Contó Rab Aharon Walkin que cuando hablaban sobre parejas de novios, su abuelo, el Rab David Walkin, siempre recordaba las palabras que escuchó directamente del Jafetz Jaim (Rab Israel Meir Kegan, 1838-1933) respecto a si la novia provenía de una familia pobre y sus padres no tenían casi nada de dinero. El Jafetz Jaim preguntaba:
—Además de la buena virtud que tiene la novia de no poseer dinero, y que viene de una familia pobre, ¿tiene otras virtudes?
Esto es exactamente lo contrario a lo que vemos hoy en día. Si hoy una mujer no tiene dinero, se le dificulta casarse; pero en aquellos tiempos, el Jafetz Jaim lo veía como la mejor virtud, ya que esta mujer no estaba acostumbrada a tenerlo todo en la vida y, seguramente, todo lo que reciba la haría feliz.
“La ´humildad´ es una de las condiciones para poder ser Feliz” (Gaón de Vilna)
“La humildad es muy importante en la vida de la persona, pero en la pareja es vital”.
Humildad y pobreza son cosas diferentes. Se puede ser humilde siendo millonario y arrogante siendo pobre.
La pobreza no es una virtud, es un destino.
Las virtudes son trabajos del alma que se adquieren con esfuerzo y constancia.
By Rob Dagán