad manifiesta de los terroristas. Son cómplices de los terroristas, por acción o por inacción. Por acción porque apoyan permanentemente sus actos, porque sus sillas están llenas con representantes de gobiernos que apoyan el terror. Por inacción porque no harán nada que pueda favorecer a Israel, por más razón que nuestro país tenga en asunto alguno, porque mirarán para otro sitio cuando los terroristas hagan sus barbaridades y como premio le enviarán dinero, comidas, medicinas, materiales de construcción y otros que servirán para aumentar su arsenal ilegal. Estamos en un momento de inflexión donde lo que menos se ve es una posibilidad de paz.

El Gobierno turco ha dado definitivamente unvuelco hacia Irán, quiere imponer la forma de vida islamista en su país, y conoce perfectamente como se manejan nuestros gobernantes y nuestro ejército por ser hasta hace poco el aliado musulmán de Israel, algo que aprovechará en su beneficio. No creo que la población laica de Turquía esté muy contenta.

Es posible que no tengan suficiente fuerza en las próximas elecciones para cambiar las cosas, pero existe la esperanza de que haya cambios, aunque sea en forma parcial. Los países árabes moderados tendrán que tomar posición muy pronto si no quieren quedar entre dos aguas. Irán también va por ellos y por cualquiera que pretenda vivir al estilo occidental.

En estos días Arabia Saudita anunció que cumplirá al pie de la letra con las nuevas sanciones impuestas al régimen de Ahmadineyad. Eso representa una pequeña esperanza y puede ser imitado por otros. Se especula con que ha permitido descargar armamento en su territorio y también que otorgará la posibilidad de volar en su espacio aéreo en caso de un ataque israelí o americano a las instalaciones nucleares iraníes. Irán anunció estar preparado para atacar con misiles en caso de inspecciones de sus barcos por parte de los Estados Unidos. Una vez apagados los últimos gritos de gol, una vez terminados los festejos de los triunfadores, volveremos a ver la realidad que nunca dejó de ser tal. Ayer, hoy y mañana existió, existe y existirá el peligro de una confrontación, de una guerra, que esta vez puede exceder a Estados Unidos e Israel. Lamentablemente Europa estará, en el mejor de los casos, en un sitio neutral o hasta quizás participe en contra de Israel con publicidad y manifestaciones fuera de lugar. Pero Europa es para Irán el paso siguiente aunque los europeos prefieran seguir en el limbo y pensando que esto no es para ellos.

Que quede claro que los iraníes no se conformarán con agredir a Israel. Tarde o temprano sus objetivos serán los países árabes moderados, los de Europa y hasta los de América, incluso los que en forma permanente apoyan sus actos intimidatorios y permitieron su infiltración sin control. Si Estados Unidos revisa sus barcos en aguas internacionales y si las bravuconadas de su líder que amenaza con lanzar misiles se hace realidad, adivinen ustedes hacia donde se dirigirán. Israel debe estar preparado para todo.

Las cosas que hoy tienen importancia en la vida cotidiana perderán peso y darán lugar como absoluta prioridad a la defensa y a la seguridad. La población habla de la guerra como algo que puede leerse en los libros, en un diario, o escuchar y ver por la televisión. No se nota una conciencia de lo que puede pasar, aunque se diga verbalmente que eso será pronto.

En el fondo se nota una distensión que puede ser excesivamente peligrosa, suponiendo que todo sucederá lejos de nosotros. Sin embargo nuestro ejército está alerta, más alerta que nunca. Los ejercicios y las prácticas se multiplican, los soldados son alertados en forma permanente del inminente próximo peligro de una guerra y hay una conciencia general de que eso sucederá.

No hay en el horizonte otras opciones, no hay quien esté trabajando en otros caminos, y en todo caso no hay con quien transitarlos.

Así serán las cosas, pero sabremos afrontarlas desde el lugar que nos toque tanto en la vida civil como militar.

Israel no va a desaparecer, no será borrado del mapa y los judíos no seremos exterminados. Es la decisión que tomamos hace 62 años cuando se creó el Estado de Israel.

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