La Nueva Caballería Andante. Capítulo 16

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De cuando los Caballeros Andantes, entablaron batalla en el Cementerio Hebreo de Madrid, que ha sido vandalizado por la peste parda.

A Doña Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, por su amor al pueblo judío y su firme apoyo a Israel.

“Ven a los bosques porque aquí hay descanso. No hay reposo como el de los bosques verdes y profundos”.
John Muir-.

-Sólo en el silencio más absoluto se puede empezar a oír.-
Lema Cartujo-.


-Sólo el silencio puede ayudarnos a entendernos y tomar decisiones sabias-
Anselm Bilgri.

-Mientras el ruido enferma, el silencio abre la puerta a nosotros mismos.
Callarse es la nueva receta, porque el silencio es el primer paso para saber qué queremos.-
Anselm Grün, Monje Benedictino alemán.

***

Era muy de mañana, y los dos Caballeros Andantes en guía de Jesús, y apenados por la profanación del cementerio Hebreo en Hoyo de Manzanares con pintadas ultrajantes y mensajes de intención asesina, se encaminaron con paso rápido hasta la población, donde se ubicaba la necrópolis de los judíos, y que había sido construida por Abraham, amigo de don Antonio de Quintana y reputado arquitecto.

Comentaron con la gente de la villa sobre la autoría de tan deleznable felonía, como era la profanación del camposanto de los hijos de Israel.

Todo apuntaba a una acción malvada y provocadora de la vesania antisemita de alguna organización de corte neonazi. Los neonazis son los nazis de siempre y que siempre tratan de desviar a otros sus propios delitos.

Ante tal infamia, el Gran Maestre, advirtió a los nazis de que si no pedían perdón, tendrían que enfrentarse a un ejemplar castigo.

Al no dar respuesta ante este hecho deplorable, los dos Caballeros Andantes establecieron un plan.

-Ya ves, amigo Kadan, tú y yo nos sobramos para plantarle cara a estos malhechores que en realidad son víctimas, no solo de problemas emocionales y psicológicos, sino de ciertos intereses que los utilizan para fines despreciables.

-¡Ay, mis muelas!, Gran Maestre, que son muchos y nosotros solo somos dos.

-Mejor, así serán nuestras hazañas más grandes y su cobardía más alta.

¡Ten Fé en el Señor!

Hacía un frío horrible, y allí, en Hoyo de Manzanares, estaban atrincherados un “grupito” cerca del cementerio. Decidieron los dos, utilizar la vieja Ciencia de la Caballería Andante, y zanjar de una vez por todas el asunto. Así, disponiendo de la imaginería más sutil, montaron en un carro a un gigante de cartón piedra, que les habían prestado en las fiestas de un pueblo Manchego. Montaron la de San Quintín, cuando lanzaron el carro con el gigante encima, cubierto con telas y puesta en sus manos una guadaña, contra la puerta donde se reunía el grupito de delincuentes.

Mientras, el extremeño silbaba y pegaba voces estruendosas. ¡Cómo corrían los condenados sometidos por su misma superstición!.

Ya dentro del cementerio Hebreo, se encontraron a dos que no parecían asustados y que sacaron sprays de gas y pimienta.

Fue un combate de dos contra dos, un spray se le cayó por los nervios a uno de ellos, y el astuto del extremeño lo cogió, así quedaba la escena: dos contra dos y un grupo enfrente del otro, un nazi gaseaba al Caballero Kadan, mientras el de Quintana de la Serena gaseaba al otro nazi. El de Brunete, que había vivido los peores entrenamientos jamás vistos, se agachó con destreza cubriéndose el rostro con la capa.

Los dos nazis, confundidos y estupefactos de que alguien les hubiera plantado cara, salieron corriendo despavoridos. Se le pasó por la cabeza, al de Brunete, tirarle una botella de cristal, que había allí a mano, a uno de los nazis, pero su nobleza no le permitía hacer tal cosa.

Salieron corriendo como locos, los dos Caballeros Andantes, detrás de ellos y calle arriba, mientras una multitud había salido a la calle, animados por el Valor de la Caballería Andante, y de ya no poder soportar más el terror y el sufrimiento que le hacían padecer a la gente.

Ya medio muerto de la carrera, dijo el Caballero Kadan, -se nos escapan-. Embravecido el extremeño y haciendo honor a su tierra, gritó esta frase que se oyó en todo el pueblo: ¡Vamos chavales que nos los comemos!, les entró a todos un fuego en el cuerpo jamás antes sentido.

Así, en el último tramo de la cuesta los cogieron, y los tiraron al suelo, haciendo honor a la ley de la Caballería Andante no los atacaron, justo en ese momento llegó la policía y las autoridades, que tuvieron que hacerles un cordón policial a los dos nazis, y a los otros compiches, ya que la gente del pueblo los había cogido más arriba y ya se disponían a lincharlos.

“Vivimos todos tranquilos y ya bastantes problemas hay en el mundo, como para vivir con el terror de unos cuantos que no respetan a nadie ni a nada”.

Frase memorable de una señora harta de vivir con terror.

Fue la liberación de un pueblo y la virtud de la nobleza, pues los dos Caballeros Andantes impidieron un linchamiento, despertaron conciencias e hicieron justicia, pues bien sabían que en realidad estaban enfermos de ignorancia.

Una hazaña que salió en todos los periódicos, qué grande es el Corazón de la Caballería Andante.

A partir de ese día la gente empezó a dejar de mirar para otro lado ante la indefensión de algunos que más tarde o temprano somos todos.

Siempre, siempre hay que estar en guardia, y cuando se gana más.

Siempre en la defensa de las libertades de personas y pueblos y de Israel.

Siempre, siempre, siempre.

Postdata: Violeta Friedman, superviviente del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, a quien conocimos y admiramos, y cuyo cuerpo está sepultado en el cementerio hebreo de Hoyo de Manzanares. IN MEMORIAM.

A nuestro amigo Zvi Gidron, muerto en plena juventud, y cuyos restos reposan en este mismo cementerio. IN MEMORIAM.

¡Que toda la Gloria sea siempre para el Eterno!

ANNO TEMPLI CMIII
BRUNETE-MADRID.
Diciembre de 2020 – Tebet 5781

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