¿Cuántas veces no escuchamos, leemos o vemos notas de violencia que vienen del conflicto entre Israel y Palestina? ¿Cuántas veces no hemos señalado con decepción que el conflicto no tiene vuelta de hoja? ¿Cuántas veces se ha pensado que es imposible que exista paz entre israelíes y palestinos?
Lamento comentarle estimados lectores que no todas las notas le entregarán la información completa y me emociona asegurarle que no todo lo que sale de esa región es únicamente sinónimo de agresión y violencia. Para ejemplo de ello, le demostraré la siguiente nota:
El 02 de agosto el mundo entero odiaba a Israel porque un soldado despojaba a Burqan, una niña palestina, de su bicicleta y la aventaba dejándola sin funcionar. Independientemente de la causa que haya sido, no es la mejor imagen que “IDF” pueda presentar – la verdad ¿A quién le gusta ver a una niña o a un niño llorando?
Hasta ahí quedo la nota, hasta ahí quedo el marcaje y la señalización de todo Israelí como un ogro de niños palestinos, pero ¿la mayoría de los medio le dieron seguimiento a la nota? – por supuesto que no.
El 17 de agosto otra cara de Israel era presentada, pero ahora no con la presencia de tanta viralidad ni tanta motivación, esto al darse una acción totalmente a la inversa, me refiero a que un hombre llamado Sami Jolles le obsequió a la niña palestina afectada una nueva bicicleta. Jolles comento que le hacia este regalo a Burqan porque lo que le había ocurrido fue similar a un acontecimiento ocurrido a su padre en la década de los 20 en el siglo pasado cuando una banda de antisemitas en Europa arrojaba al río su bicicleta por ser judío.
Este como otros casos existen, casos aun más dolorosos no dieron más que la nota roja. Hace 2 años que ocurría una oleada violencia en la región, la cual dejo como saldo 3 asesinatos; me enfocare en lo particular en un niño palestino, Muhammad Abu Khdeir, y en un niño judío, Naftali Fraenkel. Las noticias solamente dieron de que hablar de incendios provocados y acuchillamientos, pero ¿cuánto saben en lo que derivo esta tragedia? – no se preocupe, aquí se lo comparto:
Tras los días de lamento de Naftali Fraenkel, su madre dirigió las siguientes palabras tristes y a la vez empáticas: “Ninguna madre o ningún padre deberían de pasar por lo que nosotros estamos pasando. Nosotros compartimos el dolor de los padres de Muhammad Abu Khdeir”. Tras estos acontecimientos también hubo una reunión de los padres afectados tanto de Israel como de Palestina.
Parece ser entonces que las notas para muchos medios de comunicación son únicamente el reflejo de adversidades más que similitudes, más ataques que encuentros, menor periodismo por más amarillismo. El periodismo para un servidor estimados lectores es investigar, denunciar, destacar, pero sobre todo realmente informar.
Agradezco sus comentarios en la cuenta de un servidor en twitter: @PabloQZepeda
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