La historia no contada de los judíos expulsados de Irak

Un nuevo libro cuenta la historia del plan para hacer huir a los judíos, organizado por los propios iraquíes, bajo la dirección del entonces primer ministro y reconocido antisemita, al-Said. Por:
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Tras 35 años de investigación, el Dr. Tzvi Yehuda, de 86 años, dice que por fin ha conseguido recompilar la historia no contada de la expulsión de los judíos de irak.
En su nuevo libro, “En tormentos de salvación, la expulsión de los judíos de irak”, el Dr. Yehuda desvela detalles sobre el trato que recibieron los judíos iraquíesa principios del siglo XX, desmontando el mito de cómo unos 125.000 judíos abandonaron supuestamente irak debido a un “complot sionista”, y exponiendo el papel del gobierno iraquí en el asunto.

Portada del libro del Dr. Yehuda

Portada del libro del Dr. Yehuda(Foto: Raphael Tzurani)


El Dr. Yehuda nació en Babilonia-Irak en la década de 1930 e hizo Aliyah con sus padres cuando tenía 13 años. Más tarde se convirtió en un notable historiador y experto en judaísmo árabe, pero la idea del libro surgió en realidad de Shlomo Hillel, diplomático y político israelí nacido en Irak.
“Shlomo quería ver una investigación sobre los judíos iraquíes en los años 80”, cuenta Yehuda. “Le dije que el alcance de la información disponible no es suficiente para respaldar una. Pero, los 35 años en los que he recopilado testimonios, certificados, documentos y pruebas, exponen el terrible trato que recibieron los 125.000 judíos que vivían en Irak en aquella época.”

Durante aproximadamente un siglo, tanto los judíos iraquíes como el mundo en general recibieron en cascada información errónea sobre cómo los sionistas, que estaban ocupados construyendo el Estado de Israel, les exigían que hicieran Aliya.
Prueba de ello fueron los atentados con bomba contra sinagogas y hogares iraquíes, en los que murieron varios judíos. Poco después de los atentados, empezó a circular el rumor de que en realidad eran los propios judíos los responsables, que supuestamente aterrorizaban a los suyos para que abandonaran Irak.

Judíos iraquíes trasladados a Israel
Judíos iraquíes trasladados a Israel(Foto: Michaelberg)

Como consecuencia, el gobierno iraquí comenzó a encarcelar y torturar a judíos, exigiéndoles confesiones firmadas y ejecutando después a los presuntos culpables. Más tarde, las autoridades iraquíes celebrarian su heroica hazaña para descubrir “el complot sionista”.
Además, obligaron a unos 105.000 judíos que vivían en Irak a firmar un documento en el que decían que abandonaban Irak por voluntad propia. El subtexto era claro: fueron los sionistas quienes obligaron a todos los judíos a hacer Aliyah, utilizando medios violentos, y el gobierno iraquí era inocente.

Una de las cosas que ayudó a arraigar esta mentira fue el hecho de que muchos judíos no consiguieron construir una vida en Israel, ya que los sionistas “impusieron” la aliá a los judíos iraquíes, que según ellos vivían muy bien en Irak.
“Tanto la radio como la prensa de Irak inundaron las conciencias con esta narrativa”, dice Yehuda. “Tras ser traducida a todo el mundo, la propaganda se convirtió en la narrativa aceptada tanto por la ONU como por el Departamento de Estado estadounidense”.
El libro del Dr. Yehuda es su acusación personal contra las autoridades iraquíes por su trato al pueblo judío. Su investigación muestra que la persecución de los judíos comenzó en la década de 1930 con el ascenso de Nuri al-Said a la oficina de primer ministro. Los judíos le desagradaban intensamente e incluso le dijo al alcalde árabe de Jerusalén de la época: “Los judíos son la fuente del mal. Son espías y tenemos que deshacernos de ellos cuanto antes”.

 

Dr. Tzvi Yehuda
Dr. Tzvi Yehuda
Las palabras se convirtieron rápidamente en hechos. Se destrozaron y bombardearon propiedades judías, se detuvieron a muchos y se asesinaron entre 200 y 1.000 judíos. Era un claro indicio de que la narrativa del régimen nazi sobre el pueblo judío se estaba apoderando de las mentes de todos los continentes.

La conexión entre Irak y el régimen nazi también incluyo a figuras cómo Fritz Grobba, un diplomático alemán activo en Bagdad en aquella época, que ayudaba a Irak a difundir propaganda antijudía y a conseguir armas. “Los iraquíes lo admiraban tanto a él como a Hitler”, dice Yehuda. “Los nazis fomentaron esa conexión e incluso ejercieron de amables anfitriones para los funcionarios iraquíes”.

No fueron sólo los nazis quienes hicieron que Irak odiara a los judíos. Como eran hachemitas, soñaban con una expansión territorial masiva para dar cabida al califato que se avecinaba, que se suponía incluiría al actual Israel. Pidieron a los judíos de Irak que firmaran un documento diciendo que apoyaban la iniciativa, y los que se resistían eran marcados como enemigos del Estado. Aún más extraño, Irak temía que Israel se hiciera tan fuerte que anexionaran Irak a su “imperio sionista”.
Con la persecución religiosa, material y financiera que azotaba todo Irak, la década de 1950 fue testigo de una importante afluencia de inmigrantes judíos que se dirigían a Israel para evitar la hostilidad y construir una nueva vida.

Yehuda afirma que los documentos que ha recopilado muestran cómo se subvertía la verdad en aquella época. “Uno de los judíos que fue ahorcado en los años 50 había admitido que fueron los sionistas quienes le obligaron a asaltar propiedades judías, pero los documentos muestran que la única razón por la que lo admitió fue porque le prometieron un pasaje sin problemas al extranjero.

“También hay pruebas de que los presos árabes se burlaron de su ingenuidad, aceptando un trato que no valía ni el papel en el que estaba impreso. Después de conseguir la firma que necesitaban de él, fue ejecutado”.

Yehuda Shaul y su familia
Yehuda Shaul y su familia(Foto: Dr. Tzvi Yehuda)

Otras pruebas recogidas demuestran que el recién acuñado Estado de Israel se esforzó poco o nada por ayudar a los judíos residentes en Babilonia-Irak en aquella época. No fue hasta más tarde, cuando el Primer Ministro Ben-Gurion asignó un comité especial para investigar la cuestión, que la verdad fue descubierta. Se estableció que fueron funcionarios iraquíes quienes lanzaron explosivos contra las sinagogas iraquíes, y no sionistas que supuestamente trataban de obligar a los judíos iraquíes a hacer Aliyah.
Pero, a continuación, las cosas dieron un giro extraño. Un judío iraquí que estuvo en la cárcel en Irak dijo a Ben-Gurion que había oído que fueron los judíos los que destrozaron su propia propiedad. Por increíble que parezca, el primer ministro de Israel le creyó por encima de su propio comité. Decidió entonces mantenerse al margen de los acontecimientos que se desarrollaban en Irak.

En 2014, la Knesset aprobó una ley por la que el 30 de noviembre se conmemoraría la expulsión de los judíos iraquíes y su tortura y encarcelamiento por las autoridades iraquíes.
¿Puede su investigación tener implicaciones futuras?

“Por supuesto. Muchos lugares históricos judíos fueron arruinados y reconstruidos. No paran de hablar del Derecho al Retorno de los palestinos. ¿Qué hay del Derecho al Retorno de los judíos expulsados de Irak?”.

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