En el corazón del Bronx, Nueva York, existe un pequeño pero poderoso museo que preserva la memoria del Holocausto y educa a nuevas generaciones sobre uno de los capítulos más oscuros de la historia mundial.
En un país con más de 20,000 escuelas preparatorias públicas, solo una cuenta con un museo del Holocausto dentro de sus instalaciones, el Bronx High School of Science (Bronx Science). Fundada en 1938, esta escuela especializada se ha convertido en un referente no solo por su excelencia académica —nueve premios Nobel y diez Pulitzer entre sus exalumnos—, sino también por su compromiso con la memoria histórica y la lucha contra el antisemitismo.
La escuela, fundada en 1938, cuando contaba con una población mayoritariamente de judíos de Europa del Este que se habían establecido en el Bronx. En sus inicios fue solo para varones y en 1946 se volvió mixta. Actualmente, cuenta con 3,000 estudiantes y el 62% son asiáticos. Reconocida por su excelencia académica cuenta con destacados alumnos en diversas áreas y entre ellos, nueve premios Nobel y diez Pulitzer.
El origen del museo se remonta a 1978, cuando el profesor Stuart Elenko consciente del vacío en la educación con respecto a la historia del Holocausto, comenzó a reunir objetos y documentos relacionados con el tema, muchos de ellos donados por sobrevivientes cuyos hijos estudiaban en la escuela. Con el tiempo, la colección creció tanto que fue necesario habilitar un espacio propio. En 2013, gracias a una recaudación de fondos que incluyó aportes de exalumnos y fundaciones, se inauguró el museo actual, de aproximadamente 1,000 pies cuadrados y con más de 1,000 piezas en exhibición.
En el artículo del sitio AZA & BBG se menciona que entre los objetos más impactantes se encuentran postales francesas con mensajes antisemitas, una capucha y una carta manuscrita del Ku Klux Klan que amenaza a los judíos, latas vacías de gas utilizadas en campos de concentración, fotografías Polaroid y uniformes nazis. Uno de los objetos más conmovedores es un grueso libro donde la palabra “judío” se repite en letra minúscula miles de veces, representando cada vida judía perdida durante el Holocausto.
Ante el incremento del antisemitismo, la encuesta de Centro de Investigación Pew que reveló que menos de la mitad de los adultos estadounidenses puede responder correctamente preguntas básicas sobre el Holocausto, y la mayoría de los estudiantes de la preparatoria sin conexión personal con lo que aconteció en esa época, el curso de Liderazgo del Holocausto y el museo adquieren una relevancia especial. Los estudiantes no solo reciben una educación detallada sobre el genocidio, sino que también se preparan para ser guías del museo para sus compañeros.
El museo presenta una oportunidad para conocer, comprender y mantener viva la memoria como un recordatorio vital de que el conocimiento histórico es esencial para prevenir la repetición de tragedias similares, especialmente en una época compleja donde la desinformación se amplifica a través de las redes sociales.
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