Concluir con claridad y reflexión proporciona el punto de partida para un nuevo ciclo, fortaleciendo así las posibilidades de alcanzar el éxito.
Catalogar el año que se despide con un simple ‘tuve un año bueno’ o ‘fue muy malo este año’ sería reducir las vivencias y aprendizajes a meras etiquetas con descripciones injustamente limitadas. Esta simplificación roba la riqueza de experiencias y los momentos disfrutados.
Iniciar la reflexión con enunciados como: “fue un año interesante”, “retador”, “difícil”, “intenso” o “un año complejo” sería quizá una forma más acertada. Con estas palabras, uno puede inferir que hubo probabilidad de haber tenido retos superados, lecciones aprendidas, relaciones que iniciaron, sanaron y otras que terminaron, personas que partieron, trabajos que cambiaron; en fin, un año rico en experiencias que se suman a un ciclo más de vida.
Vivir es un privilegio. Es importante tomar en serio el regalo que se nos da cada día. Vivir reprochado el pasado que ya sucedió o temiendo al mañana que no ha llegado es perder la posibilidad de disfrutar el presente y, por lo tanto, no es vivir.
Darle valor a las experiencias que se tienen ayuda a ubicar a las personas y las hace conscientes de que, a pesar de que la vida no se vuelve más fácil, aprender de ellas y superar los obstáculos nos hace más fuertes.
Buda decía que hay tres cosas que importan para vivir una vida plena:
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La capacidad de amar.
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Qué tan bondadoso fue uno con los demás.
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La felicidad con la que se deja ir aquello que nunca fue para uno.
Otra gran lección del año puede ser reconocer que la calidad de vida está íntimamente ligada al tipo de relaciones personales que cada individuo tiene. Cuanto más sanas sean las relaciones significativas, más sólida y sana será la calidad de vida.
Saber optimizar las relaciones personales mejorará el bienestar y la armonía emocional de cada individuo.
Reflexiones y lecciones:
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No tomar nada personal, entender que cada persona habla de lo que tiene en su mente, da lo que lleva en su corazón y habla de sus propios sentimientos. Cuando uno se siente juzgado, recuerda que lo que se escucha es una confesión personal, nunca una crítica personal.
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Aceptar los sentimientos propios y dejarlos fluir para no transformarlos en resentimientos.
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Respetar la forma de sentir y actuar de los demás.
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Reconocer que uno se puede equivocar y tiene la posibilidad de cambiar, perdonar y aprender de sus errores.
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La vida está llena de opciones; cada uno tiene el poder de elegir dónde quiere dirigir su atención. Cuando uno quiere ver problemas, los obstáculos se multiplicarán; cuando uno dirige su atención en lo positivo y lo creativo, la vida se tornará en abundancia con posibilidades.
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Validar y sentir empatía por los demás no quiere decir que uno acepta o tiene que comprometer su integridad, sólo significa que se ha desarrollado la capacidad de poder escuchar el punto de vista del otro sin imponer el propio para iniciar un diálogo sensato.
La receta
Aprendizajes del año
Ingredientes:
- Valor – fortaleza para poder analizar y aprender las lecciones y poder cambiar y mejorar.
- Integridad – dignidad y respeto por las decisiones hechas, aceptando sus consecuencias.
- Compasión – valorar con sinceridad y humildad las acciones y actitudes que se tomaron.
- Reflexión – introyección de los pensamientos y acciones atribuyendo la responsabilidad propia.
- Decisiones claras – poder propio de elegir sin dudar y luchar por lo que uno considera valioso.
Afirmación personal para aprender lo mejor del año que termina
Aprecio sinceramente el regalo de haber vivido otro año. Me llevo las lecciones aprendidas durante este ciclo y estoy comprometido/a a aplicarlas en el próximo año que está por comenzar. Reconozco que, aunque no todos los momentos fueron agradables, hice lo mejor que pude con las posibilidades que tenía. Busco mejorar cada día y trabajar en mi crecimiento personal. Respeto las opiniones de los demás y he aprendido el poder de cambiar, mejorar, perdonar y escuchar sin juzgar. Elijo enfocar mi atención en las cosas positivas de la vida. Me siento en paz con quien soy y elijo brindar lo mejor de mí a los demás. Sé que tengo el potencial para ser una persona positiva y contribuir al bienestar del mundo que me rodea. Con valentía y determinación. Voy a afrontar el nuevo año dispuesta/o a dar lo mejor de mí. Cierro este año con gratitud y comienzo el próximo ciclo con esperanza.
Las lecciones más importantes del año:
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La actitud personal impacta la calidad de vida que se tiene. Cuando uno cambia el sentido de cómo percibe las cosas puede cambiar la actitud con la cual enfrenta la vida. Una buena actitud promueve la abundancia, el bienestar y la salud mental.
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Las relaciones personales son valiosas cuidar a las personas significativas mejora la calidad de vida personal. La salud y la felicidad de cada individuo se ve afectada por la calidad de estas interacciones sociales cercanas, aprender a escuchar sin juzgar y a respetar sin prejuicios son condiciones necesarias para mantener relaciones saludables.
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El amor propio promueve el amar, respetar y ayudar a los demás sin expectativas irreales. Cuando uno se quiere y se siente feliz con su persona tiene la disposición para aceptar a otras personas sin tener que imponer sus ideas o necesidades.
“Reflexionar con sabiduría, aprender con gratitud y abrazar lo mejor de la vida es construir una existencia plena y valiosa, una vida digna de ser vivida con intensidad y propósito.”*Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2023 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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