Podríamos haber utilizado otro título, como ser: perro que ladra no muerde. Pero a esta última frase se le agregó con el tiempo:…mientras ladra, gracias a la experiencia de quienes tienen o han tenido alguna vez un perro.
Ambas frases tienen validez en política, como veremos a continuación.
1 – Arabia Saudita – Autodefinida como la cabeza del islam, por lo menos del islam sunita que es la gran mayoría dentro de las corrientes musulmanas, dueña de los más importantes templos de esa religión, donde acuden una vez al año millones de creyentes. En este momento ve peligrar su carácter de líder espiritual por el avance del chiismo iraní, que no sólo ataca desde el punto de vista religioso sino que está rodeando militarmente a Arabia Saudita y atacando barcos petroleros además de importantes instalaciones que hacen peligrar la estabilidad económica. Barcos iraníes han bombardeado y atacado barcos que entraban o salían de puertos sauditas, mientras que los rebeldes desde Yemen –equipados, financiados y dirigidos por Irán- también bombardean sus instalaciones con misiles.
Al haber sido abandonados por la ayuda militar norteamericana, busca alianzas que le den tranquilidad frente a las amenazas militares iraníes, y en ese sentido nadie mejor que Israel. Pero Arabia Saudita no reconoce a Israel ni tiene relaciones diplomáticas, hoy en día con el único pretexto que se mantiene que es la exigencia del fin del conflicto palestino-israelí.
Por lo que define el título de este artículo, el príncipe heredero Mohammed bin Salman está moviendo todos los hilos para lograr una alianza con quien hasta hoy era considerado su enemigo, al punto que importantes clérigos y teólogos del islam están buscando la vuelta de cómo modificar –o reinterpretar- el Corán para que una alianza con Israel no contradiga las creencias de los conservadores sunitas.
2 – Estados Unidos de Norteamérica – El presidente Joe Biden está en una encrucijada, tiene próximas elecciones legislativas y sus índices económicos no lo favorecen. Además de la inflación desacostumbrada en ese país, está el punto neurálgico del precio del petróleo, y el mundo (especialmente sus electores) no olvida su promesa electoral de tratar como “paria” a Arabia Saudita en castigo por la inexistencia de derechos humanos, especialmente después del asesinato del periodista disidente Kashoggi en Estambul. La semana próxima tendremos a Joe Biden conversando directamente con bin Salman y pidiéndole que aumente la producción de petróleo para así bajar los precios.
3 – Autoridad Palestina – Su presidente (eterno???) recibirá la visita de Biden a quien sin duda alguna le pedirá mucho dinero, dado que con Donald Trump tuvo menos suerte. Para qué ese dinero? Muy simple: la tajada mayor para sus propios bolsillos y los de quienes lo acompañan en el (des)gobierno de Cisjordania, otra tajada importante para el pago de salarios a terroristas asesinos y sus familias, y el porcentaje menor para la población palestina. Deberá tragarse las maldiciones contra el gobernante norteamericano, incluso ya está coordinando con Israel las medidas de seguridad, no sea que durante la visita de pocas horas a alguien se le ocurra intentar asesinar a Biden.
4 – Siria – Su perenne y autoproclamado presidente Bashir al Asad que está gozando de su alianza matrimonial con el eje Rusia-Irán, por más que quiera, poco podrá aprovechar la cercana visita de Biden. Estados Unidos no ve con buenos ojos que al Asad dependa fundamentalmente del ejército y armamento tanto de Rusia como de Irán y su mano militar Hezbollah.
5 – Turquía – El también gobernante vitalicio Recep Tayyip Erdogan que ya está vislumbrando que su intento de volver al poderoso imperio otomano no le está resultando posible, comenzó a “envaselinizar” sus relaciones diplomáticas con Israel, ya que tiene varios frentes de batalla: a) ideológico, contra Arabia Saudita y Egipto por apoyar a los Hermanos Musulmanes; b) imperial contra Irán que es quien más invierte en su predominio chiita y militar; c) económico contra Grecia y Chipre que aliados con Israel y Egipto serán quienes abastezcan a Europa de gas natural; d) contra Israel por su apoyo a Hamas; y e) contra su propio pueblo por la falta de libertades esenciales, problemas económicos y su lucha contra los kurdos y otros disidentes.
Por todo lo mencionado, la semana próxima veremos a muchos líderes “hocicando” como dice el paisano, ante la presencia de Joe Biden en Medio Oriente, y al mismo Biden renegando de sus propios dichos de hace muy poco tiempo.
El Estado de Israel saldrá favorecido de todo esto: del lado palestino deberá surgir una solución al eterno problema después de una década de negarse a dialogar con Israel y fomentar el terrorismo, del lado de antiguos enemigos musulmanes se abrirán las puertas a una alianza y reconocimiento de su derecho a existir, las frías relaciones de Jordania y Egipto serán un poco menos frías con Israel, y los “demócratas” norteamericanos verán que Israel no es como piensan y predican el famoso grupo de las “Batichicas” revolucionarias, Obama, Sanders y algún otro despistado de la política norteamericana.
Artículos Relacionados: