La destrucción de Sodoma. Reflexión.

Por:
- - Visto 267 veces
  “Y el Eterno había hecho llover sobre Sedom y Amorá azufre y fuego, de parte del
                                            Eterno desde los cielos”.
                                                            Génesis 19-24
La maldad de 5 ciudades.
Uno de los capítulos mas intrigantes (que despierta curiosidad) de la Parashá o Capítulo semanal de la Torá en Vaiera, es la causa de la destrucción de las cinco ciudades conocidas como Sedom, Amorá, Adma,Tzevoim y Tzoar.
En el propio texto se puede ver o inferir, que la gravedad del pecado de los Sodomitas y por el cual merecieron aniquilamiento no se sustentaba en el hecho que fueran asesinos y/o violadores o pervertidos sexuales, mas bien radicaba en una degeneración moral que iremos desglosando en el segundo bloque.
Riqueza. Orgullo y egoísmo.
La riqueza material, no siempre es fuente de bendiciones. De hecho, si quienes la reciben, no saben utilizar el conjunto de cosas que poseen, especialmente dinero, bienes o cosas valiosas, y de hecho en la vida podemos apreciar cómo, familias enteras se destruyen en infinitas contiendas, en esa guerra total desatada por esos objetos cuya posesión supone una vida de gran bienestar, confort y comodidad, y es sinónimo para muchos de poder, y de dominación en particular sobre otras personas, sus vidas y sus deseos.
Desde el enfoque judío, el no agradecer la riqueza al Todopoderoso, y un uso que no devuelve lo recibido en apoyar, aunque sea en parte emprendimientos que tengan que ver con fines espirituales o de asistencia al prójimo, da como resultado un nefasto producto humano, que solo percibe, inclusive bajo variados maquillajes y formas, solo su propio ombligo, siendo esta la base para una futura aniquilación grupal o comunitaria o familiar o individual. Y de hecho también nacional.
La riqueza, que también podríamos denominar holgura, opulencia, abundancia y exuberancia, articula casi automáticamente con lo que llamamos el orgullo o la soberbia que se explica como un exceso de estimación de uno y mismo y hacia los propios méritos, por lo cual la persona pasa a creerse superior a los demás.
Para concluir este segundo bloque, la triada se completa con lo que explicamos como egoísmo que es anteponer el interés propio al ajeno. Es decir, los tres elementos quedan enganchados como vagones de un mismo ferrocarril. Siendo el último de los vagones sujeto a muchas definiciones y enfoques, por ejemplo: “egoísmo psicológico se caracteriza por decir que todos nuestros motivos remotamente se encuentran al servicio de nuestros intereses, considerando inviable el altruismo, por entender que los intereses de los otros solo se tienen en cuenta como instrumentos o disposición de nuestros fines”.
Sodoma siglo XXI
Pensar en esta historia bíblica me transporta al presente. Obvio, que no hay nada de novedoso, ya que, en todos los siglos de la historia humana, individuos o naciones enteras, por diversas sendas, o bajo diversos maquillajes han propulsado o alimentado estos rasgos, que no cabe duda separan a los seres humanos los unos de los otros, acrecentado el enfrentamiento y la rivalidad.
Las razones pueden ser variadas, en general lo entendemos como una forma de lucha por el dinero y el poder o la dominación sobre el prójimo, pero cuya raíz se conforma por esa triada mencionada en el bloque anterior.
No cabe duda, que las calamidades y las carencias y las enfermedades, por el contrario, aunque esto tiene sus excepciones, suelen estimular la solidaridad y la empatía entre las personas, ya que buscan y necesitan apoyarse mutuamente en las épocas oscuras, de miseria y de peligro.
De hecho, aún entre judíos practicantes de la Torá, pero que en ocasiones vemos una estricta observancia y amor pleno en sus integrantes, y uno entiende que esto es bueno, pero sin la práctica de las otras midot o cualidades que tienen que ver como por ejemplo, invitar a huéspedes a sus casas en Shabat o en las festividades, o manifestar un interés por el prójimo, aun encontrándose ellos mismos, en una situación de aparente y excelente confort tanto en el sentido material y espiritual, uno podría pensar, que algo se nos ha pegado de esa cualidad de Sodoma, donde el otro no tiene cabida y el único que importa soy YO, YO Y TODOS LOS MÍOS.
Es decir, cada uno desde su zona de confort, sea secular o incluso religioso y observante de las leyes, podría o podríamos caer en una especie de situación donde bajo diversas mascaras lo único que hacemos es la práctica de un egoísmo hipertrofiado y ampliado, semejando la conducta de los sodomitas del ayer.
No cabe duda, que el último lavado de agua luego de las comidas, “las últimas aguas”, antes de recitar Bircat Hamazón o las bendiciones de agradecimiento por el sustento, tienen esa finalidad, que al estar ya “Yo” saciado, no se me pegue “la sal de Sodoma”. Es decir, recuerde, que puede que haya otro que necesite golpear a mi puerta, ya que sus necesidades básicas no se encuentran satisfechas.
El problema del hombre. Final.
Habría tanto para decir, y solo para concluir, el judaísmo raigal entiende que el hombre como ADAM viene de ADAMA tierra, y que el Ietzer Hará o el mal instinto o inclinación al mal es muy fuerte en el alma del ser humano desde edades muy tempranas, y solo el estudio de las enseñanzas morales de la Torá y la práctica en especial de las buenas acciones, solo ellas pueden constituirse en el antídoto permanente frente a tendencias agresivas y en ocasiones altamente destructivas que anidan en cada interior de toda persona.
Evitar residir en lugares de gente malvada, aunque haya riqueza material, podrían evitarnos tragedias como la de la de Idit la mujer de Lot que quedo convertida en sal. Se le pego y se contagio algo de lo malo por cercanía y vecindad.
Entendiendo la naturaleza humana, tan dual y contradictoria, el Sabio Hilel en el Pirkei Avot o tratado de Padres sentencia: “¿Si no soy para mí quién es para mí? Y si solo soy para mí, ¿Qué soy yo? El sabio intenta resumir, que el ser humano debe buscar un equilibrio entre sus legítimos intereses personales y su compromiso y obligación con su prójimo.
Por otro lado, la rueda de la fortuna siempre gira, y nadie puede predecir si el que hoy presta su ayuda, necesitará en un futuro la asistencia de su prójimo.
D’os nos ha creado para que seamos dependientes y responsables los unos de los otros, siempre debemos recordar que el fuego se enciende y se eleva como el orgullo y el egoísmo, y el castigo sobre esta zona y sus habitantes, responde a esa fórmula divina de “medida por medida”.
Cada persona debe trabajar para despojarse del falso orgullo y del egoísmo que en el anida, y trabajar las cualidades de Abraham de bondad, generosidad y servicio permanente hacia el Todopoderoso y su prójimo.
Dr Natalio Daitch
Buenos Aires-Argentina

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: