Yom Kipur, el día después

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“Antes de curar a alguien pregúntale si está dispuesto a renunciar a las
cosas que lo enfermaron”
Hipócrates, llamado “padre de la medicina”(de Cos 460 a.C-370 a.C)

La pregunta del millón

No cabe duda que todos hemos rezado y nos hemos afligido en el día de Kipur, muchos al extremo de nuestras fuerzas físicas y emocionales. Y que duda hay, que incluso los judíos mas alejados se sienten algo especiales en este día. Hasta algunos son impulsados a visitar no mas sea una vez al año y pisar las Sinagogas, por diversas razones, y puede que como un rayo se les pase por la cabeza que tal vez el rumbo de sus vidas no es el correcto.
El problema de Kipur es como el título lo señala “el día después”, si existe un cambio en nuestra conducta, en particular respecto al judaísmo y las mitzvot y el estilo de nuestras vidas?

En el Majzor o libro de rezos de las festividades leemos y repetimos: “Y está escrito el que oculta sus transgresiones no prosperará, y el que abandona sus pecados recibirá misericordia”.


El problema es el cambio.

Tal como lo había planteado Hipócrates el famoso médico de la antigüedad, en su sentencia referida a las enfermedades del cuerpo, podemos encastrar por medio de la analogía el planteo judío hacia las enfermedades que tienen su base en el espíritu, defectos que afectan el alma de las personas y que requieren en muchos casos castigos (que buscamos evitar), expiación y tikunim o arreglos que estaremos obligados a realizar. O la salvación física que anhelamos y pedimos al Todopoderoso.

El problema de “este cambio” no es solo de los seculares, agnósticos, o ateos, también incluye a los propios creyentes, obvio cada uno en su nivel, tratando de obtener vida solo con el objeto de poder perfeccionarnos en el servicio a Dios.

Confesar y abandonar las faltas.

Hay pasos y condiciones que se nos imponen para poder ser rubricados en el libro de la Vida. De hecho, la mayoría buscamos obtener de Kipur estas tres cosas fundamentales en el siguiente orden: “Vida, Salud, y Sustento”. Pero el Todopoderoso condiciona su otorgamiento al uso que daremos a su préstamo. Según la perspectiva divina no es solo vida por vida, la ecuación es vida por más estudio de Torá, cumplir mitzvot o preceptos, y mejorar nuestras midot o cualidades (estas últimas nos conducirán a ejecutar actos de bondad con nuestro prójimo).

Morada frágil. Final

Para concluir, casi inmediatamente luego de Kipur viene la festividad de Sucot, que tiene el mismo mensaje de kipur, pero mutando de la solemnidad y del temor a la genuina alegría. No obstante, la Suca es una morada frágil (Dios nos saca por un tiempo de la aparente seguridad y firmeza que nos dan nuestras paredes de ladrillo), que enseña que nuestra vida es frágil, nuestra existencia es frágil.

Y aquellos que somos médicos conocemos bien a fondo esta cruda realidad, que solo el hoy y el presente es nuestra oportunidad, el pasado ya fué, y el futuro es solo una promesa.

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