Sin una formación profunda y académica sobre el tema que nos atañe y desde la perspectiva de ciudadano del mundo a quien le preocupa cualquier situación problemática que genere enfrentamientos en lo político, social o económico que enturbien la paz, querido amigo Antonio, paso a contestar, no sin cierto rubor ante el elenco de personalidades que has entrevistado, tu amable invitación a opinar sobre el pueblo judío:
1 – ¿Le parece contradictorio que un pueblo tan definido como el judío se haya constituido sobre unos caminos hechos al andar?
Dada la evolución y desarrollo histórico en los tiempos y sobre todo desde su retorno de la cautividad de Babilonia hasta la actualidad, podemos considerar que el pueblo judío, sinónimo de hebreos e israelitas, considerándolo un grupo propio y étnico específico unido por lazos culturales a través de su religión, la contradicción es relativa.
2 – Teniendo en cuenta que no hay pueblo como el judío que se haya constituido sobre las Escrituras como ley y mandato divino, ¿serían los profetas los primeros constructores de la historia –tal como la entendemos–no solo empujada desde atrás, sino reclamada desde delante, desde el futuro?
El futuro siempre es incierto, más cuando la configuración de un Estado se asienta en principios religiosos y no se tiene en cuenta la independencia de las acciones y funciones del estado del asunto religioso.
3– Parece que el pueblo judío, más que la reivindicación de un espacio, ha estado siempre buscando el tiempo, su Tiempo, su Historia. ¿Es también ese su parecer?
En la creación y desarrollo de cualquier estado son necesarias además del territorio,- el Estado lo requiere como condición y es determinado, mutable, conocido y con cierta delimitación – otros condicionantes: 1.- La agrupación humana, refiriéndonos a un grupo complejo, en el sentido que es un conjunto que comprende muchos otros, el Estado es una sociedad de personas naturales que constituyen el elemento humano o poblacional del mismo. 2.- Asuntos de interés común que definen una serie de materias o temas públicos, que son aquellos que interesan a toda la comunidad. 3.- Conjunto de autoridades dotadas de poder de limitación.
4- —¿No cree que la historia, en el caso de los judíos, más que una historia basada en el progreso es una historia sagrada, es una historia ucrónica de la divinidad en los hombres, de la palabra de Dios hecha escritura, una y otra vez?
Algo de ucronía puede haber, pero es un hecho tangible, constatado, que el pueblo hebreo desde sus orígenes de hombres semitas originarios de Caldea, hasta que se formaron como Estado independiente en 1948, han tenido un recorrido histórico innegable.
5 -—¿Cómo se combina según usted la depurada individualidad judía con el sentimiento de colectividad de este pueblo?
La falta de entidad territorial, la casi permanente diáspora, las dificultades a lo largo de la historia y el fuerte valor en sus creencias religiosas han hecho fortalecer un sentimiento de individualidad en cada judío inigualable y ser colectivamente un pueblo con conciencia común.
6 -—Hay una ambivalencia contradictoria entre las gentes respecto al judío. Por una parte es un pueblo respetado y temido, por otra parte hay una actitud de rechazo hacia él, que se manifiesta en expresiones populares y despectivas, por ejemplo «perro judío», «hacer una judiada», «ser un fariseo», etcétera. ¿Qué opina de ello?
Los avatares históricos han hecho que los judíos hicieran un esfuerzo desesperado por defenderse y mantener su identidad, esto conlleva un componente que en multitud de ocasiones las posturas políticas extremas, tanto de derechas como de izquierdas , han hecho florecer talantes de rechazo hacia los judíos sin considerar sus contribuciones culturales, económicas o científicas a la sociedad. Considero que las actitudes negativas, en cualquier orden de la vida, hay que rechazarlas.
7 -Existe una penetración de lo judío en lo sagrado –incluso en el pensamiento de sus prohombres más modernos y racionalistas– como temor de Dios, como acatamiento del mandato divino, como escritura sagrada. Es curiosa, ¿no cree? Esa mezcla entre racionalismo científico y acatamiento de la divinidad.
Las experiencias individuales, los sentimientos y creencias religiosas, respetables todas y cada una de ellas, están colmadas de prodigios imaginados, de enunciados del subconsciente social como apogeo y contestación existente e indudable a la insuficiencia compasiva de indagación, de choque, de emotividad y desenlace ante la incertidumbre del ocaso de la vida. Ni afirmo ni niego nada, ni soy creyente ni ateo, simplemente pienso que estamos en la vida para gozarla y procurar hacer el bien.
*ictoriano Rodríguez Dávila, maestro de escuela jubilado, en Conil de la Frontera a treinta y uno de mayo del año dos mil diecisiete. “Carpe diem”
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