En mi casa las plantas forman parte de mi vida, si bien solo hay unas cuantas, me traen recuerdos de cómo me fueron regaladas y formaron una parte de mi vida activa como trabajadora, así como de quiénes como una amiga que estaba haciendo su servicio social y recibió un maltrato de la misma jefa que yo, ganando al salirse porque consiguió un trabajo fijo de psicóloga, siendo su carrera.
La otra planta me fue encargada cuando todavía mi jefa tenía un buen trato conmigo y yo la cuidé hasta que se compuso, es una de esas hojas grandes que tienden a “dormirse” porque bajan sus hojas, actualmente está en un lugar donde sus hojas siempre están paraditas.
La otra planta alguien la abandonó y fue cuidada por una vigilante amiga mía que un día me dijo que por qué no me la llevaba a mi casa, para esto ya estaba jubilada y ahora también está dando hojas, es una planta que me habla de mi libertad.
Otra sábila macho la compré y por cierto, me costó 200.00 pesos, se podrán imaginar el tamaño de la misma y está en mi balconcito interno porque vivo en un departamento interior, otra sábila la rescaté de la calle y está en mi baño, ya las hojas cubren toda la maceta pero no puedo cambiarla.
Finalmente todavía tengo una planta de esas que dicen que dan “dinero”, y está en una especie de cafetera que me regaló un ingeniero antes de jubilarse y una que compre del mismo tipo en gel.
Todas estas plantas están dando, creciendo, con hojas que se caen y otras que vienen en camino, hay un pensamiento muy bonito que habla del “aquí y el ahora”, el solo por hoy, además un rezo judío donde se agradece a la hora de levantarnos primero que nos despertamos, luego que abrimos los ojos y finalmente, nos levantamos, cuánta gente no puede hacerlo.
Quizás el teatro entre dentro de este momento efímero, alguien en una conferencia dijo que el teatro es este momento efímero, único que nunca vuelve,; de hecho la vida es un devenir constante de experiencias con experiencias que quizás nunca vuelvan y si lo hacen, no serán iguales.
En los cursos de superación personal y ventas nos dicen que las oportunidades vienen una vez y no vuelven más, las dejas o las tomas, así de sencillo.
Pero volviendo a las plantas que quizás muchos de los lectores de Foro Judío cuidan, cuando voy por los jardines y camellones que todavía tienen porque aquí en la Condesa gran parte de los camellones están secos, sin pasto a excepción de que alguien se preocupe y ocupe de plantar algo y echarles agua, o el estado de los parques donde cada rato vemos que quitan y ponen flores, el simple hecho de ver las hojas y flores nuevas y ver cómo se renuevan, me recuerdan a nuestra vida cotidiana, la cual nos lleva por un camino lleno de espinas y de flores, de momentos tristes y alegres, pero al final como dice un dicho “la fe es lo último que se pierde.”
Cada momento debe ser visto como esa hoja o flor nueva que significa esa necesidad de dejar ir el pasado, vivir el momento presente, gozar el momento, realizar nuestras metas consientes que las cosas pueden salir bien o mal, pero que al final mejora nuestras experiencias y expectativas, abriendo nuevos caminos.
Si bien también pueden dejar de florecer como cuándo se pierde a un amigo, un ser querido o simplemente todas las vidas humanas que están siendo sacrificadas en pos de una lucha contra la violencia, donde seres inocentes de todas las edades se llevan las consecuencias.
Se acerca el fin de año nuevo para entrar al 2012, acaba de pasar el Rosh Hazaña o el año nuevo judío y el Yom Kipur o día del perdón, donde agradecemos el haber sido inscritos en el libro de la vida, quizás la vida de los seres vivos como las plantas, árboles y flores puedan variar como en los seres humanos, sin embargo sirva de comparación primero, para gozar de algo bonito y gratuito que nos regala la naturaleza y segundo para darnos el lujo de realizar nuestras metas por el simple hecho de auto-realización, de auto-superación, aceptando los resultados y aprovechando nuestra estancia aquí en la tierra.
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