La niebla de la guerra,
el mundo se vuelve una galaxia gris,
el suelo consumido tiembla bajo nuestros pies,
y el corazón late en el pecho partido en dos.
La muerte se cierne sobre la tierra más allá de los prados,
en el aire eléctrico se siente el dolor,
las lágrimas se mezclan con el sudor como una guía,
y el miedo lo envuelve todo como un regalo.
Las sombras de la guerra son profundas,
el rugido de la batalla es ensordecedor,
la sangre mancha al cuerpo de los que van cayendo,
y el cielo verde caqui se oscurece con el humo verde.
En la guerra, la esperanza es frágil,
la victoria es un sueño lejano, una carta
y los sacrificios son muchos,
porque la paz es difícil de encontrar.
Pero aún así la humanidad lucha,
porque la libertad es nuestra bandera,
porque la justicia es nuestro llamado,
y porque la vida es nuestro tesoro.
La guerra es una tragedia compleja y sutil,
una lección dura y amarga,
pero aún así debemos recordar,
que la paz es posible, si la procuramos en las pequeñas cosas
de nuestro diario vivir.