El Eterno nos agració con tres cosas mientras hicimos nuestra travesía por el desierto: Nos dio agua de un pozo que nos acompañaba, nos dio el maná y nos protegió de los elementos por medio de nubes de gloria. Estamos festejando ese último milagro. Habitamos en una sucá para conmemorar las nubes. Se ha preguntado, ¿por qué justamente celebramos este milagro y no los otros dos?
El Jidá, en nombre de otro rabí, contestó que la comida y la bebida son necesarios para la supervivencia. Entonces, si D-s nos sacó de Egipto tenía que proveernos de esto para asegurar nuestra existencia. Por otro lado, las nubes eran un extra, un regalo que no era necesario para nuestras necesidades básicas. Por eso celebramos viviendo en una sucá, agradecidos por el presente que nos dio Hashem que era de más.
Según lo expuesto, entenderemos la conexión que hay entre Sucot y Yaacob: Las tres fiestas principales del año hebreo corresponden a los tres patriarcas. Sucot es paralelo a Yaacob. Él erigió unas Sucot para su ganado, unos cobertizos. Eso demostró la importancia de hacer algo extra. Todos se preocupaban de que sus animales comieran y bebieran, Yaacob fue más allá- se preocupó de proveer un techito a sus animales. Por hacer ese extra se relacionó con esta fiesta de Sucot.
Rabí Eytan Feiner
Buena semana, feliz Sucot
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