ONU, 29 de noviembre de 1947.
El 29 de noviembre de 1947 se vota en las Naciones Unidas el plan de Partición de Palestina en dos estados, uno árabe y el otro judío. Tras muchas deliberaciones a puerta cerrada el bloque árabe decide apoyar el plan, para sorpresa de la gran mayoría de los delegados, especialmente los judíos.
El 15 de mayo de 1948 Ben Gurión, en Tel Aviv, declara la Independencia de Israel, con la presencia de dignatarios de los países árabes y representantes de la comunidad islámica del nuevo estado. Horas después representantes judíos asisten a una ceremonia similar en Jaffa, en que se da nacimiento al Estado Palestino.
Ambos países ingresan a las Naciones Unidas como miembros plenos el mismo día, entre una salva de aplausos de las comunidades judías y árabes de todo el mundo.
“Ayudaremos a nuestros hermanos árabes a mejorar su agricultura, a mejorar sus sistema educativo y a crear las instituciones democráticas necesarias para cualquier país moderno” dijo el representante israelí.
“Sabemos que comienza una era de cooperación entre judíos y árabes como sólo se ha visto en la época del Califato de Al Andalus. Un venturoso futuro se abre para ambos pueblos” afirmó el representante palestino.
Tras las ceremonias y la alegría inicial, comenzó la tarea de construir dos estados. Israel carecía de petróleo, así que se construyeron oleoductos que traían el preciado oro negro desde los países del Golfo Pérsico. A cambio, Israel envió técnicos agrícolas que enseñaron a sus vecinos cómo cultivar áreas desérticas.
A través del Canal de Suez y el Golfo de Akkaba el tráfico marítimo desde y hacia Israel se fue incrementando con el tiempo.
Miles de inmigrantes judíos fueron llegando desde todo el mundo para vivir en paz, muchos de ellos aun tenían grabadas en su retina las imágenes de la barbarie nazi. Para ayudar al establecimiento de estos refugiados, Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Árabes contribuyeron con ingentes cantidades de dinero.
Hacia 1956 hubo una serie de reuniones a nivel gubernamental entre israelíes y palestinos. En las mismas se decidió establecer una federación entre ambos estados, conservando cada uno su independencia política y su identidad nacional.
El anuncio se efectuó en la embajada de Siria en Tel Aviv. Uno de los puntos clave de este pacto era el status de la ciudad de Jerusalén. Cada uno de los estados asumía el control de las zonas habitadas por sus hermanos, comprometiéndose a respetar los lugares santos de todas las religiones.
En las universidades de Israel miles de estudiantes procedentes de todos los rincones del mundo árabe se recibieron de médicos, ingenieros, arquitectos, etc. Y luego volvieron a sus países para aplicar sus conocimientos (con el tiempo se transformaron en profesores que formaron nuevos profesionales en las universidades de Damasco, El Cairo, Aman, etc.). Mientras que miles de maestros formados en Israel enseñaban a los niños árabes según las técnicas de aprendizaje más modernas, traídas desde Europa por cientos de maestros judíos.
Los desiertos del Magreb, de Arabia y otros se transformaron en vergeles. Las industrias israelíes florecieron gracias al combustible árabe.
Por fin en 2001 se decidió ampliar la federación formada originalmente por Israel y el estado Palestino, dando origen así a la FNMO (Federación de Naciones del Medio Oriente).
Actualmente la Federación rivaliza con la UE. Tiene como sede a Riyadh, aunque el centro financiero está en Beirut, y ya se está estudiando el implantar una moneda común (los pasaportes para transitar desde un país a otro de la Federación hace rato que son innecesarios). Mientras tanto los industriales israelíes han establecido plantas en varios países árabes, especialmente en el Estado Palestino, que proporciona trabajo a miles de personas…
Lástima que esto es un simple juego de mi imaginación. La verdad fue a la inversa. Los países árabes rechazaron la Partición y eligieron el camino de la guerra contra Israel, una guerra que aun no ha terminado.
Y esta fue la verdadera Naqba.
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