La motivación y las presiones de los padres, 3ra. parte

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EMPRESARIOS, PADRES Y NIÑOS PRODIGIOS*

“Prefiero negociar con dirigentes corruptos que con burros”
(Gustavo Mascardi, empresario)

En primer lugar vamos a definir que es presión para nosotros. Como planteamos en el libro “Mi hijo el campeón” / Las presiones de los padres y el entorno” (2003), “presión es exigirle al otro mas de lo que el otro puede dar “. Sabemos que el estrés es el desequilibrio existente entre las demandas externas y las respuestas internas que el sujeto puede dar en ese momento particular. Hay estrés, siguiendo a Lazarus, si existe una desproporción entre las exigencias de la situación y su capacidad de respuestas vividas como superiores a sus recursos, poniendo en peligro su bienestar…el estrés y sus consecuencias sobre la salud física y psíquica, está pues condicionado por esta relación siempre cambiante entre persona y entorno”.


La auto-presión según Loher, es algo que uno se mete a uno mismo.

El domingo 7 de diciembre de 1997 me llamó la atención una publicidad en un diario que decía:

“COMO GANAR UNA RENTA MENSUAL DE $1.500 DURANTE UN AÑO, SIN HACER ABSOLUTAMENTE NADA Y SIN TENER UN HIJO FUTBOLISTA

Los futbolistas-lolitos[1] argentinos son, cada vez más, una preciada mercancía de exportación. Nosotros sabemos que:

  • Cada vez son más los padres que quieren que su hijo juegue al fútbol.
  • Cada vez son más los padres que apuestan a su hijo para proyectar, en un marco de crisis, un auspicioso futuro económico.
  • Cada vez hay más intermediarios y representantes.
  • Cada vez se van más chicos.
  • Cada vez hay más mercado en el exterior, y es más sofisticada la explotación[2].
  • Cada vez los representantes, colocan mejor el producto.
  • Cada vez el fútbol es más producto, en la industria mediática del entretenimiento.
  • Cada vez importa menos qué siente el niño, cómo piensa, qué quiere…

Como cada vez es más mercancía y más objeto de negociación de padres/ clubes/ empresarios/ sponsors; cada día importa menos lo que piensa (si no piensa mejor) y no se toman los recaudos necesarios para que su psiquis de niño o de adolescente quede a resguardo de este mundo adulto[3], putrefacto, donde el Aura es el dinero.

¿Cómo y quién prepara al niño para este exilio?

¿Es cierto que el niño sólo quiere jugar al fútbol y no sabe hacer otra cosa?

¿Se puede malograr un niño, por más talentoso que sea, por causales psíquicas?¿ es jugador o juguete?

¿Cómo se previene el desarraigo?

PADRES Y PADRES

Recuerdo que luego de una ponencia en un Congreso Internacional, donde referí rápidamente que el niño o juvenil debía tener la oportunidad de elegir, si le era conveniente que el padre o los padres estuvieran en competencia observándolo, una colega de otro país expuso una postura “ideal” de integrar a los padres en forma plena y permanente, retomando mis palabras.

No hay una verdad única sobre este punto; los padres son difíciles de educar y en algunos casos más que en otros.

Nosotros siempre partimos de charlas de orientación pre-competitivas grupales y luego hacemos citaciones individuales (hablamos de los padres de las divisiones más pequeñas). Hay padres que saben y pueden escuchar y hay de los otros.

Básicamente organizaría a los padres en tres grupos:

  1. Los que son indiferentes a la evolución del joven deportista.
  2. Los que son equilibrados y encuentran la distancia óptima (respecto del hijo y del entrenador).
  3. Los que son sobreprotectores, invaden y hasta malogran la carrera del hijo.

Smoll agrega los padres exitistas, los dobles mensajes, los entrenadores en la banda, los violentos, los hipercríticos. Veamos algunos casos.

EJEMPLOS:

A)   A CONTROL REMOTO

Recuerdo el caso de un delantero juvenil de buen físico, cuyo padre, madre, hermano, cuñada y bebé, se ubicaban detrás del arco al que él atacaba (sobre todo en los partidos de local).

Las indicaciones permanentes del padre del tipo “encará”, “pateá”, “hacela vos”, etc., eran escuchadas perfectamente por el joven quien, más allá de sus condiciones, se paralizaba, resolviendo mal, la mayoría de las veces.

La estrategia fue citar a los padres por separado y trabajarlo individualmente con el jugador y posteriormente incluyendo al entrenador en el abordaje (que estaba al tanto de todo).

