Más de un millón de ciudadanos que cuentan con 60 y más años han sido ya vacunados contra el covid. Comprende al 12 porciento de la población, y en menos de tres semanas recibirán la segunda dosis. Un esfuerzo que coloca a Israel en el primer lugar en el mundo; le sigue de lejos Bahrein que hasta el presente ha satisfecho al 3. 5 por ciento y Gran Bretaña con el 1.5 . Países como Estados Unidos, Rusia, la India y Brasil están hoy muy lejos de esta cobertura.
Cabe subrayar un hecho adicional. En contraste con la actitud de otros países, cada ciudadano hoy inoculado en Israel cuenta con la seguridad de recibir el complemento. Es el caso de quien escribe. En contraste, los países europeos prefieren ofrecer una masiva inoculación sin distinguir entre edades, confiando en lograr la segunda en algún incierto momento en el futuro.
Veinte dólares es el precio de la dosis producida por Pfizer; lo supera Moderna con un costo de 33. En el caso de Israel, las diversas instituciones de salud a las cuales la mayoría de la población está afiliada cubren esta suma. No es éste el caso en otros países donde cada ciudadano deberá cubrir el costo pertinente si no cuenta con un seguro en materia de salud.
Es asunto de especulaciones cómo Israel ha logrado dotarse con esta considerable suma de vacunas. Tres explicaciones posibles al respecto. Una señala el afiebrado empeño personal y político del Primer ministro Netanyahu dirigido a movilizar recursos y contactos a fin de obtenerlas con rapidez. Otra apunta a la ubicación de directores y técnicos israelíes en las más altas posiciones de las empresas que las producen. Y la última indica la excelente organización de los servicios y seguros de salud en el país que facilitan la rápida y difundida aplicación de las vacunas.
Es verosímil que la suma de estos argumentos explica este logro.
En cualquier caso no es suficiente la masiva vacunación de los sectores más sensibles al covid. El cierre parcial de la actividad comercial – incluyendo a los aeropuertos – es indispensable. Hasta el momento la ciudadanía israelí se inclina a aceptar con no pocas objeciones esta medida. Es amplia la confianza de que a partir de marzo la inquietud pública por el virus conocerá un importante alivio.
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