La Monja Negra

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María Teresa de Austria se casó con Luis XIV en 1660. La infanta se sabe predestinada a un matrimonio real y desde su primer encuentro se enamora profundamente de su futuro esposo. Por su parte Luis XIV, sigue el consejo de Mazarino: desposa a la alianza con España al mismo tiempo que una madre para sus futuros hijos.

Madame de Motteville cuenta que, al salir de su primera entrevista con la que sería su esposa el rey declaró «al señor príncipe de Conti y al señor de Turenne que, en un principio, la fealdad del peinado y del vestido de la infanta lo habían sorprendido, pero que al mirarla con más atención había visto que poseía mucha belleza y entendió que le sería fácil amarla». Dicho de otra manera, el rey se resigna frente a esta niña gordita y con los dientes dañados, a la que sabe que tendrá que desposar.

Durante los primeros meses del matrimonio Luis XIV demuestra ser un marido atento, pero rápidamente su gusto por las mujeres bonitas comienza a pesar más. Él no es hombre de pasiones clandestinas y toda la corte está al corriente de cada una de sus ruidosas relaciones. Sin embargo María Teresa ama sinceramente al rey, sufre y llora frecuentemente, se siente abandonada y humillada.


Tiene algunas damas de honor para acompañarla, aún así permanece malhumorada y no le gustan las intrigas de la corte. Un día el turbulento duque de Beaufort -convertido en almirante- trae consigo de uno de sus viajes un joven esclavo negro, que ofrece a la reina para su distracción. Este negrillo fue bautizado como Nabo quien se revela impetuoso y de mente despierta. Seduce rápidamente y divierte al círculo íntimo de la reina. Entonces nace una moda, ya que se observa que los pintores representen negritos en el decorado de sus grandes retratos. Pero un día de 1664, durante el embarazo de la reina, llega la noticia de que Nabo ha muerto súbitamente.

La reina tiene un embarazo difícil, parece inquieta y está frecuentemente enferma. La mañana del 16 de noviembre de 1664, después de un parto largo y difícil -que pone en riesgo su vida- María Teresa da a luz a una pequeña niña negra.

La emoción es grande y la medicina del siglo XVII intenta encontrar explicaciones: el color de la piel proviene de lo que comió la reina durante el embarazo, del clima demasiado frío o demasiado caluroso y de que a la niña le faltó aire durante el parto, etc. No es fácil engañar a la gente, pues nadie se ha olvidado de Nabo. Se dice que la niña es frágil de salud y cuarenta y ocho días más tarde, un 26 de diciembre, muere. Patín, médico y decano de la facultad, señala en su correspondencia: «La pequeña señora tuvo convulsiones y murió esta mañana, ella era débil y delicada, jamás tuvo salud». Sin embargo no se han encontrado relatos de testigos directos de la muerte de la niña.

Treinta años más tarde, en 1695 (María Teresa murió en 1683) Madame de Maintenon presenta al convento de las benedictinas de Moret a una joven mujer negra para que pronuncie sus votos solemnes y tome el hábito. Toda la corte está convidada a la ceremonia y el 15 de octubre el rey concede a la mora una pensión de 300 libras. Estas disposiciones parecen en sí excepcionales, pero la atención que la familia real presta a esta religiosa no hace más que acrecentar la sorpresa.

Madame de Maintenon, antigua gobernanta de los bastardos reales y desde ahora esposa secreta de Luis, va frecuentemente a Moret para visitar a la mora. El Gran Delfín Luis, hijo del rey, y sus hijos Luis y Felipe, también la visitan. ¿Quién es esta joven mujer que suscita tanta atención? Ella no parece tener ninguna duda sobre su identidad. Saint-Simon cuenta que «le oyó decir descuidadamente una vez, al oír que Monseñor (el Gran Delfín) cazaba en el bosque: es mi hermano quien está cazando».

Sería entonces la hermana, o media hermana del Gran Delfín. Manifiestamente ella no puede ser hija del rey y de la reina, pues ¿por qué milagro sería ella negra? Pero podría ser hija de Luis XIV y de una mora. La hipótesis seduce al escritor Voltaire, el mismo que ideó que la Máscara de Hierro fuese el hermano gemelo del rey. Sin embargo, esto es difícil de imaginar.

Las amantes de Luis XIV son conocidas, sus hijos registrados y las mujeres negras escasean en la Francia del siglo XVII. Entonces la mora puede ser hija de María Teresa. En ese caso, como olvidar a la niña nacida en 1664 y al negrito que creció rápidamente y que tanto gustaba a la reina.

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