DIRIGE: Richard J. Lewis.
ESCRIBE: Michael Konives, en base a una novela de Mordecai Richler.
ACTÚAN: Paul Giamatti, Dustin Hoffman, Minnie Driver, Rosamund Pike, Scott Speedman, Bruce Greenwood, Mark Addy.
Creo que todos los que nos dedicamos a esto de escribir acerca de filmes, tenemos nuestros actores, actrices y directores fetiche. Los seguimos a sol y sombra, hagan lo que hagan, bueno, malo, o por dinero. Uno de mis gallos es Paul Giamatti, un histrión regordete, medio calvo, proclive a la comedia con tintes dramáticos.
Y ahora que estrenaron La versión de mi vida, no podía perdérmela. Y créame, es gloriosa. Es conmovedora. Es linda. Es ácida, pero sin ser burlona. Es, como dicen es España, un pedazo de filme.
La película es muy sencilla, ligera y fluye delicadamente. No es de esos ladrillos europeos, con secuencias larguísimas y actuaciones minimalistas. Por eso, es tan recomendable.
Le cuento: Barney Panofsky es un productor de televisión, exitoso y con dinero. Triste, quejoso, burlón y pedante, va por su segundo divorcio. La aparición de un libro acerca de un sueco que marcó su vida, lo hace recordar su vida, muy a su estilo y particular visión.
Es todo lo que podemos contarle, para no echarle a perder el disfrute del filme y del estupendo guión escrito por Michael Konives, extraído de la novela del recién fallecido Mordecai Richler. Ya supe que el libro se editó en México. Estoy presto a comprarlo.
Con sutileza fílmica y apoyado en un reparto espectacular, Richard J. Lewis, un cineasta con pasado olvidable pero que habrá que seguirle el paso, ofrece un juego de evocaciones y olvidos, de recuerdos y sueños. ¿Qué es la memoria, sino una colcha plagada de recortes e hilos sin conexión alguna?
Paul Giamatti, un actor consumado, está en su mejor momento. Los papeles de macho atribulado le quedan a la perfección, aunque ninguno es igual. Estuvo finísimo como Harvey Pekar en Esplendor Americano (Shari Sprenger Berman y Roibert Pulcini, 2003), lo nominaron al Óscar por Entre copas (Alexander Payne, 2004), y nos demostró que puede ser divertidísimo en ¿Qué pasó ayer 2? (Todd Phillips, 2011). Aquí, se luce mostrándose como el macho desbocado en su juventud, luego, un adulto conservador reacio a los cambios y finalmente, un anciano derrotado. Tanto la caracterización, con estupendos maquillajes, como la personificación, son de primerísimo nivel. “Todo mundo le decía que le pidiera perdón a Dios en sus últimos momentos. Y él, en su lecho de muerte dijo que no lo haría, porque después de todo, era su maldito trabajo”, comentó su amigo Boogie.
Dura con los judíos, con momentos de enormes risas, aunque también grandes espacios para la reflexión, el apasionado romance de La versión de mi vida es lo mejor en cartelera desde hace un par de meses. Y como todos tendemos a envejecer, entonces, le conviene verla.
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