La resistencia íntima

Josep Maria Esquirol, es un filósofo, escritor y profesor de la Universidad de Barcelona, España, a quien hace unas semanas atrás, tuve la oportunidad de conocer en persona en una de sus conferencias, por invitación y sugerencia de una filósofa amiga; así pude intercambiar algunas inquietudes sobre su obra, con este esplendido Ser Humano, abanderado de la resistencia íntima, desde una filosofía de lo cotidiano.

Por ello, es que hoy considero de suma importancia visibilizar el gran trabajo de reflexión filosófica en torno a eso que es inherente a todos nosotros y que Esquirol explaya en toda su obra y que es, el Ser Humano per se, ese mismo que de acuerdo a su análisis se sienta en la mesa y comparte: “El pan, la sal, la fiesta, el duelo y la paz.”

De esta forma, es muy aleccionador escucharlo en sus disertaciones filosóficas, las cuales van dirigidas a lograr exponer la simplicidad del propio existir en el cual, yace en parte el resistir y donde “la memoria y la imaginación (el trabajo de las ideas) son las mejores armas del resistente.”

En su ensayo de una filosofía de la proximidad, “La resistencia íntima”, Josep Maria Esquirol, nos habla de que: “El resistente se resiste al dominio y a la victoria del egoísmo, a la indiferencia, al imperio de la actualidad y a la ceguera del destino, a la retórica sin palabra, al absurdo, al mal y a la injusticia”. Análisis que debería ser tomado por todos nosotros, desde la praxis verbal que es ante todo, donde se desarrolla el segundo paso del filosofar, ese pensar sobre el pensar y de acuerdo con Esquirol, también el actuar el transformar.

Así en toda su obra, nos encontraremos con reflexiones muy interesantes propias y ajenas, como cuando cita a Nietzsche en torno a que “El nihilismo consiste en la sensación de que nada tiene valor, en darse cuenta de que no podemos interpretar el sentido de nuestra existencia recurriendo a los conceptos de fin, unidad  o verdad”, porque “La tarea de la filosofía será, entonces, pensar el movimiento contrapuesto que resista y que venza al nihilista.”

Es refrescante volver a los orígenes de un pensamiento socrático de una filosofía que se encuentra inserta en la práctica moral, misma que Esquirol devela al analizar al gran filósofo checo contemporáneo Jan Patočka, al decir que:

“La existencia humana se inicia en la casa que es el otro. Así el otro es el punto de referencia fundamental y el que posibilita los otros dos (cielo y tierra, o la orientación temporal y la espacial). El tú, la tierra y el cielo; con la prioridad del tú.

De esta forma, no solo recomiendo la lectura atenta y profunda de esta obra, sino también atesorarla desde la cotidianidad filosófica que lo comprende todo. Porque “La resistencia íntima”, es para muchos más que un ensayo, es una luz que nos ilumina el camino de la proximidad hacia los otros; donde resistir se vislumbra, como una esperanza que no se agota, porque es como la luz de la luna que traza el camino entre las sombras…

Un fuerte abrazo con amistad filosófica, para Josep Maria Esquirol, que siga cosechando desde la huerta de su corazón, una Razón que alimenta el Sentido Común que en la actualidad es menos común de lo que debiera…

(Especial para el Diario Judío.com de México.)