Los libros que vimos en Nueva York, en la librería de Chabad en Brooklyn fueron bastante impresionantes, sin embargo había un problema, allí no se encontraba “el eclipse”.
De hecho, no había allí ninguna constancia ni coincidencia sobre la existencia de tal libro. Los Hasidicos rieron de tal historia tanto que nos sentimos como niños de quienes se burlaban. Según ellos todos los libros Hasidicos habían sido recuperados, y ningún libro se había quedado en el olvido.
– Se los dije- reprocho Belis- A estos no les interesa más el verdadero libro. El Hasidismo de hoy en día es un negocio institucionalizado y no más que eso.
Belis nos intentaba convencer de que viajáramos a Rusia. Decía que había investigado, y que “el eclipse” si existía. Les dijo que allí tenía algunos contactos y era imprescindible viajar a Rusia a hallarlos.
– ¿Hallarlos?- pregunte.
– Ten un poco de coraje. Hazlo por tu bisabuelo- dijo Belis con una sonrisa en la cara.
Primero llegamos a 770, nos presentaron como descendientes de un gran Hasidico, y asistieron a un par de clases de Hasidut.
– El verdadero problema es de índole ontológico. Todo lo que buscamos en esta vida no se encuentra aquí, ya que desde el principio el hombre se enraízo al árbol del conocimiento, en vez de al árbol de la vida- dijo el Rab.
– Perdone me ignorancia- se atrevió a hablar Joe- Pero… ¿no era ese el programa divino?- .
– Si se refiere a arraigarnos al árbol del bien y el mal para que echemos a andar nuestro libre albedrío, la respuesta es no. No era el propósito Divino. Mientras que estemos en este nivel, en el árbol del conocimiento, no podremos vivir en paz. Nos odiaremos los unos a los otros, existirán las guerras, los asesinatos, las tragedias y catástrofes, las traiciones y venganzas, la inseguridad y el miedo. Si me lo pregunta a mi, si este era el programa Divino, la respuesta es no.
Sin embargo es parte del programa divino, para que el hombre haga consciencia y arregle sus asuntos, enderece sus caminos.
Joe y yo miramos a Belis tratándolo de aleccionar.
– ¿Entonces cuál es el programa Divino?- pregunto Belis desconfiado.
Joe y yo nos echamos una mirada cómplice sonriendo sobre la bravura de Belis.
Belis no era un tipo sencillo, era un tipo frustrado, y su matrimonio con la rusa era un enigma.
– El programa Divino- siguió el conferencista- consiste en el árbol de la vida, el árbol de la eternidad y la luz infinita. Una vida sin guerras, asesinatos, suicidios, odio, enemistades, muerte, venganzas, inseguridades. El programa Divino es la vida pura e infinita en el mayor nivel de placer. El árbol de la vida es de infinito placer.
Parece ser que la palabra “placer” puso furioso a Belis, ya que impulsivamentese levantó y salió del cuarto azotando la puerta. Nosotros no comprendimos del todo porque. O mejor dicho, ño comprendimos el porque en absoluto.
– Lo se- dijo el Rab que hablaba- sueña un tanto alejado de la realidad. Sigue atrapado en el árbol del conocimiento.
Joe salió para ver que sucedía por la cabeza de Belis. Y yo hice una expresión de curiosidad por lo que dijo el Rab.
– Lo siento- dije- ¿entonces Dios esta jugando con nosotros?- .
– Me temo que si hijo, y así continuara la existencia hasta que cumplamos con su voluntad.
– ¿Y si no cumplimos con su voluntad?- .
– Estamos destinados a una existencia distorsionada. Es como vivir en un universo paralelo.
– ¿Universo paralelo?
– Si, al Edén. Como vivir en un hotel horroroso y vacío en lugar de vivir en el hogar de uno con su mujer y sus hijos, su familia, maestros y amigos.
– ¿Quiere decir que la vida sin Tora es un hotel horroroso y vacío, no es así?- .
– Excepto que entre estos dos extremos, el paraíso y el infierno, el hogar con la familia o un hotel horroroso aparenta haber distintos niveles, aunque en realidad estos niveles, tonos de grises, son no más que una ilusión. En estos niveles se encuentra desde el Justo consumado hasta el Malvado Consumado, el Justo al que la vida le es buena, hasta el Malvado al que la vida le es mala. Y en medio, lo contrario, el nivel donde nos encontramos todos nosotros hoy en día. El Justo al que la vida le es mala, y el malvado al que la vida le es buena.
– ¿Cómo es eso posible?- .
– No sería posible sino porque el mundo esta al revés, estamos viviendo la vida, el programa divino de forma retorcida, como en rayos X, un negativo de la realidad. Tómeselo a usted como ejemplo, es un guionista de Hollywood, ¿no es así?
– Si, así es.
– Y es usted feliz?
– No lo se con certeza.
– Me refiero con su permiso a ¿sí es usted absolutamente feliz en todos los ámbitos y en todos los aspectos de su vida?
– Por supuesto que no.
– Menos mal, puesto que si usted fuera hoy en día, en un mundo lleno de oscuridad y tragedias, completamente feliz, yo llegaría a la conclusión de que es usted un malvado consumado.
