La Última Estación

“La Última Estación” será el nombre de mi nueva columna en la que yo hable del país en el que vivo.

Es un país bastante singular, se trata no del país de los muertos, sino el de lo anterior a la muerte, un anuncio de muerte clínica.

Se trata de toda la humanidad, quienes temprano que tarde tendrán que vivir en este país “La Última Estación” o “Estación Final”. Todo mundo llega a ella.

Tiene mucho de especial este país.

Primero que nada, en lo físico y en apariencia, en nada se diferencia de ningún otro país. Tiene pues naturaleza, ciudades, pueblos, edificios, casas, centros comerciales, y se vende de todo allí. Hay restaurantes y hoteles para los turistas, calles y coches, incluso un parlamento.

Claro, también tiene plazas, parques, jardines, playas, bosques, y en las plazas uno se puede sentar a beber café. Existen tiendas de todo tipo, de todos los artículos que hay en cualquier lugar del mundo, y aquí también se quejan que la producción viene toda de China. Es un país muy avanzado tecnológicamente, y la mayoría sino todos los habitantes tienen computadora personal y celular.

Es decir, aparentemente un lugar normal, incluso occidental.

Mas no, no es un lugar normal. La vida tiene setenta estaciones (por decir algún número cabalístico) y esta es su estación final.

Es decir, sus sabios (en verdad es un país con muchos sabios, y estudiosos de la sabiduría) saben que se encuentran ante la muerte y ante Dios, que la próxima estación es espiritual y no física, que es pues la estación final.

Si formáramos a los países, y dijéramos algo de ellos, de este país diríamos que es para los que están en la lista para morir.

Y no, no tiene nada que ver con la edad, algunos podrán morir jóvenes y otros viejos, sino que el asunto es otro, se trata de las almas ancianas, y ya no hay más estaciones posteriores. Es decir, es lo que en la religión llaman “El mundo venidero”. El mundo venidero es aquí, y es consecuencia de las acciones en mundos anteriores.

Ya sea que naciste en este país, o inmigraste a él, es porque Dios así lo quiso, Dios te hizo un llamado para tu “preparación”. Preparación ante la muerte.

Raro es, que justamente muchos de los que nacieron aquí, no están conscientes, y quieren pretender que son normales, y hablan de normalización en el sentido de ser como el resto de los países del mundo.

¡No!

Todos los habitantes de la Tierra llegaran a este país, ya sea que inmigren en vida, o ya sea que mueran en su estación, y crucen varias estaciones o reencarnaciones hasta que lleguen a la última estación, este país.

Cabe mencionar que los cabalistas le llaman “la corrección final” o “el final de la corrección”.

Y esto quiere decir que en verdad en cada estación cada ser sufre de manera tal, o hace acciones tales, que, lo van corrigiendo sutilmente.

El objetivo final es la misericordia absoluta, el placer del amor humano gratuito, la bendición y la justicia verdadera.

Hay que aclarar que en este país, en esta última estación, se sufre más que en todos los países del mundo, hay más guerras y más enfermedades, justamente porque se trata de la corrección final, es más dolorosa, más intensa, más fuerte como un parto de luz.

Esto provoca que la mayoría de sus habitantes no quieran pensar en ello, y en cambio, piensan bastante en el escapismo, incluso muchos, sobre todos jóvenes piensan o emigran a otros países, llevando su proceso hacia atrás.

El problema de llevar el proceso hacia atrás, y retardar digamos su llegada a la última estación una o dos generaciones, es que posteriormente será mucho más complicado y doloroso, y todo esto se pondrá de manifiesto. Aun así, muchos jóvenes emigran, y van a otros países, que son estaciones más prematuras.

Hay una ventaja en este país, el dolor y la soledad son tan intensas, aun habiendo matrimonios y familias, aunque cada vez más divorciados o solteros compulsivos o indefinidos, el sufrimiento es tan intenso, que la gente se vuelve verdaderamente misericordiosa, y su alma es moldeada por verdades de fuego, y en el fondo son mucho más humanos, puesto que finalmente se van a separar del cuerpo y van a conocer a sus almas y a su Creador, o en otro idioma, van a ver la luz.

De hecho muchos ven la luz en vida, lo que por cierto suaviza los golpes finales del sufrimiento.

Claro que aquí, es preferible ser un alma que sufre mucho, y se apena y aflige, puesto que los que no se afligen son lacerados aun con penas mayores.

