Además de comer dos comidas festivas de la fiesta de Shavuot, una por la noche y otra durante el día ingiriendo en ellas carne, en algunos lugares acostumbraron comer comidas lácteas el primer día de Shavuot.
La razón de esta costumbre es que así como en la fiesta de Pésaj nosotros colocamos en la keará dos comidas especiales, la pata de pollo en recuerdo del sacrificio de Pésaj y un huevo hervido en recuerdo del sacrificio jaguigá, así también en la fiesta de Shavuot debemos hacer algo en recuerdo del sacrificio especial de la fiesta: los dos panes que eran traídos al Templo.
Es por eso que antes de comer la comida festiva compuesta por carne, se acostumbró comer una comida láctea y de esta manera nos auto-obligamos a traer dos pares de panes a la mesa – uno para acompañar la comida láctea y otro para la cárnea, puesto que está prohibido acompañar con la misma pieza de pan comidas cárneas y lácteas. Y así recordamos la ofrenda de los dos panes.
Otra razón por la cual existe la costumbre de comer productos lácteos en Shavuot es porque cuando los hijos de Israel recibieron la Torá, les quedó prohibida la ingestión de carne – puesto que ésta no había sido preparada como la ley indicaba – y es por eso que sólo pudieron comer comidas lácteas.
Otra razón por la cual comemos primero una comida láctea y luego una cárnea es para diferenciarnos de los ángeles que fueron a visitar a Abraham Avinu como dice la Torá en parashat Vaierá (Génesis cap. 18). Allí la Torá nos relata que ellos comieron seguido carne con leche, y es por eso que la Torá no les fue entregada a los ángeles, sino a nosotros que prestamos atención en comerlos en forma separada, primero leche y luego carne.
Otra razón es porque Moshé Rabenu nació el día 7 del mes de Adar, y la Torá nos cuenta que su madre sólo pudo esconderlo de los egipcios durante tres meses, y cuando no lo pudo esconder más la Torá dice que lo colocó en una cesta entre los juncos. Es por eso que acostumbramos comer una comida láctea en Shavuot (que cae tres mese después del 7 de Adar) porque también ese día la hija del Faraón lo recogió del agua y Moshé se negó a ser amamantado por ella pues no era judía, y por eso ella tuvo que dárselo a la madre de Moshé para que lo amamante.
Además, en algunos lugares acostumbraron ingerir lácteos con miel, en recuerdo de la Torá, sobre la cual está escrito: “Miel y leche bajo tu lengua” (Cantar de los Cantares cap. 4).
Fuente: Judaismohoy.com
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