Soy como un faro que en la oscura noche
alumbra la oscuridad en mi constante rotar…
Mi fulgor alumbra, esclarece, toda la superficie
del mar en el momento que rodeo su
superficie, después, las tinieblas se vuelven a
imponer.
A simple vista se pensará con seguridad que las
tinieblas finalmente serán sobre la superficie
del mar.
Las horas de obscuridad se hacen eternas para
el que las vive de cerca, muy cerca…
Con el paso del tiempo el amanecer se
empieza a imponer sobre las tinieblas… La
se empieza a revelar nos sentimos más
seguros, más tranquilos…
Paulatinamente se hace la luz cada vez más
clara, se va imponiendo a la oscuridad con una
firmeza sin duda.
Las mañanas, las tardes, los crepúsculos,
fueron ordenados por Dios para bienestar del
ser humano.
Así la verdad sobre la mentira se manifiesta
todos los días.
Nissim Mansur T. [email protected]
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