En ultimas fechas hemos visto crecer de manera desmedida, las noticias de que “X” empresa líder en el mercado del Internet, planea demandar (si no es que ya lo hizo) a la empresa “Y”, quien a su vez es líder en el mercado de Internet o de telefonía o de videojuegos, por el uso no autorizado de sus patentes o de sus derechos de propiedad intelectual.
Es cierto que los fabricantes o “creadores” de nuevas tecnologías gastan fortunas en el desarrollo y creación y protección de sus inventos, pero esto más que para tener una protección eficaz de sus derechos de propiedad intelectual, les sirve para demandar y para evitar demandas de sus adversarios.
Es decir, estas empresas líderes en el mercado de que se trate, están gastando y dedicando energía y dinero no solo a la creación y desarrollo de más inventos, sino tanta o más en los litigios que conllevan dichos inventos.
Se dice que las grandes empresas del sector de Internet, videojuegos, computadoras y telefonía, tenían un acuerdo entre ellas, a fin de permitirse “hasta cierto punto” la utilización de sus tecnologías entre si, y de no demandar el uso no autorizado por parte de empresas “competidoras”.
Ya no es así, ahora la moda es demandar y acudir a la justicia para defender sus derechos de propiedad intelectual.
Mas aún, dada esta nueva moda, se desarrolló (que no nueva) la actividad de cacería de patentes, es decir, empresas internacionales que se dedican a buscar, localizar y comprar o registrar patentes en todo el mundo, con el fin de tener la mayor cantidad de acervo intelectual, y en algún momento, utilizarse como base de demandar a algún competidor o bien utilizarse en defensa de algún litigio instaurado en su contra.
El mes pasado, las empresas AOL y Yahoo! demandaron a Facebook.
Por su parte, Oracle presentó una demanda contra Google por su sistema operativo Android, misma demanda que se suma a la presentada en agosto del 2010, en la que Oracle “acusa” a Google por violar más de siete patentes de Java, que Oracle adquirió cuando compró Sun Microsystems.
En contrario, los grandes entes del sector, gastan millones de dólares en compra de patentes, como la gigante Microsoft, quien pago más de mil millones de dólares por patentes de AOL. Así mismo, Facebook reveló haber comprado 750 patentes de IBM, quien a su vez, también vendió tantas o más a Google.
No es de extrañar tampoco, que dos o más empresas “competidoras” se unan y junten sinergias en contra de algún tercero involucrado. Tal es el caso, por ejemplo, cuando Google transfirió una serie de patentes al fabricante de teléfonos HTC para ayudarlo a defenderse de su rival Apple, que también está involucrado en un conflicto con Samsung, otro de los principales usuarios del Android.
No hay que olvidar que varias empresas (entre los que se encuentran los gigantes Google, Apple y Microsoft) están a la caza de las patentes de Nortel, la empresa canadiense declarada en quiebra el año pasado.
Podemos determinar que la competencia entre las empresas ya no se limita solamente al mercado o a la captación de más consumidores de sus productos, sino que alcanza también a la compra y venta de más patentes, que como se dijo, servirán para demandar o para evitar ir a los tribunales.
Estas empresas gastan e invierten cantidades millonarias y estratosféricas en la compra de patentes y en los litigios envueltos, pero así también, son bastante onerosas las cantidades generadas cuando se ganan los litigios.
En ultimo caso, ¿Y los consumidores de toda esta nueva tecnología donde quedan?
Sería ilógico pensar que toda la cantidad de dinero generada por esta andanada de litigios sea con el único fin de tener cada vez más mayor poder económico, sino por el contrario, lo mejor sería que sirva o ayude para que se incentive la innovación y se generen más inventos patentables.
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