Por cierto que algunos grupos religiosos insisten en fortalecer la relación entre el cuerpo y el alma, y su vitalidad, para disminuir los sufrimientos. Otros se van por el lado de los rituales, y/o los rezos.

En el otro extremo, por ejemplo jóvenes seculares y ligeros, van a discotecas y a bares, usan drogas, alcohol, buscan sexo, en fin escapismo en su máxima intensidad.

La mayoría de los hombres de este pueblo buscan el escape mediante el trabajo, y creen así conseguir cierta dignidad.

En el pasado el dinero no era importante en lo absoluto, pero en la medida en que los ciudadanos olvidan que están en la última estación, tratan de ocultar la verdad, tratan de trabajar más y amasar fortunas para disfrutar. Estos, por cierto, son los más desgraciados, puesto que olvidan de su prójimo, de la misericordia, y se vuelven más egoístas. Su castigo es muy grande, y al morir son regresados a la primera estación, en un país lejano, en una nueva reencarnación, para que lo vuelvan a vivir todo otra vez, incluso fuertes sufrimientos y deterioro de la salud. Aunque en apariencia, en el aquí y el ahora, ellos y sus posesiones, parecen ser privilegiados, y de alguna forma u otra son odiados o envidiados, lo que los aleja del verdadero objetivo de Dios en la última estación que es la reunion de las almas y la comprension del todo.

El objetivo de la última estación es ablandar al alma, anular los deseos voraces individuales del cuerpo, compartir y traer misericordia y justicia al pueblo, proclamar el amor humano entre los hombres, hacerlos más espirituales, dadivosos, generosos, altruistas, incluso que cancelen por completo su egoísmo y se entreguen por completo, con amor perfecto y verdadero, a los demás, hasta el reconocimiento de que todos son una sola alma.

Los hombres y mujeres más sabios y sabias buscan en esta estación estar atentos a la misericordia, cancelar sus egos, cancelar sus deseos, y vivir para servir al prójimo en cuerpo y alma con amor espiritual, derretirse a favor de los demás, al punto incluso de olvidar sus propias necesidades.

Hay quienes ayunan por religión, y hay quienes ayunan para dar su comida a alguien quien la necesita más. Estos actos de sacrificio son calificados en infinitos niveles, y son estudiados en universidades de Cabala.

También hay jóvenes que se sacrifican y mueren antes en el campo de batalla, santificando el Nombre de Dios descrito en los libros sagrados.

Hay quienes buscan huir a toda costa. La verdad, y en nombre de la verdad, es que la mayoría no están conscientes de que se trata de una estación especial.

En esta estación no se avanza o retrocede gracias a uno mismo, sino gracias a una especie de bondad y gracia divina que eleva a los afligidos y hunde a los poderosos en un proceso que puede tomar toda una vida.

Allí quienes tienen hijos, ya sean familias, casados, padres solteros, o incluso insertos artificiales, ven en sus hijos su continuación. Es decir, a pesar de que la última estación sea la muerte, hijos nacen, y siempre habrá allí habitantes y nuevas generaciones.

Es un país paradójico, por ejemplo en tema de salud, por un lado es el país con los avances en medicina más grandes del mundo, pero a la vez es el país con más cantidades de enfermos de enfermedades terminales del mundo, uno de cada tres habitantes tiene cáncer terminal.

Este es mi informe sobre este país, a veces parece tenebroso y rechazado por los demás, y a veces parece la vanguardia, sin duda, es un país especial, único, más cercano a la Divinidad. Su relación a la Divinidad es directa, y los actos se reflejan como sensibilidades en todos sus habitantes, yendo hasta el cielo, o llenando de luz todo, y luego vaciándolo nuevamente, algorítmicamente, como el bombeo de un corazón.

La finalidad en este país, fuera de la corrupción en el gobierno y los negocios, es llenar el corazón, y dejar un mensaje, una herencia en el infinito de luz.

A pesar de la tendencia de las últimas décadas de hablar de dinero, negocios y capitalismo, se habla mucho de salud, y se habla mucho del sistema de salud y la gente se desean salud unos a los otros.

A pesar de que hay guerras más que en cualquier otro país, la gente se saluda con la palabra “Paz”.

Los sabios se preparan para la muerte, hacen buenas acciones, se vuelven más sensibles al sufrimiento ajeno, extienden y se envuelven en la misericordia como regalos, hacen del perdón no un día del año, sino en la búsqueda de toda una vida (y si acaso se tratase de un día, se trataría del último día de su vida).

