Más allá de los derechos que conlleva, la corrección política que ha acompañado al nombre y los buenos deseos para fortalecerla, la condición de la ciudadanía implica también obligaciones. Por lo tanto un ciudadano pleno es responsable de sus actos, omisiones y errores. Lo último es importante, especialmente al articular demandas frente a los poderes públicos: una táctica incorrecta o realizada a destiempo lleva al fracaso; requiriéndose de un ejercicio sincero de reflexión y replanteamiento.
Hace más de dos años, durante la campaña intermedia de 2009, la organización México SOS presentó el Pacto Nacional Ciudadano “Mi voto por tu compromiso” cuyo fin era que los ciudadanos otorgaran su voto únicamente a los candidatos que se comprometieran con la ciudadanía. La agenda de las demandas incluía una serie de propuestas tanto institucionales como en materia de seguridad.
Como se esperaba, un buen número de candidatos ávidos de publicidad se apresuraron a adherirse a la propuesta. La opinión pública se dividió entre quienes celebraron la idea y aquellos que optamos por el escepticismo. El resultado está a la vista de todos: las demandas siguen sin cumplirse e incluso algunos candidatos votaron distinto a cuanto habían prometido.
A inicios del año electoral, es necesario preguntarse por qué esta táctica no funcionó y qué se podría hacer en 2012. Al respecto compartirles un texto que se publicó en la revista Expansión (número 1020, 20 de julio – 3 de agosto, 2009, p. 28), donde expuse algunas recomendaciones que podrían ser útiles:
“A unos días de celebradas las elecciones del 5 de julio, ¿qué se puede esperar? Quizás a algunos candidatos les sirvió haber firmado el pacto par incrementar sus votos. Sin embargo, el verdadero reto para México SOS apenas comienza: ¿cómo garantizar que sus demandas vayan a ser aprobadas? Permítanme compartir algunas reflexiones sobre hacia dónde podría caminar esta organización:
“Asumirse como un grupo de presión. Por más firmas que hayan recabado, México SOS no es más que uno entre muchos grupos de presión. Esto es, hay otras agrupaciones que persiguen fines similares aunque quizás por otros medios. Si de verdad se desea comprometer a nuestros políticos con una agenda de seguridad, deberá crear redes de colaboración.
“Por otra parte, los candidatos ya fueron votados y eso era lo que buscaban. Todavía peor: no tienen por qué cumplir sus compromisos si los ciudadanos no tenemos la capacidad de premiarlos o castigarlos. De esa forma se corre el riesgo de que terminen haciendo lo de siempre: convocar foros, aprobar reformas superficiales y anunciarlas como ‘grandes e históricos avances’. Dicho de otra forma, será necesario establecer un plan de acción a largo plazo con otros actores privados y sociales. De lo contrario el movimiento terminará en un conjunto de buenos deseos.
“Redefinir sus demandas. La agenda que propone México SOS es loable. Sin embargo es demasiado amplia e imprecisa en la mayoría de sus demandas. Eso es una desventaja si se desea un cambio en las leyes, pues los expone a que los legisladores aprueben cosas igualmente vagas en otros rubros.
“Hay que tener en cuenta que muchas organizaciones similares y particulares han mostrado disposición de sumarse a cambio de que se incorporen sus demandas. Así se corre el riesgo de terminar como la mayoría de los ‘movimientos ciudadanos’, presentando largas cartas de bonitas intenciones que no se pueden concretar.
“¿Qué se puede hacer? En primer lugar, separar las demandas importantes de las secundarias. Hay mucho por hacer en cuanto a la modernización de nuestras instituciones, pero no se hará todo de inmediato. Al contrario, el necesario pensar en reformas puntuales que lleven a la concreción de otras.
“Tomemos el ejemplo de dos de las reformas políticas de México SOS: la reelección legislativa y la reducción en el tamaño del Congreso.
“Para algunos lo mejor sería eliminar a los diputados y senadores de representación proporcional. Lamentablemente esto es falso. En los sistemas mixtos como el nuestro se utilizan para permitir que minorías partidistas tengan representación. Por lo tanto sólo se fortalecería a los partidos ‘grandes’.
“El problema en México es que, al no haber un legislador responsable, las dirigencias partidistas usan tales asientos para que unos cuantos ‘brinquen’ de puesto en puesto, o para colocar a parientes o amistades. Sin embargo también hay que reconocer que muchos legisladores plurinominales son los que más trabajan, en la medida que tienen una agenda temática clara y por ello fueron incluidos en la lista.
“Esto significa que no podríamos tener un conocimiento exacto de cómo reformar el sistema electoral si antes no tenemos legisladores profesionales y responsables. En resumen, hay reformas más apremiantes que otras. En este caso la reelección inmediata de diputados y senadores se muestra como la piedra angular de la agenda institucional.
“Además convendría presentar las demandas en materia de seguridad en términos de reformas puntuales a las leyes. Eso restaría márgenes de discrecionalidad a los legisladores y ayudaría a la divulgación de las peticiones de México SOS.”
En unos meses comenzará la campaña, así que todavía estamos a tiempo para replantear tácticas. ¿Por qué no se empieza con un recuento de quiénes cumplieron y quiénes no con lo que firmaron en 2009?
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