Resultado: Desfavorable. Terminó abandonando la práctica del fútbol cuando iniciaba un año con muchas perspectivas.

Mi análisis: No soportó la presión de tener que competir por el puesto con nuevos jugadores, ya que había jugado 3 años (casi) de titular indiscutido. Además no era muy querido en el grupo por su excesivo individualismo, fomentado por el padre que veía en él a un crack (como suele suceder).

¿Por qué no funcionó la estrategia de cambio?

Porque el padre no veía que debiera cambiar su actitud, que lo estaba perjudicando psíquicamente al hijo (estaba en muy buena posición económica) y tanto la madre como el jugador poseían personalidades débiles y dóciles, incapaces de “cuestionar al amo”.

Conclusión: Jugador malogrado, por el padre que tanto lo quería.

B)   NO SEAS INSISTENTE

Había una vez un volante por derecha que en 9ª y 8ª división jugaba muy bien y era titular indiscutido. En 7ª división, por razones varias como físicas y técnicas fundamentalmente, se le empezó a complicar y a jugar salteado.

A eso se sumó el fallecimiento de una persona muy querida por él (ese mismo año), que con apoyo psicológico y todo, le llevó mucho tiempo elaborar (el tiempo de los duelos es subjetivo).

El padre, que parecía un tipo bonachón y sin maldad, empezó a tomar un protagonismo inusual hasta ese momento. Empezó a llamar muy seguido por teléfono al DT (y la madre a mí). Más allá de la preocupación natural por el hijo se leía entre líneas la pregunta “¿por qué no juega mi hijo?”, pregunta que obviamente el padre no hacía cuando el hijo jugaba. (“¿Por qué no me llamaba cuando jugaba?” se preguntaba con razón el DT). Si bien fue advertido el padre por mí por esa actitud, que podía cansar al DT a quien yo conocía muy bien (vía hijo y esposa) y si bien el DT le daba al padre las razones de la exclusión, la actitud no cambió. Encima este era un padre particular, que había sido entrenador…

Conclusión: A fin de ese año el jugador fue dejado libre con otros jugadores, luego de varios años en el club. ¿Las razones manifiestas del DT? El bajo rendimiento, que tenía dos jugadores que le habían rendido más en ese puesto y que no había alcanzado la expectativa. ¿Las razones latentes? Ante la duda de dejarlo un año más, lo que terminó inclinando la balanza, y a mi modo de ver, fue la excesiva insistencia sobre el DT del padre que quería ayudar a su hijito…

C)   DE ESPAÑA AL OESTE DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Hace ya bastante tiempo, asistí a un juvenil totalmente estresado ya que el padre, los empresarios de su pase y el club, no se ponían de acuerdo con las condiciones y los porcentajes de su nuevo convenio.

En su discurso se destacaba que Ferro Carril Oeste lo quería usar y aprovecharse de él, que ya había sido probado en España (llevado por estos tipos) y que a los 18 años se iba para allá (tenía 15). Y que debía “salvar a su familia”… Ante semejante afirmación y sabiendo que su clase social era la clase media, mi pregunta fue ¿de qué debes salvarla?

Luego de aliviarle el sufrimiento al joven en algunas charlas, tuve la posibilidad de entrevistar al padre y de entender el caso.

El padre, ex-militar, retirado joven, de buen comer y que no trabajaba, era quien le había instaurado el discurso a su entrañable hijo.

Finalmente, arregló con F.C.O., pero sus blasones de crack no pudieron ser demostrados, quedando libre del club y desembarcando luego en un club de la divisional “B”, del oeste del Gran Buenos Aires (no lo aceptaron en otro club de Primera).

Conclusión: Su sueño de jugar en uno de los dos grandes de España se hizo trizas (en épocas donde no era tan común), se perdió en la polvareda como tantos otros chicos y su padre debió seguir viviendo de la pensión militar…

D)   LA PRESIÓN DE UN PADRE DESOCUPADO

La clase baja, como todos conocemos, nos ofrece una pintura mucho más cruda de la realidad.

Cuando lo que está en juego es la alimentación diaria y los viáticos mínimos que garanticen la movilidad, el plano es otro.

El caso es el de un futbolista de 7ª división que había dejado de concurrir a las prácticas cotidianas y no lo pudimos llamar para conocer los motivos, debido a que tampoco tenía teléfono.

Un día regresó y coincidió con la reunión grupal que manteníamos semanalmente.

Antes de que yo pudiese decirle que se quedara post-reunión para conversar de su ausencia, la decisión nació de él.

El padre había sido recientemente despedido por haber faltado un día al trabajo sin avisar. Esta ausencia se debió a que él formó parte del plantel que jugó en enero, un torneo en Mar del Plata y el padre quiso ir.

Indirectamente lo hizo responsable de su despido (si bien ésa debió ser la “excusa” de sus patrones), y se sumó que la plata escaseaba al siguiente argumento: “para que te voy a dar viáticos, si encima no jugás”.

El padre se violentaba con facilidad y, si bien no lo golpeaba físicamente, los gritos y alaridos que le nacían, al futbolista lo hacían estremecer.

La angustia y presión que sentía el futbolista era evidente, llegando al límite de las lágrimas en su relato.

Resolución del caso: Con un nivel muy primitivo de palabras pude explicarle al futbolista que él no era el culpable de la desocupación del padre y que él por ahora no iba a ganar plata con el fútbol. Eligiendo el momento, se animó a comentarle al padre lo conversado conmigo, aliviando la presión y volviendo a la semana siguiente a decirme “tenías razón, era eso lo que le pasaba a mi papá”.Vale aclarar que cuando los clubes chicos no pueden pagar viáticos el jugador debe solventar viajes de $ 10 o más, por día ida y vuelta , que hacen abandonar a varios futbolistas.

Si hoy hay más futbolistas de clase media que hace unos años, se debe exclusivamente a esta razón.

E)   PADRES SIN TACTO

Recuerdo el caso de un futbolista de 8ª división que en el año ya había jugado 23 partidos de titular. El entrenador decidió hacer una variante táctica y dejar al joven  en el banco de los suplentes.

El padre del referido, sin estructura de espera ni de demora alguna, sin tacto y sin argumentación válida, interceptó al entrenador posteriormente al partido, para preguntarle el porqué de mala manera. El entrenador le explicó con buenos modales, pero la gota que rebalsó el vaso, fue la amenaza de que si no jugaba, se lo llevaba a otro club que lo estaba esperando…

Fue difícil en lo sucesivo que el entrenador diferenciara la bronca que le quedó contra el padre del desempeño del hijo.

Obviamente estuvo “colgado” <sentado> el joven en el banco, más tiempo del que el DT había pensado en principio.

Conclusión: El hijo, a quien no le había comentado el padre que iba a hablar con el DT, se enojó con el padre y estuvo varios días sin hablarle por su accionar que claramente lo perjudicó…

F)   “Tengo diarrea crónica”

Este futbolista llegó a la consulta por este síntoma: iba al baño 4 a 5 veces por día. No le sucedía durante el partido, pero sí antes o después. Cuando empezamos a trabajar, descubrimos que todo comenzó a partir de que lo subieron a primera división. No estaba cómodo, aunque estaba cumpliendo su sueño, pero no era titular y tenía a varios compañeros en la consideración del entrenador, antes que él. No disfrutaba. Sentía presión. Los compañeros del departamento lo cargaban porque siempre ocupaba el baño.

Conclusión: El es del interior y al entrenador lo sentía como una presión igual que a su padre, quien es muy exigente. El síntoma cedió pero aparecieron otros aspectos que luego fueron trabajados. Luego siguió su carrera en el exterior.

G)   Vomito, y ¿qué?

Una vez conversando con un jugador en el predio de Ezeiza de AFA, me comenta como quien no quiere la cosa que en su club, vomitaba antes de comenzar el partido. El caso es interesante porque el jugador era titular en un club importante en primera división, tenía 19 años y hoy triunfa en Europa.

Lo curioso es que los compañeros lo tapaban y nadie lo veía en ese acto que de alguna forma lo liberaba, para luego jugar “un poco más tranquilo”. El caso es que indagando (recordemos que al futbolista en general, hay que prestarle las palabras muchas veces e intervenir más pedagógicamente que otra cosa) sale a la luz que ese entrenador que el tenía le sacaba el banquito en la concentración, donde el llamaba a sus familiares del teléfono público, le daba indicaciones todo el tiempo en el entrenamiento, en el partido, etc.

Hubo que desnudar y resolver esa presión externa que él no podía manejar ni tramitar.

Conclusión: luego de unas pocas entrevistas lo resolvió, aunque este síntoma no le sucedía en la selección sub-20, y es el día de hoy que cuando chateamos cada tanto, lo tiene muy presente.

H)   “Tengo 20 años y quiero dejar el fútbol”

El jugador juega en la primera división de la B Nacional, campeonato competitivo si lo hay. Un día llega a la consulta privada abatido. Y empieza a narrar lo que vivió “ mientras nos cambiábamos luego de entrenar, entraron más de 50 barras brava del club con armas y nos amenazaron a todos, Estaban fuera de sí porque habíamos perdido, hablaron de matarnos a todos, mostraron las armas, nunca me imaginé que podía vivir algo así. En estas condiciones no quiero seguir jugando al fútbol, tengo miedo”.

Leonel era una de las figuras del equipo. Pese a su juventud se había ganado la titularidad rapidamente y la hinchada lo quería mucho. Sin embargo esa pesadilla vivida que nunca salió en los medios ( fue parte de la amenaza) lo marcó.

Conclusión: el jugador estaba tomando esta ayuda psicológica desde hacía dos años, con lo cual fue más fácil trabajar. Analizamos los temores, que ganaba y qué perdía si se iba, etc. Finalmente decidió quedarse hasta que apareciera una nueva oportunidad, que luego llegó. Y en el balance de fin de año dijo “gracias a esta ayuda, puedo afrontar los problemas y resolverlos o dejarlos de costado enseguida”.

I)     JUGAR AL FUTBOL COMO SALVACION

Un futbolista sub-20 que atendí en AFA, se destacaba en su club, pero aún no había debutado en primera. La selección siempre era una vidriera: el jugador cobraba más plata del representante, porque era más valorado en su club.

Un día en la entrevista de rutina para construir su perfil, luego de la toma de algunos tests, me cuenta de lo humilde de su condición, que dos años tuvo que dejar de jugar para cuidar a su hermanita y que las cosas en su casa estaban muy mal. Y mostró con orgullo y con lágrimas en los ojos como la cadenita que colgaba con una pelota en miniatura, de oro, se la había vendido a su tío en ese mal momento que no tenían ni para comer, y que el tío la guardó y que ahora que las cosas están mejor, se la volvió a comprar.

Conclusión: ese muchacho debutó en primera, hizo pocos partidos y fue vendido rapidamente al exterior. El dinero lo ayudó, y gracias al fútbol obtuvo su objetivo. Esa cadenita era el símbolo vivo y presente de un sufrimiento que no olvidará jamás, de un obstáculo de su vida que superó por tenacidad además de talento.

CONCLUSION:

Como intentamos plasmar en este trabajo, existe un hilo muy delgado que divide la motivación de la presión. El fútbol como deporte cultural de los argentinos, es una tabla de salvación para los padres que buscan tener un hijo campeón, en lugar de ir y entrenarse ellos. Así se malogran muchos talentos, convirtiendo al deporte en un cementerio de promesas jóvenes. La motivación intrínseca en muchos casos no existe o cede a la motivación extrínseca con perjuicios más que evidentes. Las metas para ser alcanzadas deben ser difíciles pero realistas. Hoy el fútbol es un negocio, donde el futbolista es más juguete que jugador, y luego de quince años de trabajar como psicólogo en este deporte, veo lo difícil que es llegar y que para lograrlo (el 2 por ciento que lo logra), se debe soportar muchas adversidades e injusticias y convivir en un ambiente bastante hostil y competitivo, con un alto componente psicopatológico en su interior (sin profundizar en el retiro del futbolista que es otro problema). Intenté que eso se comprendiera con algunos recortes de mi experiencia. Ojalá lo haya logrado.

Ya que estamos convencidos de que el deporte es un área donde hay mucho por realizar y que los que trabajamos en ella, lo hacemos con mucha vocación.

 

BIBLIOGRAFIA

  • Garcés De Los Fayos E., Olmedilla Zafra A., Jara Vera, P. (2006) Psicología y Deporte, Diego Marín Librero Editor, Murcia, España.
  • González Serra, D. (1978) Prácticas de Motivación. Impresora Universitaria, La Habana, Cuba.
  • González Serra, D. (1995). Teoría de la motivación y práctica profesional. La Habana: Pueblo  y Educación.
  • Jordan, M. (2000) Mi filosofía del triunfo, editorial mexicana independiente.
  • Roffé, M. (2000) Fútbol de presión, Lugar Editorial, Buenos Aires, Argentina.
  • Roffé, M., Fenili, A., Giscafré, N. (2003) Mi hijo el Campeón, Buenos Aires, Argentina.
  • Roffé, M. (2010). Evaluación Psicodeportológica. Lugar editorial, Buenos Aires.
  • Weinberg R. y Gould D. (1996) Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico, Ariel Psicología, Barcelona, España.