Este hermoso país, de paisajes y pasajes hermosos, anciano y joven, fue no hace muchas décadas símbolo de esperanza y paz, símbolo que se ha ido deteriorando y desgastando debido a gobiernos incapaces de traer la paz, y traer honor a Dios.

Y sobre todo, sus habitantes, reconocen al Creador, al Padre, a Dios, lo alaban, lo sirven, y se llenan así de esperanzas, escriben e imprimen también miles, sino cientos de miles, de libros, con la esperanza de dejar el legado al mundo entero, y hacerles comprender a donde se dirigen.

En este país que muchos dicen es la cúspide de un cenit espiritual, se habla el hebreo y su capital es Jerusalem. Se estudia la Tora (quienes aún no han comprendido) y Cabala (quienes ya comprendieron y están conscientes). La Cabala para aclarar a quienes desconocen, es el estudio de las “Raíces”, el lenguaje de las ramas, y la metáfora del hombre como árbol del campo. Por supuesto que estamos hablando de un campo de luz, posiblemente el cielo o mundos superiores que se encuentran dentro del alma.

Del hebreo hay mucho que hablar, pues a pesar de su esotérica grafica es un idioma de líneas y puntos, a veces círculos o líneas diagonales, que es un mapa de transito de la luz en el alma, cuestiones que no son fáciles de comprender, y se requiere toda una vida de estudio para adquirir.

Su libro más importante es La Biblia, su himno se llama “La Esperanza”. Y he aquí un ejemplo de lo que mencionábamos, la raíz de la palabra “esperanza” en este idioma es la palabra “línea”. Línea, que con el tiempo, se ha vuelto circulo vicioso y ceguera. Por eso en general este país es llamado un país de ciegos, a veces su luz deslumbra y a veces uno no ve a más de un metro de sí mismo. Por el otro lado a veces son como la luz o el fuego, y como velas individuales, una vela prende a otra vela, y todos comparten la luz y el calor. Sin embargo, casi siempre se olvida a más de uno en el frio y la oscuridad, pues como dije al principio y a pesar de todo, es un país con una gran soledad.

Por cierto que este país recientemente, en las últimas décadas, renació, gracias a una gran guerra, en consecuencia de un gran intento de escapar de este y borrarlo para siempre llamado exilio o diáspora. El renacimiento del país, que casi fue olvidado, y sus habitantes del pasado casi exterminados, es llamado “retorno” o “redención”. Se habla del regreso, o la llegada del Mesías, que es Dios.

Por supuesto que los encargados del sistema, tratan de tapar todo esto con la televisión, canales foráneos, clips cómicos, música ruidosa, comida venenosa, y muchos reality shows.

En cuanto a mí, no se preocupe usted, a pesar de que vivo aquí, y sufro intensamente, me estoy preparando para la verdad.

Ah! Algo más, un detalle cómico, en las fronteras de este país, o en el aeropuerto, hay un letrero gigante, que dice “Elige la vida”. Cómico, no? Porque a esta muerte le llaman vida, la verdadera vida, y de hecho la verdadera muerte es el principio de la vida. Durante dos mil años hemos intentado aferrarnos al cuerpo, ya es hora pues de liberarnos de este Egipto, y volar en el espíritu, ser espíritu, comprender el mundo desde el espíritu. Claro, todo mundo quiere una casa física, pero que hay de una casa en el espíritu.

No sé si lo odio, hoy en día es mi país, pero este país es mi casa en el espíritu, quizás no lo odio, sino que me duele demasiado, y aun en mi ceguera, en mi egoísmo, no he comprendido que he venido a hacer aquí.

En cuanto a mi informe, por el me habrán de perseguir o premiar, y en el mejor de los casos me habrán de mencionar y lo harán difundir por email entre amigos, contactos, colocar en sitios y blogs, poner links en Facebook o Twitter, y lo que al lector se le ocurra en su imaginación.

Escribo este informe de forma velada, es decir, clandestina, evadiendo la censura de la lógica, el gobierno, y la elocuencia de mis palabras. Es decir, escribo desde mi mente (por ello en forma de palabras y sentencias, quizás llámele cuento o articulo), pero en el trasfondo hay un gran sentimiento en mi corazón, de algo que me ha tardado siglos comprender y sentir, algo muy profundo y propio quizás la relación entre la vida y la muerte que es para mí Israel.

¡Que El Padre Os Bendiga a todos! Y gracias por leer mi informe.