No se Ustedes, pero mis hijos creen que vivo con la fijación del Holocausto como único elemento natural de mi existencia, pero no es así.
En realidad, si lo es, pero no como ellos lo perciben.
Mi fijación no es con el Holocausto en sí, es en parte con tratar de entender como hubiera yo reaccionado de haber estado vivo en esa época y “gracias” al COVID he tenido una probadita de lo que hubiera hecho, de cómo me habría sentido de haber tenido que esconderme durante días (bueno a ellos les toco por años, sin televisión, sin refrigerador, sin electrónica y sin muchas esperanzas).
Esa ‘experiencia’ como dije ya no dio una probadita el coronavirus.
Pero en realidad mi fijación es con la posibilidad o no de que una vez ‘inventada’, ‘probada’ y ‘aprobada’ el sistema de robo, explotación y asesinato ‘automatizado’ este, por productividad y beneficio económico se repita una y otra vez.
Muchos me dicen que eso es imposible, que ya aprendimos, pero la realidad es que cada vez sabemos y entendemos en general menos y menos sobre el holocausto y sobre cómo es que se dio, se implementó, se aplicó con la ayuda de la población y al terminar se ignoró u ocultó para que las aves de rapiña se quedaran con lo robado y las victimas fueran nuevamente victimizadas.
¿Puede esto volver a suceder actualmente? Yo creo que sí.
El punto es que la persecución es repetible mientras sea conveniente para un líder, un gobierno o un movimiento.
Ahora bien, ¿Es el Holocausto solo un “problema judío”?
Claro que no, y este es el punto central.
El Holocausto bajo este prisma es un problema humano que quizás empieza con los judíos, pero finalmente donde no hay judíos o no hay “suficientes” se aplicará sobre el resto de la población porque es políticamente útil al gobierno o gobernante.
El Holocausto tampoco es solo un problema de extinción (aunque siempre conlleva la reingeniería demográfica para beneficiar al gobierno que lo implementa) pero siempre es un problema de persecución a una población y de indiferencia de la mayoría circundante.
Y este es el tema que me tenía “fijado” por años, no el holocausto como tal sino la reacción tanto de víctimas y victimarios a su implementación y sus posibilidades de repetición futura.
Hoy gracias a la sensibilidad y penetrante análisis de Beatriz Murguía yo ya puedo “descansar” porque el tema al fin ha sido comprendido, analizado y presentado a todos.
Si, si Usted lee este libro de SEFARAD EDITORES (una editorial que usted debe tener siempre presente porque, a pesar de su nombre que pareciera que limita sus obras a temas sefaradís, en realidad se ha convertido en la editorial judía más importante, más al día y más sensible, sobre temática judía en general y filosófica en particular en el mundo judío).
Pero como decía yo, este libro “Descifrando Cenizas”, de Beatriz Murguía que no habla ni de asesinatos, ni de cenizas – a pesar de su título- si habla de persecución, complicidad e indiferencia no solo en la relación de los alemanes -o los polacos- con su población judía sino de todo gobierno populista, fascista o comunista con sus minorías perseguidas.
También toca el tema del supuesto “final” del nazismo propuesto por los americanos para justificar su complicidad con los jerarcas nazis en la postguerra y su utilización de estos tanto en su lucha contras Rusia como en su lucha contra los movimientos democráticos en Sudamérica.
Así, el tema de que el nazismo, como filosofía de persecución y destrucción sigue viva y lo seguirá mientras la población general le permita seguir creciendo con impunidad gracias a su indiferencia queda resuelto y traducido, con este libro a términos “humanos”.
En todo país donde un gobierno trata de imponer su voluntad y de paso perseguir a una minoría, en todo país donde la democracia está en peligro la población, USTED debe leer este libro para comprender la magnitud del problema, sus implicaciones y el porqué, su indiferencia, su silencio, su complicidad -aunque silenciosa- permiten que esto suceda y se repita una y otra vez.
Hoy, cuando los gobiernos populistas -algunos de extrema derecha otros disfrazados de dizque movimientos revolucionarios latinoamericanos- vuelven a ocupar los puestos de mando este libro se vuelve fundamental.
Ojalá las escuelas preparatorias, todas, tomaran este libro como libro de texto no solo por lo fácil de leerlo y comprenderlo sino por su profundidad y lo mucho que motivarían a los millenials a seguir una vida de activismo que les permita evitar convertirse en los polacos indiferentes o los rusos amedrentados que tanto facilitaron los crímenes de Hitler y los de Stalin ambos idénticos a pesar de decirse antagonistas ideológicos.
“Descifrando Cenizas”, de Beatriz Murguía es pues una lectura obligatoria para todos los que hoy están encerrados o aislados por el coronavirus mientras sus gobiernos adelantan e imponen leyes que no podrían ser aprobadas a la luz del día pero que lo son ahora y que usaran contra ellos en el futuro a menos que reaccionen a tiempo y esto es lo que este libro les dará: la comprensión de como su reacción si hace una diferencia, una enorme diferencia y determina el futuro no solo d de ellos sino del país, de la sociedad toda.
Recordemos como dice Murguía:
“No habían hecho nada para que el mal sucediera, pero, lo que los hace culpables, es que tampoco hicieron nada para que NO sucediera”
Es interesante notar que en esta fecha, (13 de mayo 1939) zarpó de Alemania el Saint Louis un barco repleto de judíos que pudieron pagar sus boletos ( o sea, no había ahí socialistas, ni líderes obreros, ni intelectuales sino solo familias “reconocidas” por su éxito comercial en Alemania) y fueron enviados a las Américas para “probar” la reacción que tendría su continua persecución una vez que empezara la guerra -Hitler quería a Estados Unidos de su lado- y ni Estados Unidos, ni Canadá, ni Cuba los dejaron entrar señalando a Hitler que ellos no harían nada por detenerlo. Su inacción fue tan clara que dejó en claro que la persecución no crearía ninguna reacción negativa y así se “autorizó la subsiguiente debacle.
Si los hubieran dejado pasar la persecución se hubiera suspendido.
Las mismas políticas de entonces dominan hoy en Estados Unidos, las mismas. Los perseguidos son diferentes pero el resultado es el mismo. Al expresar su falta de interés por las víctimas, se apoya al victimario. Hoy, la lección sigue sin haber sido comprendida.
¿Aprenderemos?
- “Descifrando Cenizas”, de Beatriz Murguía, adquiéralo aquí.
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