La Torá enumera todas las aves que no son kasher, por ejemplo: el cuervo o el buitre.
Otra de las aves no kasher incluidas en nuestra lista es la jasidá, (cigüeña). El Talmud dice que la “jasida” se llama así porque hace Jésed, que en hebreo significa realizar actos de bondad.
En hebreo, el nombre de una cosa revela su característica esencial. El Midrash nos cuenta que el primer hombre, Adán, observó la esencia de cada animal y los nombró acordemente.
El burro, por ejemplo, se caracteriza físicamente por llevar cargas pesadas. En hebreo, burro se dice jamor –-que proviene de la misma raíz que jomer, que significa materialismo, lo cual hace alusión a que el burro (jamor) ejemplifica lo material (jomer).
Pero si la jasidá se llama así porque hace Jésed, entonces ¿por qué la Torá la considera dentro de las aves NO kasher?
Por una parte, es entendible (según lo explica Maimónides) que el cuervo y el buitre sean considerados no kasher, ya que son aves rapaces y agresivas, y es espiritualmente dañino internalizar estos rasgos de personalidad.
Pero la jasidá, en cambio, que personifica una característica deseable como es el Jésed, ¿por qué no es kasher?
Veámoslo con más detenimiento. El Talmud explica que esta ave hace Jésed “compartiendo la comida con sus amigos”.
El Jidushei HaRim explica: La generosidad de la jasidá se limita a las aves de su misma especie, excluyendo a todo el resto.
Este tipo de bondad parcial no es lo que la Torá quiere de nosotros en la práctica.
Por lo tanto, la jasidá se considera un ave no kasher.
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