* El artículo “Poderoso Caballero es Don Dinero” publicado en el libro “Psicología del jugador de fútbol: con la cabeza hecha pelota” puede servir para introducir el tema.

1 Ahora existen también las botineras que persiguen a los lolitos.

2 Clarín Deportivo investigó el tema y fue escalofriante descubrir como en Italia alistan y explotan niños africanos que luego son dejados a la deriva y terminan limpiando vidrios de autos en los semáforos de alguna gran ciudad, porque no tienen idioma ni dinero para volver…

[3] Beatriz Sarlo (Socióloga) en su libro “Imágenes de la vida posmoderna” (1994) describe que los niños, púberes de clase social baja, tienen que salir a trabajar para vivir ellos y sus familias, a edades muy tempranas (10, 11, 12 años) e ingresan rápidamente al mundo de los adultos quemando etapas. Se me ocurrió que podemos ubicar allí una triste y perfecta analogía con deportistas exitosos o que trabajan para serlo, de la clase social media o alta (tenis) pero que tampoco pueden vivir y disfrutar la adolescencia.

Acerca de Marcelo Roffé

Licenciado en Psicología ( UBA - 1990 ) Master en Psicología del deporte y de la Act. Física ( UNED-UCM - España ) Presidente de la Asociación de Psicología del Deporte Argentina desde el año 2003 ( APDA ) - www.psicodeportes.com Ex-Responsable desde el año 1995 al 2000 del área en las divisiones juveniles del Club Ferro Carril Oeste y desde el año 2000 hasta el 2006 del Área de Psicología del Deporte de las Selecciones Juveniles Argentinas de Fútbol, AFA (sub 15, sub 17 y sub 20) Asesor externo del cuerpo técnico de la selección mayor de fútbol conducido por José Pekerman para el mundial 2006 de Alemania Profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en actividades de Postgrado y de Grado, donde actualmente está cursando el Doctorado. Profesor en el Centro Nacional de Alto Rendimiento ( CeNARD ) en cursos anuales de especialización para entrenadores y psicólogos. Titular de la materia Psicología del deporte en la Universidad de Palermo (UP) Docente responsable de la especialidad en los cursos anuales de APEFFA (preparadores físicos de fútbol) Docente responsable de la materia "conducción de equipos de trabajo" en la UAI, en el master de organizacional Profesor Adjunto de la materia Asesoramiento en Ps. del Deporte en la UFLO Colaborador científico de la prestigiosa revista EFDeportes Psicólogo asesor externo del Club Deportivo Toluca de Mexico (2007-08) Autor de siete libros de esta especialidad, publicados por Lugar editorial, todos en 2ª y 3ª edición Especializado en Clínica Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich ( 1991 / 1996 ) Conferencista Nacional e Internacional (España, México, Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, Uruguay, Paraguay, Colombia). Ex Asesor del Cuerpo Médico del Club Velez Sarsfield (a través del Dr. Coppolechia derivó del 2004 al 2006 futbolistas profesionales al consultorio) Asesor del Equipo de psicólogos de la pensión de San Lorenzo de Almagro Director de la Consultora “ALTO RENDIMIENTO” (www.alto-rendimiento.com.ar) que brindacapacitaciones en Empresas. Columnista mensual en el 2006 y 2007 de la revista para entrenadores de fútbol Soccer Clinic, Tokio, Japón que dio nacimiento al 5to libro en japonés “El texto de la mentalidad del futbolista” (2008), 2da edición. Asesor y consultor de Empresas llevando los modelos del alto rendimiento deportivo, al alto rendimiento empresarial con nuevos estilos de coaching y management. En 2010 publicó su 6to libro “Evaluación psicodeportológica: 30 test psicométricos y proyectivos” el primero escrito sobre evaluación en el ámbito deportivo y compiló junto al Dr. José Jozami “Fútbol y Violencia: miradas y propuestas” obra interdisciplinaria que incluye veinte autores como Sava, Perrota, Bergés, Zubeldía, Sacheri, Calabria, E.F. Moores, Scher, entre otros. Prologó libros en Venezuela y Chile y escribió capítulos para libros de España de la especialidad. Asistió y expuso en el XII Congreso Mundial de Psicología del Deporte en Marrakech 09. Docente invitado en cursos anuales de C. E T. R. E .D.( Dr. Avanzi), en la Universidad Favaloro y en la Universidad Católica Argentina (U. C. A.).

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