– Mmjjjj…
– Verda usted joven amigo, si fuéramos según el programa de Dios, su programa verdadero, sería usted completamente feliz, puesto que no existiría el mal en absoluto. Un político americano dijo: “El hecho de que existe un poco de bien convierte a Dios en un ser sádico, ya que si únicamente existiera el mal jamás hubiéramos sabido lo que es el bien, y por lo mismo no sentiríamos nada, seríamos como máquinas asesinas, robots. El hecho de que existe el bien nos vuelve susceptibles”.
Empece a sentir que comprendía a lo que se refería.
– Ahora tome a sus dos amigos, y llévelos a descubrir la verdad, sus verdades más complejas y difíciles, torcidas y turbadas, su árbol del conocimiento, y sólo así usted encontrara el libro que busca. ¿Como lo llama usted? Ah si, el sol.
Mientras tanto Joe escuchaba la versión de Belis.
– Bamias, todo lo que hablan allí son Bamias, gastan saliva. Los religiosos siempre piensan que pueden corregir al mundo con el habla el problema es que con palabras el mal no se detiene, los asesinatos no se detienen.
– Al grano- dijo Joe- ¿porque te casaste con la rusa?¿Por ello estas aquí? ¿Porqué estas en contacto con Hasidicos?- .
– La rusa, mi mujer… la violaron cuando era niña, los malditos antisemitas. La policía secreta de países comunistas. Los Hasidicos son mis mejores aliados. Ellos le pidieron al gobierno de los Estados Unidos oponerse al régimen comunista. Allí la verdad era corrupta, se llevaban acabo actos sádicos y corruptos, ocultos. Los Hasidicos eran soldados de Dios. No como hoy en día, puros disertadores de palabras. Antes luchaban con sus propias vidas y almas, luchaban contra la corrupción del gobierno comunista, el imperio del mal. “Un mundo sin Dios, sin moral”. La moral molestaba a sus ojos. Nunca se trató de una lucha por el reconocimiento de Dios, o del libre albedrío, sino de luchar abierta u ocultamente contra los cerdos, contra la corrupción, en un nivel esencial moral.
– Vaya- dijo Joe- No sabía que tuvieras un grado de moral. Pero entonces, ¿porqué ligas a chavas estudiantes en las universidades si estas casado? ¿Y cómo es que tu mujer es tan joven? ¿Porqué nunca sales con ella? ¿Porqué no te dedicas a tu mujer, le haces el amor solo a ella y tienes hijos y formas una familia? Es decir, por algún motivo, se ve que los Hasidicos te ponen furioso.
Belis volteo la cara hacia el vacío, hacia la profundidad negra, donde habia solo una lampara encendida con un Maguen David, como buscando en este la luz. La luz es la verdad que vamos perdiendo de vista a lo largo de nuestras vidas. La verdad en los últimos años se había diluido y se había ocultado en montañas de una cultura pop. En la profundidad de aquel templo, Belis de pronto lo podía a ver de vuelta, como si viera el holograma de su corazón.
Belis guardaba un silencio reprimido y triste. De pronto dejo escuchar un gemido.
– Desde que la violaron, es incapaz de traer hijos, y debido a su trauma, es siquiera incapaz de tener relaciones.
Joe parecia sorprendido.
– Oh!
– En primer lugar, Victoria, a la que llaman la rusa, no es una simple mujer, ni siquiera es mi mujer. Es una chica judía que fue violada por grupos antisemitas en Rusia, ex- comunistas, agentes de la KGB. En segundo lugar, como dije, no es mi mujer… es mi hija.
Belis se echó a llorar, pensando en el Rebbe y en su hija. Odiaba a los puercos que mataban, asesinaban y violaban en nombre de sus dioses falsos.
Joe estaba shockeado por la revelación.
– Lo siento.
Guardaron silencio.
– ¿Pero entonces porque viniste aquí? ¿Porqué estas enfadado con los Hasidicos?
– Debemos ir a Rusia. Desde hace muchos años, prometí encontrar a los cerdos y vengarla.
Joe asintió.
– Estamos contigo.
Joe le apretó el hombro.
– Yo se donde esta ese libro.
– ¿El eclipse?- dijo Joe asombrado.
– No estoy furioso con los Hasidicos, los Hasidicos son mi hogar. Estoy enfurecido con Dios. Justo a quien le va mal en la vida, es a quien El más ama.
– Y no lo olvidé- me dijo el Rab- Si Dios nos dio a probar un poco del bien, es para que aspiremos a el en su completad y totalidad.
Sinceramente, me pareció conmovedor. Coloque mis manos en forma de meditación entre mis ojos, para ocultar una lágrima, una lágrima pesada que lleva arrastrada en mi mejilla años, desde la muerte del abuelo, y luego de mi madre.
– A su amigo Rafael lo conocemos de hace años, es uno de los hombres más compasivos y tiernos que existen en este planeta. Es uno de los más grandes soldados de Dios. Es un “elegido”. Llévelo, llévelo allí a donde el le pide. El sabe algo de ese libro, y algún día le explicaré porque. El lo guiara a donde usted necesitara ser guiado de aquí en adelante.
– Gracias- le di la mano al Rab de 770, y este me dio un beso en las dos mejillas.
Una vez más nos encontramos esperando un vuelo, en esta ocasión hacia la madre Rusia.
– Yo los llevare al libro, pero primero, iremos a cazar a algunos antisemitas.
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