El cumpleaños es un día que la cronología de la vida biológica produce por causa y efecto de una consecuencia creada a través de la existencia histórica en cadena con la continuidad de la humanidad y el planeta.
A su vez, es un accidente biológico pues no se elige la fecha para nacer, pero se conmemora. Más debería festejar a los padres que al cumpleañero. La fecha esa es la que ambos, papá y mamá, estaban corriendo al hospital. El padre se despide de su esposa cuando entra al quirófano. No sabe si la volverá a ver. Han pasado nueve meses de durezas tiernas. La madre entrega su vida, el abuelo entrega a su hija, el esposo entrega al amor de su vida. A todos ellos pueden festejarles cuando hay un cumpleaños. El cumpleañero, si bien reparar nacer, es el que menos debería homenajearse.
En cambio, los días «de», aunque están basados en hechos históricos, son claros de algunos países solamente ya que el hecho histórico fue un suceso ocurrido en un punto geográfico muy específico y no en todo el orbe planetario. Y, si se desea festejarlo a nivel mundial, entonces que así sea mientras sea así, sin que se comercialice la matanza de tantas mujeres, la esclavitud, y otras aberraciones más. Sé que eso no se festeja ni se conmemora, pero gracias a la liberación de todos esos acontecimientos tristes, hoy se festeja de manera comercial lo que debería ser un llanto de alegría y emoción.
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