Llevar al cine la obra de Tom Wolfe es una tarea titánica, su falta de linealidad y su complejidad narrativa, sus múltiples fuentes teóricas y literarias lo convierten en una ficha difícil. Aun así, su novela más afamada se intentó bajar desde lo literario a lo cinematográfico, dos narrativas que requieren de un nexo pragmático.
Sé que me voy a afirmar muchas cosas que serán objeto de aclaraciones y dudas, pero igualmente, me voy a adentrar en un terreno complicado.
¿Qué tipo de relación se da entre un autor multipolar como Wolfe y su público? y que una vez llevado al cine ello se vuelve exponencial. A la primera relación, la llamaré diptongo, a la segunda, triptongo.
Diptongo es la unión de dos voluntades diferentes, tal como se trata de dos tipo de vocales, en principio en una misma sílaba (“a”, “e”, “o”: v. abiertas + “i”, “u”: v. cerrada), el punto reglado en esta relación silábica está dado por los acentos, la regla arroja como resultado que prima el tilde en las abiertas que en las cerradas, de modo tal que si la primera emula al lector y la segunda al escritor, es la comprensión de aquel la que es necesaria tener en consideración para que éste se le dirija.
El vínculo sintáctico no resulta relevante aquí, quizás el semántico, que consiste en la relación entre palabras y objetos, de modo tal que éstas designen y connoten los mismos objetos y relaciones entre el escritor y el lector.
El triptongo, al igual que el diptongo agrega a la relación silábica una vocal más, de modo tal que puede ser dos cerradas y una abierta o, por el contrario dos de éstas y una de aquella. Aquí la cuestión es trial hay un lector y dos escritores, uno interpreta al otro, pero darse el caso, en que el resto queden afuera de la ecuación.
La democracia, en nuestro país, tuvo un desarrollo muy interesante como método de adopción de modelos de convivencia y, aun para la construcción de valores mínimos de moralidad.
Aunque ello parezca increíble, mucho temas que fueron considerados de gabinete de pocos, la democracia hizo que se naturalicen y se debatan.
No digo, todos los esquemas morales, ni que haya surgido si quiera algún valor defendible, ya que hasta la causa Malvinas está teñida de intereses, mentiras groseras y la construcción de un relato falaz, concretamente es un evento que carece de referencia con cualquier tipo de dato histórico concreto.
Inclusive, coincido con la visión de Pepe Nun (José Nun (2014), EL SENTIDO COMÚN Y LA POLÍTICA Escritos teóricos y prácticos -EFE-), sobre que es un verdadero sofisma hablar de “retorno” a un sistema democrático en 1983, cuando anteriormente no existió este sistema de dinamización de valores.
La comunidad judía, en nuestro país tuvo un nuevo episodio de intolerancia. Amia dentro de sus actividades, en el día de la mujer, decidió excluir a quien previamente había invitado por la única razón de ser una Rabino, proveniente del Seminario Rabínico Latinoamericano, Sarina Vitas, quien ejerce como tal en la comunidad Hebrea Or Jadash- Escuela Profesor Jaim Weitzman.
Ello generó una airada protesta de la comunidad Masortí (Judaísmo Conservador), como así también de Rabinos Reformistas, donde se acusó a la conducción de la AMIA de haber discriminado a la Rabino Vitas por su sola condición de tal.
En su defensa, el señor Samuel Levín contestó a través de una página de una red social (https://visavis.com.ar/?p=88110), donde como es su costumbre, dobló su apuesta.
La situación planteada quedó zanjada por completo en la respuesta del inefable Señor Levín.
Allí él negó por completo un caso de discriminación hacia la la Reb Vitas, sino que se trata de un planteo de mayor rango. El punto es, según él, que el movimiento ortodoxo unido, no acepta a los judíos Masortí o Conservadores. Dijo claramente, nos quieren meter a sus conversiones y llenar los cementerios de impuros (esto lo interpreto) lesionando a todos los allí reposantes y obligándoos por unos pocos a sacar a sus deudos para ponerlos en tierra purificada.
Más allá de los universales y particulares que utiliza el Sr. Levín, es interesante su posición.
Veamos, para la posición Ortodoxa sólo se es judío, si y sólo si, acepta la forma de vida y las pautas (Mitzvá) que él o ellos interpretan que son valiosas.
Por tanto:
J = JO (:M⇔ :SL) de modo tal que
j :⇔ jo ⇔ SL
Quiero decir que se es judío, si y sólo se acepta todas y cada una de las Mitzvot que acepta Levín, de modo al que: Se es judío si se es ortodoxo y, además siguiendo las pautas resguardas de Levín.
Judío por tanto es Levín o, quien lo siga a Levín.
Es interesante la posición secular del Señor Levín.
No se trata de la Rabino Sarina Vitas, no se trata de la educación que se brinda en los pocos colegios conservadores que quedan en el país, sino que ellos son los que purificaron los cementerios y los Masortí quieren colocar impuros conversos en su falso Seminario Rabínico.
A poco de ver, si hacemos un poco de historia, nuestro país tuvo más inmigración de judíos Masortí que de ortodoxos.
Si bien en un inicio las diferencias eran pocas en cuanto a la forma de vida en guetos, lo cierto es que la Mutual Israelita, como la mayoría de los Clubes y entidades sociales fueron, en todos los casos, con mayoría conservadora y hasta reformista, en detrimento de los templos ortodoxos.
