Sarah se preocupaba por Bernard, puesto que su cabeza no estaba en orden.
Sarah ademas de ser la presidenta de la sociedad colona de psiquiatras de la formacion Gestalt, era la dueña de una cadena de tiendas de flores, la mas grande del pais. En cambio Bernard era solo escritor, un tipo de escritor perdido y no afamado, que publicaba un blog una vez a la semana en un sitio sin gran trascendencia.
Obligada por las circunstancias, decidio pedir ayuda de su mecenas, quien habria sido compañero suyo en la universidad.
A pesar de haberse casado con Bernard durante su epoca universitaria, nunca dejo de ver en Raymond a un maestro, aliado, y posteriormente mecenas.
-Su mente es un problema- dijo Sarah segura de si misma.
Bernard, sentia sensaciones enajenantes y percibia al mundo de una forma extraordinaria. En verdad, era un religioso oculto por siglos de secularismo y renacimiento, y escribia como lo hacian los grandes artistas de siglos pasados. Decia que la realidad tenia una logica absoluta, La paz familiar, que venia de la pureza familiar, que venia del pacto entre el hombre, la mujer, que venia de la busqueda de Dios.
Habia conocido a Sarah en la universidad mientras que el estudiaba dos carreras, cine y teología. El veía al cine como una nueva teología. Esto le fascinaba a Sarah, la locura y cuestionabilidad de todo lo que hacia Ber. Asi lo llamaba. Ber no se conformaba con nada, y siempre buscaba los limites mas extremos de la realidad y la existencia y un reflejo en el mundo visual. Aunque hubiese perdido la orientación de la verdad, no dejaba de ser un gran artista en busca de una película imposible.
Sarah lo conoció a través de Facebook, y luego se entero que vivia en los dormitorios de la universidad, e iba al club universitario todos los días a la alberca.
Eso la cautivo y la dejo tiernamente enamorada, mas bien, como hipnotizada y en trance.
Ber era una persona sumamente insana, había experimentado con drogas fuertes como la cocaína, el lcd, los hongos, y fumaba marijuana diariamente, pero era un idílico, un profundo visionario y un genio, el filosofo de lo imposible, que había conocido en todos los genios sus propios espejos y ensayos. Ber, según Sarah le contaba a Ray, vivía de los estudios, y traducía los estudios en realidades académicas y filosoficas, y estas en realidades sociales y tendencias que luego se convertían en realidades de concreto.
-Ber ama las palabras, eso lo convierte en un escritor fenomenal, pero veces ya no distingue entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto.
-¿Aun desea tener hijos contigo?- pregunto Ray algo mas que curioso.
Sarah aprovecho la oportunidad para poner celoso a Ray, quien la amaba desde la infancia y daría todo por tenerla y que fuera suya de forma definitiva.
-De desearlo, claro que lo desea, ¿no es obvio? De lo que no estoy seguro es de que pueda.
-Te refieres a su estado de esterilidad que el niega.
-¿No crees que deberías de hablar con el?
-¿Aun sigue tomando el tratamiento?
-No, dice que la psiquiatría es el rostro del mal absoluto, una forma de terrorismo. Ya sabes como es el de sofisticado, extremista y excéntrico. Solo tu lo puedes ayudar Ray.
Fue una suplica.
A Sarah de hecho le encantaba la situación, por un lado Ber, el excéntrico que decía estar escribiendo la novela del siglo veintiuno, por el otro lado Ray, el joven multimillonario qe gozaba de una reputación inmaculada, ética y estéril en todos los asuntos de la vida, un joven apuesto y apasionado. Y ella, Sarah, la diosa griega, en el centro, lejos de Leo.
Era halagador haberla conocido en la universidad, no había mayor idilio que conocer a la pareja ideal en la universidad pensaba Ber mientras que iba al club a nadar, Sarah pintaba su propio rosto en una de las paredes de su departamento en la colonia vecina, una colonia verde en los lindes de la universidad al lado de jardines y campos de uvas. No habia tenido problemas para la supervivencia económica, ya desde que era joven modelaba, se había convertido en una modelo aficionada muy codiciada por otras aficionadas, y los fotógrafos y productores de comerciales y anuncios la llamaban continuamente para trabajar, por el otro lado, en caso de cualquier necesidad urgente, estaba siempre Ray allí para apoyarla e incluso salvarla, puesto que después de todo Ray era un huérfano multimillonario. Su padre había sido el dueño del banco mas grande del Sur, y el era el principal heredero. Sarah había abierto allí una cuenta. La situación era ideal.
Era adolescente cuando comenzó a modelar, los fotógrafos la reconocían como la diosa griega, la diosa del amor y el olivo y su ascenso a la madurez era sumamente sexual y vertiginoso, al grado de despertar ansias en todos los hombres a su alrededor: productores, fotógrafos, iluminadores, contratistas, asistentes, quienes se sentían corruptamente atraídos hacia ella como los infieles hacia una santa. Incluso despertaba el pudor en las mujeres, y una especie de aceptación sexual natural sumamente modesta e infantil que lo legalizaba todo en las relaciones románticas e idílicas de la universidad.
Todo iba bien hasta que se enamoro de un actor, Leo, un musculoso galán de ojos azules y melena rubia, actor de televisión que también hacia trabajos esporádicos de modelaje, hasta que este tuvo un éxito colosal local y fue contratado por estudios en Hollywood para su primer film de largometraje, lo cual significo la muerte para Sarah. Sarah se sintió arruinada y abandonada, pensó que no iba a poderar superar la tragedia, y con el tiempo sintió que enloquecía, puesto que Leo se había llevado su cuerpo y su alma, su corazon, entonces comenzó a hablar en voz alta consigo misma al respecto, y los productores y fotografos escuchaban sus quejidos y autoflagelos sobre lo solitaria que se sentía, lo triste y deprimida, hasta que tomo la desicion, ya no podía trabajar como modelo, hablaba y hablaba hasta que la veían con mala cara y una sed que despertaba pasiones sexuales insólitas. y extracurriculares hasta que nunca mas nadie la llamo para trabajar, sino para otras cosas. Entonces escribió un articulo y lo publico en el periódico de la universidad. Buscaba a su alma gemela, un alma noble que la ayudase a superar a su amor absoluto el vacio. Asi llamo a Leo, el vacío.
Bernard leyó el articulo, y absolutamente fascinado y conmovido, decidió enviarle un mensaje en Facebook.
¨Te invito a salir conmigo en la fiesta de fin de año¨.
Sarah estaba pintando unas flores en su rostro cuando leyo el mensaje, y una amplia sonrisa con sus dientes blancos se dibujo en su rostro.
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