Las dos caras

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El filósofo Baruj Spinoza escribió en su Etica que ´´la emoción del placer compartida al mismo tiempo por el cuerpo y por el alma se llama alegría, en tanto que a la emoción del dolor en idéntica relación la llamaré sufrimiento o melancolía.´´ De la alegría Spinoza decía que era un sentimiento unánime, cercano a la totalidad, en tanto que del sufrimiento sostenía que se caracterizaba por una parcelación del ser, ya fuera porque éste se sentía aislado, separado o desgarrado.

El teatro clásico griego, por su parte, solía representar esas dos tendencias emocionales básicas por las dos caras o carátulas: la de la tragedia y la de la comedia. Hoy sabemos que la tragedia-del griego na trago, comer-, como la comedia-cuyo origen etimológico está en la voz kómos, fiesta, banquete, festín-, están emparentadas con el mismo sacrificio de vivir, que supone tanto el esfuerzo por la obtención de los alimentos como la destrucción de otros seres vivos.

A presenciar la tragedia se iba con el estómago generalmente vacío con el fin de vivir una catarsis o limpieza ejemplar, que a su vez aspiraba a un tenso aprendizaje moral, en tanto que los comediantes o kómodós actuaban en los banquetes después de la ingesta para relajar estómagos y mentes con el desdén, la ironía o la burla. La tragedia trata de exorcizar el dolor; la comedia de provocar placer. La tragedia precede, históricamente, a la comedia, como en nuestro nacimiento primero viene el dolor y luego el goce. La tragedia es geocéntrica, su ley es la ley oscura y encarnada de la tierra. La comedia, en cambio, heliocéntrica, pues tiende al sol de la alegría y hace levitar, entre broma y broma, al corazón abrumado por su propia sensibilidad.


Hay épocas trágicas y épocas en las que prevalece la comedia, así como hay pueblos propensos a vivir más intensamente una u otra opción. Sin duda forma parte de la dualidad humana el hecho de que un mismo ojo pueda llorar lágrimas saladas de dolor y lágrimas más ligeras de gozo y alegría. La experiencia nos dice, empero, que abunda más el dolor que la risa, y que la mayor parte de los seres humanos prefieren el infierno al paraíso. De modo semejante, en el teatro noh japonés prevalecen las máscaras serias o dolientes por encima de las cómicas.

Del rostro de la tragedia todos desearíamos mantenernos apartados, en tanto que hacia el rostro de la comedia todos quisiéramos acercarnos. El arte de vivir, entonces, consiste en expresar ambas pulsiones sin quedarnos estancados en ellas. Existe un hermoso proverbio judío que dice: ´´No te enojes, para que no te quedes solo.´´ Ni te rías demasiado, no vayan a pensar que la desgracia de los demás no te afecta. Como solía decir Groucho Marx, tragedia más tiempo igual comedia. De modo que, día a día, hora a hora cultivemos la paciencia de esperar que una cosa pesada adquiera alas aunque se nos vaya en ello la existencia. Si tal adquisición no se produce, puede que alguien nos preste las suyas.

Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.