Desde hace 20 años, la Ciudad de las Ideas se realiza anualmente en la ciudad de Puebla la cual, por cierto, es la segunda ciudad del país con el mayor número de universidades y, gracias a la Ciudad de las Ideas, la segunda con más visitantes con Premios Nobel.
Durante 19 años seguí la Ciudad de las Ideas, escuchando presentaciones, entrevistas, leyendo artículos y opiniones, pero este año, consciente de las dificultades financieras y logísticas que la organización tenía que afrontar decidí ir en persona a ver que sucedía ¿y bueno que les puedo decir?
Estar en Puebla durante estos días significa una alimentación precaria de café y papitas de todos los modelos y colores, poca comida, muchas emociones y una enorme carga de emociones positivas al ver tanta gente tan inteligente, capaz, exitosa, pero sobre todo motivada para mejorarse y mejorar el mundo.
Tres días de altibajos personales donde descubro que una niña (hoy de 8 años) lee desde “chiquita” a Einstein y Hawkins y se “entretiene” jugando con derivadas cuando yo, con varias décadas más de vida hago todo lo posible, eso sí, desde que era yo chiquito, por evitar las matemáticas más simples.
20 años trayendo lo más interesante del mundo a Puebla, son muchos años de trabajo, de esfuerzo y de oportunidades para quienes han participado desde lejos y más desde cerca. ¿Porque de cerca? porque ahí se siente la energía contagiosa, como las ideas pasan de uno a otro exponente y de ellos al público y del público a sus familias y acompañantes.
La ciudad se llena de energía, de buenas vibras, de gente motivada a mejorar, de ideas pero sobre todo -que era mi mayor preocupación- la ciudad y sus participantes de llenan de ideas para mejorar su vida, la de la comunidad y la del país.
Expositores que desde lejos se reconocen como distinguidos pero remotos personajes, muchos tan buenos que casi parecen de otro planeta, pero que de cerca recuperan su humanidad y con enorme humildad se incorporan a un mundo que los necesita con sus ideas y su energía.
¿Cómo resumir la experiencia?
Seguros médicos para gente super pobre; relojes para detectar alergias y salvar vidas; granjas de grillos para alimentar al mundo; máquinas para limpiar el aire; ideas para recuperar la mente y energía para retomar el camino del bienestar, pero todo esto es apenas un rasguño en la superficie del evento.
El Estado de Puebla, sus representantes, su iniciativa privada, sus habitantes en general, no solo se benefician, sino que enriquecen el evento conscientes de la posición tan especial que la ciudad y sus habitantes reciben del evento.
Para los que venimos de fuera es una oportunidad de conocer una ciudad que avanza sin temores, hoteleros que invierten con convicción e imaginación, restaurantes extraordinarios (hay que llegar un día antes o quedarse uno después para disfrutar aun más de la ciudad y sus atractivos)
No es fácil absorber tanto, suceden tantas cosas, tan rápidamente, tan contagiosamente que llega un momento en que teorías, ideas, proyectos, sueños y logros se vuelven uno y se mezclan entre sí, intercambiando nombres, confundiéndose en mi cerebro pero siempre subrayando, sosteniendo la sensación de logro, de avance, de riqueza intelectual, de la unicidad del momento y de lo positivo que puede ser el futuro a pesar de las dudas que hoy nos embargan sobre la salud del mundo en general y de la humanidad en particular.
Pero gracias a presentaciones como la de Sergio Sarmiento, que expresa dramáticamente y con enorme precisión el valor de la democracia y los peligros que confronta y nos contagia con un deseo de proteger lo que tenemos y no permitir que se pierda en las turbulencias del presente.
Ricardo Salinas subraya la importancia de repartir oportunidades y con ellas riqueza y no dejarse engañar creyendo que repartiendo limosnas repartimos riqueza, porque esta solo se genera desde el trabajo y las oportunidades no las dádivas.
Pero, con respeto a los adultos, son los niños la verdadera inspiración al demostrarnos la enorme capacidad del cerebro humano y las oportunidades perdidas por adultos con poca imaginación como por ejemplo, la niña de 8 años que juega con derivadas y que no fue aceptada en la UNAM -a pesar de tener todos sus documentos en orden- por su edad mientras que la Universidad de Arizona la recibe con brazos abiertos ¡a pesar de su edad!
Oportunidades perdidas.
Oportunidades aprovechadas.
¡Oportunidades disponibles! esto es lo que la Ciudad de las Ideas ofrece cuando esta uno ahí, platicando con otros asistentes, escuchando sus opiniones, presenciando como las ideas nos influencian.
Decir que felicitamos al Sr. Roemer por su paciencia, consistencia e insistencia hasta lograr, año tras año realizar, recuperar, reiniciar y volver a recrear este evento internacional, es solo una forma de felicitar al equipo de trabajo de decenas de personas que logran que los invitados lleguen, que los patrocinadores participen, que la atmósfera se sostenga positiva con todo funcionando como reloj, como se espera y desea de un evento de esta magnitud, hasta el grado de lograr que durante tres días, a todas horas, en todo momento, todos los baños del auditorio municipal estén limpios, estén funcionales, sin propinas, sin descuidos, sin pretextos y me van a disculpar la comparación, pero cuando un evento tiene la capacidad de lograr que todo este impecable (desde los baños públicos, hasta la presencia de los expositores) durante 72 horas sin fallas, sin interrupciones, sin disculpas este evento merece ser reconocido y usted debe hacer el esfuerzo por participar físicamente el próximo año porque por lo menos, por tres días, podrá olvidarse de los narcos, los políticos, los robos, y todo lo que nos rodea en la prensa nacional e internacional y ver brillar el cerebro humano en su máxima expresión desde niños de 8 años hasta personajes de 80 que aquí se reinventan y eso es lo mejor de la Ciudad de Las Ideas, que nos brinda la oportunidad de redescubrir nuestro potencial humano, reafirmar lo positivo en las personas y reevaluar lo ilimitado de nuestras capacidades.
Cuando la calle, la cotidianeidad, nos parece querer decir que “no se puede” que “todo es falso” “que tenemos que cuidarnos en cada momento” la Ciudad de las Ideas nos dice que no hay límite a nuestras capacidades, que todo se puede soñar y que muchos de los sueños se pueden concretar y este optimismo, esta posibilidad de recalibrar nuestros cerebros y emociones es lo que este evento nos ofrece ahora y seguramente seguirá ofreciendo en el futuro.
Gracias por darme la oportunidad de recalibrar mi cerebro, reevaluar las oportunidades que tenemos, reposicionar el futuro y conocer personajes -tanto internacionales como poblanos- que me han servido de inspiración y que me seguirán motivando por mucho tiempo.
Rigoberta Menchu, Gloria Álvarez, Danielle Citron, Sean Spicer, Guy Nattiv, Tal Ben SHahar, Benjamin Romano, El ballet de Berlín, La Orquesta Esperanza Azteca, son solo algunos de los nombres de las muchas personalidades, grupos y eventos que acompañan a la ciudad de los eventos y que hay que ver, escuchar, conocer, pensar y disfrutar en este festival de las mentes brillantes que con su brillo iluminan nuestra vida.
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