“Judíos buenos y judíos malos”

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Los últimos acontecimientos en el Medio Oriente, de Israel atacando a Hamas con el propósito de detener el bombardeo sobre su población, y la reacción no solo de la mayoría de la prensa internacional, sino de personas conocidas por mí, ha ratificado la diferencia que hacen muchos no judíos entre ‘judíos buenos’ y‘judíos malos’.

Los judíos buenos son los descendientes de Jacob y José que aceptaron la esclavitud en Egipto hasta que llegó un judío malo llamado Moisés a liberarlos. Judíos buenos son Jesús y la mayoría de sus discípulos que aceptaron ser crucificados sin oponer resistencia.

También judíos buenos fueron los que se dejaron expulsar de España abandonando mansamente todo lo que poseían; también lo fueron los cientos de miles condenados por la Inquisición e igualmente los 6 millones que murieron durante el Holocausto y los 800,000 que fueron expulsados más recientemente de los países árabes.


Judíos malos son todos aquellos que defienden a sus semejantes y que no se dejan matar fácilmente cómo lo está haciendo Israel al momento. Más bien se acusa a Israel de una respuesta desproporcionada. ¿Qué significa este término? En el colegio y luego en la universidad me enseñaron en matemáticas lo que era una proporción. ¿Debo entonces entender que desproporción es cuando no existe proporción? Usemos entonces la matemática. Si existen 14 millones de judíos en el mundo por 1,400 millones de musulmanes quiere decir que la proporción es de 1/100? ¿O más bien cuando el Estado de Israel canjea 1 prisionero judío por 1,000 terroristas árabes es esa la proporción? Vale decir 1/1,000.

¿Quiere entonces decirme las Naciones Unidas que una proporción de muertos (ya que es en esto que la ONU usa el término) sería que muertos 657 palestinos debieron morir 7 Israelíes? Pero han muerto 31. ¿Es esta la desproporción? ¿Creen acaso que debieron morir entonces 3,100 palestinos? ¿No cree el lector que más bien el usar el término desproporción tratándose de vidas humanas es criminal. Todas las vidas humanas valen lo mismo. Y uno de los principios judíos es precisamente “si salvas una vida humana estás salvando a la humanidad”.

Pero frente a esta guerra, provocada por el grupo terrorista Hamas, han salido del ropero todos los sentimientos antisemitas que estaban latentes y han encontrado el momento preciso para manifestarse. Y acusan a los judíos de todo, desde asesinos, fascistas, nazis, etc., sin importarles las masacres que ocurren permanentemente en todo el mundo que parecen no importarles porque no hay judíos de por medio.

Desde niño tuve siempre presente mi judaísmo y estoy orgulloso de serlo. Pero lo que me indigna siempre es que me digan: ‘Tú no pareces judío’ o ‘tú eres un judío bueno’. A mis padres les decían lo mismo. La rápida conclusión que saco es que si mis padres eran buenos los demás somos una mierda.

Pese a ser una de las frases más repetidas a través de la historia, “judío de mierda” está mal aplicada porque la gente que le dice a un judío esa tan mentada forma de ofender, no lo hace respecto de su judeidad, sino de los valores que el agresor considera que ese judío carece para hacer de él una persona de bien. No es lo mismo decirle a una persona “eres una mierda” que decirle “eres un judío de mierda”. Utilizando el último de estos dos improperios, se llega a una ofensa globalizada, que abarca mucho más y trata de echarle sal a la herida.

Los judíos tuvimos que salir con lo puesto de Europa porque corríamos riesgo de vida. De esa manera nací yo. Un judío de padres rumanos y abuelos de Rusia. Si mis abuelos y mis padres no se hubiesen sentido amenazados, yo no estaría vivo y hubiera corrido la misma suerte que toda la familia de mi madre. Y hubiera formado parte de los millones de ‘judío buenos’, pobrecitos que los mataron sin defenderse.

Es fácil de entender por los judíos, pero a los que no lo son, a veces les cuesta entender esa vida de trotamundos que llevamos, siempre a sobresaltos y revolcones. Un ciudadano estadounidense, negro como una pantera, en forma tragicómica definió mis orígenes- indefinibles para su cosmovisión-: “eres judío y sudamericano, te falta ser negro y tienes todas las pestes…”
Yo considero que un judío, armenio, musulmán, o ciudadano de la etnia racial que fuere, es una mierda cuando atenta contra su gente. Los judíos estamos vistos desde fuera como un pueblo solidario, en donde nos hacemos responsable por la suerte de nuestros paisanos, porque somos en el fondo una familia que como todas tiene sus honrosas excepciones.

Tarde reaccionó la judería europea cuando los alemanes en un santiamén los despojaron de su autoestima, bienestar y salud. En pocos años fueron avasallados con las Leyes de Nuremberg, la Kristallnacht, los ghettos y por último los campos de exterminio. Cuando la “Solución Final” se encontró, confinaron a mi pueblo en barrios en donde convivieron hacinados con piojos, ratas, hambre y falta de esperanza.

En esos ghettos, los alemanes -para no ensuciarse sus blancas y caucásicas manos-buscaron colaboración con algunos judíos para que les organizaran el ghetto y cumplieran a rajatabla los mandatos de la dirigencia nazi.

De esa manera mantuvieron el orden, inventariaron los bienes de los judíos, persiguieron a aquellos que intentaron evadirse y seleccionaron quién y cuándo debía morir en las cámaras de gas. Ese “judenrat” fue implacable con su pueblo, pero mientras lo aterrorizaba se veía beneficiado por placeres efímeros, una especie de hueso que el amo alemán le tiraba a los perros judíos obsecuentes… Pero inexorablemente fueron los que, a la hora de apagar la luz, tuvieron el último privilegio de bajar los interruptores, para emprender el último viaje en tren para morir en las mismas cámaras de gas, tal como aquellos hermanos que ellos mismos habían enviado anteriormente.

Esos fueron unos verdaderos judíos de mierda. Otros son los Naturei Karta, judíos fanáticos que tienen como postulado que no puede haber un Estado Judío hasta que no llegue el Mesías. Combaten a ultranza el sionismo y hacen ingentes esfuerzos para que el Estado de Israel desaparezca. Son los que se sacan fotos sonriendo con estadistas como Ahmadinejad, Arafat, etc.

Así es que quiero dejar bien claro que respeto toda clase de opiniones, ideas y sentimientos. Pero no permito que tratando de defender su antisemitismo separen los antisemitas Judaísmo de Sionismo y de Israel. Todos los judíos somos lo mismo y me enorgullezco de pertenecer a esa familia de ‘judíos malos’ o si lo prefieren de “judíos de mierda” que se han hecho la promesa de que lo ocurrido durante la historia de las matanzas innumerables que sufrimos sin defendernos no volverá a ocurrir jamás.

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