Si bien el Seminario Rabínico Latinoamericano data del año 1962 y fundado por el Reb Marshall Meyer, es decir, de corta data histórica, el movimiento Masortí se instaló en Argentina por sus condiciones comunitarias, cantidad de instituciones, tipo de colectividad, tolerancia religiosa y, sustancialmente la Mutual Amia, frente a la Unión Ortodoxa, también de origen en EEUU y creado orgánicamente a a la saga de la proliferación del movimiento reformista conservador.
La actualidad es un poco más compleja, hay dos seminarios, uno ortodoxo y otro conservador, en este, hay dos posiciones, una reformista (asimilacionista) y la otra, la propia del movimiento Masortí.
Una y otra, difieren sustancialmente en interpretaciones de la Torah, conjunto de libros que integran la palabra judía (5 libros).
Es liturgia que nuestro templo fue destruido (unificación), por tanto, no existe una autoridad única interpretativa posible.
La fe y la nacionalidad judía, se fundan en las comunidades, la posición ortodoxa se funda en un pastor (Reb) o autoridad moral única que emite mandatos; esos mandatos o deseos interpretan los cinco libros de la Torah. Sustancialmente, los centros de estudios, eran guetos, pocos, para determinados sujetos que sabían leer y escribir, tanto el idioma local, como el hebreo antiguo.
El movimiento Masortí, basado sustancialmente en otra interpretación de la Torah, aparece frente a las necesidades de contener a los asimilacionistas norteamericanos que encontraron allí a la tierra prometida y renunciaron sustancialmente al gueto como sistema de control social.
Al universalizarse, aparece una posición más individualista y universalista, frente a la posición de la interpretación única. El Rabino no es más la única palabra, sino que hay una por cada templo, por cada sujeto, por cada interprete.
Siempre dentro de los cincos libros de la Torah, uno practica la tolerancia y, el otro la palabra única.
Uno trata de no ser una secta y, el otro necesita del control social permanente.
En este sentido, el Sr. Levín es un pastos o Rabino de su comunidad, pero no es un Maestro Judío, no enseña judaísmo, da una serie de estipulaciones radiales, donde hay un emisor y un conjunto de receptores. La relación es eminentemente autocrática y quien no acepta la posición única: entonces, no es judío.
El Reb lo es, si hay esclavos ideológicos, no personas de fe, hay unos que bailan y gritan en hebreo antiguo a su Ds., mientras que otros miran desde arriba, atrás de las cortinas o ocultándose: mujeres, niños, homosexuales, matrimonios mixtos, etc.
La vuelta al gueto implica una posición casi “Foucaultniana”, en el sentido a que éste sólo se la puede describir desde afuera, el judío es el de adentro, el de afuera es el Gher o el Goi.
El movimiento conservador, con un impronta pudo concebir una noción de judaísmo compatible con la creación del Estado de Israel, la adopción de la posición secular que afirma “judío está vinculado con la ciudadanía Israelí”, la igualdad absoluta del hombre y la mujer y, un modelo de conversión más compatible con la identidad del judío que por su obediencia ciega a un dogma impuesto por sujetos como el Sr. Levín.
Aquí yace el punto. Se trata de Sarina Vitas ya que fue el objeto de ataque directo de la impronta de la Unión de Rabinos Ortodoxos; pero se trata de otra cosa más importante:
¿Si judíos son ellos, qué queda de los conservadores y reformistas?
Hay un claro efecto de tercero excluido.
Para los Conservadores y Reformistas, los ortodoxos forman parte de la comunidad que se identifica con el ser judío, pero, para éstos, aquellos no, por tanto, quedará siempre la pregunta pendiente:
¿Soy judío?
Primero se metieron en la AMIA a través de los cementerios, levantaron tumbas, separaron familias que vivieron como judías años y años, después desconocieron las conversiones del Seminario Rabínico Latinoamericano, ahora desconocen los rabinos de este seminario, mañana ¿qué sigue?.
Es obvio que como los ortodoxos actúan como sectas, sus miembros pasivos (la enorme mayoría) solo obedecen, no piensan, son grupos de choque, son casi esclavos que gozan de protección, vivienda y escolaridad a cambio de una vida bajo el mandato de su maestro, frente a ello, usan las elecciones democráticas para cooptar la conducción de AMIA.
Frente a ello, la dispersión de la comunidad de judíos reformistas y conservadores, con la consiguiente libertad de pensamiento, nada puede hacer.
La solución no es simple. Pero si algo hay que agradecer en todo este aciago acontecimiento al señor Levín, es su total franqueza, diría su brutal sinceridad.
El sistema democrático, que le permite a la sociedad haber cambiado en un giro de 180 grados, en libertad de pensamiento, identificación de valores o, en la discusión de la falta de valores, está afuera del Gueto. Es una herramienta más que se puede usar o desechar.
En este esquema, el tercero excluido es, sin lugar a dudas: el judío.
(1) Profesor titular de Introducción al Derecho de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, Profesor Adjunto de Filosofía del Derecho de la Universidad del Buenos Aires, Doctorando en Derecho (UBA), Doctorando en Derecho del Trabajo en la UNTREF y Maestrando en Epistemología e Historia de la Ciencia en la UNTREF
Artículos Relacionados: