Napa Valley en California fue elegido por la calidad de sus suelos y su clima idóneos para la producción de vinos. Napa Valley es el hogar desde 1923 de la familia Wagner Family of Wine, quienes nos presentan al nuevo vino de la hija de Chuck Wagner de Caymus, el vino blanco Emmolo.
La historia de este vino maravilloso inició cuando Salvatore Emmolo, plantó un terreno virgen con vides como Carignane y French Colombard en la década de 1920. Este fue el inicio de su carrera como productor de uva, y en 1934 abrió Palermo Winery, en honor al nombre de la ciudad de su ciudad de origen en Italia. Con la experiencia adquirida con los años, Frank Emmolo descubrió que el Sauvignon Blanc era el tipo de uva más adecuada para cultivar en esa parte del valle. Actualmente, Jenny Wagner ha continuado con el legado del cultivo de la vid, elaborando el vino Emmolo en la bodega original que su bisabuelo Salvatore construyó.
En Emmolo, la uva Sauvignon Blanc se procesa de forma magistral, logrando obtener un vino de acidez natural, fruta fresca y una mineralidad brillante, con un estilo tan fascinante que puede ser disfrutado sólo, como aperitivo, o maridado con una gran variedad de platillos, como vegetales, ensaladas, zucchini, lasaña, pollo, pavo, pescados y mariscos como cangrejo y langosta, por su toque cítrica se puede disfrutar solo durante tarde de verano.
La magia de Emmolo inicia desde el viñedo, donde usan técnicas de cultivo innovadoras como base para la producción de sus grandes vinos, y se cuida con esmerado a las vides, se vigila su crecimiento, se hace poda de raíces, se controla el riego, se hacen múltiples deshojes, y las uvas son cortadas en el momento justo de su maduración. Todos estos esfuerzos se enfocan para que las uvas crezcan con las mejores cualidades, como si racimo fuera dulcemente besado por el sol de verano. Al ser recolectadas a mano, las uvas llegan frescas y sin daños a la bodega, donde son ligeramente prensadas y maceradas en frío durante tres días, para obtener el jugo que se deposita en fermentadores de acero inoxidable.
Lo más cautivante de este vino es su estilo refinado, a la vez que jovial, en el que se equilibran el sabor mineral con la acidez. La gran magia de los Wagner es transformar las uvas en un vino con notas frutales de melón y de pera, además de una danza de limón y toronja que llena la boca de frescura. Su cuerpo brillante y de final limpio, permite que sea tomado solo durante una tarde de verano, o con los alimentos.
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