Mientras algunos países avanzan en cuanto al respeto por los derechos humanos, otros han optado por una posición totalmente opuesta. A diferencia de países como Uruguay, que fue reconocido por la revista ‘The Economist’ por permitir el casamiento homosexual , en 38 países africanos, ser homosexual se ha convertido en un delito, en algunos casos castigado con la pena de muerte.
Es el caso de Uganda que en las últimas semanas ha proferido una ley sobre esta materia. El presidente del país africano,Yoweri Museveni, estampó su firma al proyecto de ley denominado ‘anti-homosexualidad’. El objetivo de esta ley es erradicar la homosexualidad en su territorio y, de esta forma, convertirse en un ejemplo para el resto de los Estados africanos.
Después de 27 años de mandato de Musenevi, Uganda ha descendido varios puntos en derechos humanos según el informe de ‘Freedom House’, al promover arrestos a opositores del gobierno y al establecer un proyecto de ley con el objetivo de prohibir actividades civiles opositoras al partido oficial: National Resistance Movement (NRM).
El origen de la polémica ley
En los últimos meses del año 2009, el parlamentario ugandés David Bahanti (miembro del grupo evangélico americano) introdujo un proyecto de ley inicial sobre la homosexualidad. Consistía en una pena de siete años de prisión por manifestación de homosexualidad, tres años por no reportar a un pariente cercano en un plazo de 24 horas, cadena perpetua a quién establezca un acto homosexual y pena de muerte a quien haya mantenido actos homosexuales en forma repetitiva, o bien, habiendo tenido relaciones con una persona siendo HIV-positiva o con una persona discapacitada.
Bahanti estudió en Estados Unidos los principios del liderazgo cristiano y los principios de Jesús. Explica el origen de la homosexualidad en Uganda como parte del neo-colonialismo, influencia desde el Oeste del mundo acusando a Europa y América de guiarla a su país, negando que haya surgido dentro de Uganda. Piensa que eliminando la homosexualidad se tendría un gobierno de Dios, proclamando que gobiernos donde es permitida la homosexualidad son gobiernos alejados de Dios y administrados por personas.
Inicialmente el presidente dio un paso al costado en la aprobación del proyecto de ley, al considerar que podrían existir otras formas de corregir este tipo de conductas. Sin embargo, al estudiar el proyecto en su profundidad, aceptó firmar a cambio de quitar la cláusula donde penaba de muerte las reiteradas prácticas homosexuales.
Tras las críticas internacionales, el 24 de febrero Museveni firmó lo que ahora es la nueva ley anti-homosexualidad en Uganda, provocando la desconformidad de varios países, sobre todo en aquellos que realizan donaciones de ayuda al país africano. A pesar de la presión internacional, Museveni declaró que Uganda es un país libre y que en varios países de África la homosexualidad está penada con la muerte, basada en la utilización de las leyes islámicas. También indicó que las personas normales fueron creadas para ser atraídas por el sexo opuesto en orden de procrear y perpetuar la raza humana.
El vocero del gobierno, Ofwono Opondo, publicó en Twitter: “Esto viene de 14 expertos médicos que presentaron un reporte sobre homosexualidad, no es genético, sino un comportamiento social”. En Uganda existen movimientos que apoyan la decisión gubernamental a favor de la ley anti-homosexualidad, tanto es así que a lo largo de fines del año 2013, se divulgó la noticia con imágenes de una persona homosexual quién ha sido quemada viva por integrantes de estos movimientos.
Posibles consecuencias
Aunque Uganda es uno de los países aliados en la lucha contra los extremistas islámicos en Somalia, en donde sus tropas agrupadas luchan en contra de los militantes de Al-Qaeda. El Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry dijo que “es un trágico día para Uganda y para aquellos quienes están interesados en los derechos humanos”, por su parte Barack Obama declaró que está posición de Uganda perjudicaría las relaciones con Estados Unidos y la ayuda, de más de 400 millones de dólares al año, que envían los norteamericanos a ese país. En la misma línea, Noruega y Dinamarca ya amenazaron al régimen de Museveni con cortar las ayudas económicas.
Entre tanto Gran Bretaña se pronunció en contra de la ley, aunque no anunció ningún recorte, y Austria está evaluando qué posición tomará en la causa.
Al parecer a Muesenvi no le inquietan los recortes, pues indicó desafiante, que con los indicios de yacimientos de petróleo en su país, podría prescindir de la ayuda internacional en 2016 y no esdepender más de los países que, según él, han llevado la homosexualidad a su país.
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