La «Trumpsferencia» podría resultar el proceso diplomático más importante desde la Declaración Balfour

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Después de que Gandhi propusiera su programa de transferencias voluntarias, una conocida figura pública lo ridiculizó en términos tomados del ambiente escolar de su época: «La transferencia es un programa con una inclinación biológica». Le preguntaron qué quería decir y el hombre explicó: «Ni humano ni realista». Tras la declaración de Trump, ese plan olvidado pasó de los márgenes de la derecha al centro del mapa internacional. Tras la destrucción total de Gaza, la brújula humanitaria ha cambiado de dirección y cuando el hombre más poderoso del mundo impulsa la idea con su característica fuerza bruta, la consideración realista también parece completamente diferente.

El tiempo dirá qué pasará con este anuncio: ¿Trump seguirá insistiendo en ello o pasará a otras ideas? ¿La realidad permitirá que esto se haga realidad? Si la declaración no estalla como una burbuja de jabón y el presidente de los Estados Unidos sigue promoviéndola obstinadamente, incluso si gran parte de ella no se cumple, podría convertirse en la declaración política más importante en Medio Oriente desde la Declaración Balfour. La declaración en sí misma constituye una de las mayores derrotas de los palestinos. Coloca en el centro del mapa conceptual no solo la idea de la transferencia, sino también ideas más importantes: la visión nacional global de la soberanía del Pueblo de Israel en su tierra.

Fox News comparó la reunión entre Trump y Netanyahu con la histórica conferencia entre Roosevelt y Churchill. Pero desde nuestra perspectiva se puede imaginar la posibilidad de otra comparación histórica. ¿Qué provocó en su momento la Declaración Balfour? Los entusiastas sionistas esperaban que, inmediatamente después de la declaración, los británicos comenzaran a establecer un Estado judío en la Tierra de Israel. No sucedió. Los avances fueron lentos y controvertidos, y por cada dos pasos adelante había un paso atrás. Pasaron más de treinta años antes de que se estableciera un Estado judío. Aun así, no debe subestimarse el enorme cambio producido por la Declaración Balfour. Antes de la declaración, los líderes del sionismo eran niños que jugaban en el barrio y soñaban con conquistar el mundo; la Declaración Balfour los trasladó inmediatamente a la cancha central del Mundial. Aunque tuvo que pasar mucho más tiempo para que el sueño sionista se hiciera realidad, la declaración lo convirtió de la noche a la mañana en un factor político importante en el mapa mundial. Unos años antes de la Declaración Balfour, la edición de 1911 de la Enciclopedia Británica escribía, bajo el título «Lenguas semíticas»: «El sueño de algunos sionistas de que el hebreo imaginario vuelva a ser una lengua viva y popular en Palestina tiene incluso menos posibilidades de realizarse que su visión de establecer un imperio judío en Tierra Santa». Y he aquí que ambos sueños -el sueño del hebreo y el sueño del Estado- se hicieron realidad.


La declaración de Trump es importante no solo por el objetivo estratégico que establece -la transferencia de Trump, o resumida: la «Trumpsferencia»-, tiene importancia histórica debido al supuesto claro que lo sustenta. El famoso periodista estadounidense Walter Lippmann escribió en 1948 que de todos los problemas difíciles del mundo, «el conflicto árabe-israelí es el más simple de todos, y también el más manejable». Esa descripción no resultó ser del todo exacta y desde entonces se han propuesto decenas de planes políticos en todo el mundo que no han logrado resolver este conflicto. Me parece que todos esos planes suponen implícitamente que los árabes son los dueños de la Tierra de Israel y que los judíos deberían retroceder de algún modo para ser una molestia menor. Esos planes no funcionaron, principalmente porque los árabes no se contentaron con la contracción y prefirieron la destrucción. Me parece que el plan de Trump es el primero que se basa en un supuesto oculto y opuesto (en el que podría encajar el dominio estadounidense en Gaza): el Pueblo de Israel gobierna la Tierra de Israel y los árabes deben adaptarse a esta realidad. Espero que se adapten para bien y en verdadera colaboración, pero también hay otras opciones.

Hemos llegado hasta aquí en gran medida gracias a la determinación y fuerza demostradas por el pueblo israelí: si no fuera por la voluntad de tomar el control del nido de terror en Gaza, a pesar del terrible costo de los combates; si no fuera por la insistencia en librar una guerra larga, tan larga como sea necesaria; es posible suponer que Trump no habría llegado a la conclusión a la que llegó. Necesitamos borrar las declaraciones que han comenzado a filtrarse en los márgenes tanto de la derecha como de la izquierda, como si nuestra guerra fuera en vano, D’s no lo quiera. Si hubiéramos enviado un mensaje de texto con una dura respuesta a la terrible masacre, si hubiéramos permitido que Yahya Sinwar, Ismail Haniyeh y Muhammad Deif gobernaran Gaza, a la cabeza del monstruoso aparato infernal que establecieron, es posible asumir que Trump habría llegado a conclusiones completamente diferentes.

Como ocurre con todos los planes, este también puede desvanecerse, y es difícil decir que Trump sea el tipo más estable y consistente que se pueda imaginar. Pero con un trabajo decidido y un pensamiento sofisticado, Israel puede establecer ese cambio de paradigma y producir un punto de inflexión histórico. «El corazón del rey es como un río de agua en la mano del Señor, Él lo inclina hacia lo que quiere», dice el Libro de los Proverbios, y por eso le damos gracias a D’s por este cambio en el corazón del hombre más poderoso del mundo. Rezamos para que D’s continúe estableciendo nuestro camino nacional para bien y bendición, con logros inmediatos en el regreso de nuestros amados cautivos y con logros a largo plazo en el restablecimiento de nuestra soberanía aquí. Pero mucho depende también de nosotros: ¿seremos capaces de superar nuestras pequeñas disputas internas? Las cosas que ayer parecían importantes hoy parecen mucho menos importantes. ¿Seremos capaces de abandonar el sinsentido y aprovechar este raro momento de voluntad?

1 comentario en «La «Trumpsferencia» podría resultar el proceso diplomático más importante desde la Declaración Balfour»
  1. Trump pierde cada vez más el contacto con la realidad. Es un lunático muy peligroso para Israel, el mundo y sobre todo para los Estados Unidos. Pobres gringos que tal personaje de caricatura escogieron para que los gobierne
    David Livne
    Rehovot, Israel

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