He estado pensando en la forma en que nos educaron en los años: sesentas, setentas y principios de los 80’s, fue completamente diferente.
Cómo psicóloga en los últimos años he ido a pláticas con algunas asociaciones que se dedican a trabajar con niños y con jóvenes y se han encontrado con el mismo problema en todo tipo de escuelas:
Los niños tienen un escaso respeto por sí mismos no se tratan con cuidado y tienen una baja autoestima. Las niñas se han vuelto un producto en el cual ellas mismas se ofrecen fácilmente ante cualquier postor.
Me ha sorprendido que en los colegios me han comentado que los maestros ya no tienen control del grupo…¿cómo es posible que ya no tienen control del grupo?
Yo recuerdo cuando entraba en mi salón, el famoso maestro de Historia Don Carlos y todo nos parabamos en absoluto silencio. Su sola presencia impactaba el salón y a todos los que estaban ahí. El profesor-maestro nunca utilizó métodos de castigo, simplemente se daba a respetar.
En la época en la cual crecimos algunos se llegó a conocer el fenómeno de padres ausentes. Curiosamente la vida es cíclica y los padres vuelven a brillar por su ausencia, pero esta vez ya no sólo el padre sino la madre también. Tratan de llenar la vida de sus hijos con artículos, viajes, máquinas de todo tipo, para hacerse cargo de lo mínimo indispensable, creyendo que con eso están llenando todo.
Me he documentado bien acerca del tema, no hablo por hablar.
Veo con tremenda tristeza como en algunas instituciones educativas, los niños tienen todos los dispositivos habidos y por haber en sus manos cuando no saben deletrear alguna palabra compleja, ó como pueden tener los muchachos mayores coches del año cuando no saben lo que es darle las gracias a las personas que les abren las puertas.
Hay casos de los famosos “niños intocables”, hijos de padres de consejos de patronatos o maestros o de un buen donador. Que es por el simple hecho de ser sus hijos nadie les puede decir nada, cuando el niño es verdaderamente un niño latoso.
Ya ni siquiera hablar de bullying, que es también tema de conversación. Un día llegué a un colegio para una consulta psicológica y escuché a un niño que estaba siendo reprendido y lo llevaban a la dirección, el niño le dijo a la maestra “usted no me puede hacer nada porque mis papás donaron esta biblioteca”. Me quede sorprendida ante el comentario. Jamás me hubiera podido imaginar a ver dicho semejante cosa a un maestro en mis años Mozos.
El maestro y en muchos casos las autoridades escolares han dejado de tener la autoridad que deben representar y por lo tanto su jerarquía.
En otros colegios deciden poner cualquier cantidad de reportes antes de que el niño maloso -por así llamarlo- tenga una consecuencia grave. Este tipo de reportes o acusaciones han dejado de tener fuerza. Y en algunos casos los padres defienden completamente al niño y no a la institución -Claro hay casos individuales que no son así-.
Al niño o niños que no respetan la autoridad, no les afecta en lo absoluto el tener reportes, más bien lo ven como un trofeo, y para cuando es llamado a la dirección la cantidad de reportes se ha acumulado sin consecuencia alguna. Sólo claro para el niño o niños que fueron víctimas de este niño bully (muchos niños sensibles, tranquilos que no buscan pleito y a los cuáles hacen llorar, lo único que requerían era un buen amigo).
Éste viene ser un tema que le atañe a todos las escuelas y a los padres.
Señores pongamos límites, no de una forma anticuada, pero por respeto a nuestros propios hijos, a nosotros mismos. Por el amor que les tenemos y porque debemos crear adultos responsables, hagámosles y hagámonos un enorme favor, decir NO con firmeza y con amor.
¿Porque? Pues porque simplemente hay límites en todo lo que es la vida, siempre debe haber un límite, sino lo único que está ocurriendo con los niños es que van hacer los futuros líderes que van a permitir absolutamente todo porque no hubo nadie que debió decirles en su momento: no.
No permitamos brechas, recordemos que somos los padres -y no solo como es la moda- si, seamos amigos pero antes que nada padres. Ya que puede pasar que se vuelva un problema que no se sepa manejar.
Recordemos que todo se extrapola…a la misma persona, a los amigos, a la familia nuclear y extendida y a toda situación social: somos reflejo de una educación.
P.D. Así mismo puedo escribir que hay muchísimos casos de niños con grandes valores con educación que viene de casa y que se fortifica en la escuela. Pero en este artículo quise hablar de límites, que deben ser puestos o impuestos para bien de nuestros hijos: en conjunto padres y escuelas, de otra forma estamos ante un problema.
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