Los grandes escritores judíos de Bucovina

Por:
- - Visto 221 veces

Bucovina fue en el periodo comprendido entre finales del siglo XIX y 1939, en que comenzó la Segunda Guerra Mundial, una suerte de pequeña nación judía, donde se desarrolló una notable vida social, cultural, económica y política y también una intensa actividad literaria que tiene en su haber una extensa nómina de escritores judíos, cuyo principal punto en común es haber sobrevivido al Holocausto, pero no al suicidio en algunos casos. 

Aparte de esta dimensión judía, Bucovina es una pequeña región de Europa repartida entre Ucrania y Rumania pero que un día perteneció al Imperio Austro-Húngaro y tuvo un periodo de gran esplendor y desarrollo cultural entre el siglo XIX y 1918, en que el antiguo espacio imperial fue repartido entre sus vecinos. En esa época también la comunidad judía vivió sus mejores años y desde finales del siglo XVIII hasta el Holocausto, entre 1939 y 1945, la cifra de hebreos asentados en Bucovina no dejó de crecer y florecer en todos los ámbitos de la vida.

En 1908, por ejemplo, se celebró un congreso mundial judío en la capital de Bucovina, Cernauti, que era conocida por el poeta Paul Celan como “la pequeña Viena”. De su vida literaria, hay que reseñar algunos de sus mejores creadores, que fueron muchos, y acá presentamos una breve nómina de los mismos, aunque la lista casi sería interminable.


Dan Pagis. Nacido Radauti -hoy Rumania- en 1930, Dan fue deportado a los 11 años a un campo de concentración de Transnistria, en Ucrania, de donde se escapó en 1944, y de allí emprendió un largo viaje hacia el mandato británico de Palestina. Como tantos otros judíos, se educó en una familia judía de cultura alemana. Cuando tenía cuatro años murió su madre y el padre, con la intención de preparar el traslado de la familia a Palestina, lo dejó en Europa con sus abuelos y lo condenó al destino fatal del Holocausto, en ese aciago año de 1941. Desde 1946 trabajó como maestro en el kibutz Merhavia antes de licenciarse en literatura hebrea medieval en la Universidad Hebrea de Jerusalén donde más tarde sería profesor y se acabaría convirtiéndose en un experto en dicha materia. Murió de cáncer el 29 de julio de 1986 en Israel, muy lejos de su amada Bucovina de la niñez.

Edgar Hilsenrath. Sin haber nacido en esta región, la historia de este escritor está íntimamente ligada a la misma de una forma trágica. En 1938, a causa de los crecientes ataques de carácter antisemita en Alemania, la madre, Edgar y su hermano menor se establecieron en Bucovina, en Rumania, donde vivían los abuelos. Allí escribió su primera novela, que perdió más tarde durante la huida. En octubre de 1941, los fascistas rumanos deportaron a los tres miembros de la familia Hilsenrath al gueto de Cernauti, hoy Czernowitz. Edgar sobrevivió y, cuando el gueto fue liberado por el Ejército Rojo en marzo de 1944, permaneció seis meses más en Bucovina y más tarde, tras pasar por Bulgaria, Turquía, Siria y el Líbano, emigró a Palestina. Allí trabajó lavando platos, como temporero en el campo y de obrero de la construcción en un kibutz en Haifa, el desierto del Néguev y Tel Aviv. Acabaría en Estados Unidos, en 1951, y moriría en Alemania, a los 92 años, en 1998. Su gran contribución literaria sería su famoso libro El nazi y el peluquero, un auténtico best seller traducido a decenas de idiomas y donde se sintentizan sus sufrimientos bajo el nazismo.

Aharon Apelfeld. Appelfeld nació en Zhadova cerca de Cernauti -Czernowitz-, Rumanía —hoy Ucrania—. En 1940, cuando tenía ocho años, los nazis invadieron su pueblo natal y asesinaron a su madre, y él y su padre fueron deportados a un campo de concentración nazi en Transnistria, un territorio entonces ocupado por Rumanía. Más tarde, se escapó y estuvo escondido tres años antes de alistarse en el Ejército Rojo como cocinero. Tras la Segunda Guerra Mundial, pasó varios meses en un campo de refugiados italiano antes de establecerse en Palestina en 1946, dos años antes de la independencia de Israel, y pudo reunirse con su padre gracias a que encontró su nombre en una lista de la Agencia Judía para Israel. En Israel, Appelfeld pudo completar sus estudios y aprendió hebreo, la lengua que ha usado en sus publicaciones. Estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén y ha vivido en Mevaseret Zion, donde enseñaba literatura en la Universidad Ben-Gurión del Néguev. Adquirió una gran notoriedad como escritor en Israel y consiguió importantes premios, como el Bialik, el Israel y el Medicis, entre otros, por sus obras literarias.

Robert Flinker. Aunque no es un autor conocido ni traducido al español, no podemos, ni debemos, dejar de lado en esta breve nómina al psiquiatra y también escritor Robert Flinker, que pasó toda la Segunda Guerra Mundial escondido de los nazis y también de los rumanos que colaboraban con los alemanes en la “solución final”, viendo como caían sus amigos y familiares durante el Holocausto .Cuando los soviéticos liberaron Bucovina, en 1944, Flinker salió de su escondite y volvió a la vida “normal”. Autor de un libro mítico en la literatura rumana no traducido a otras lenguas, Prabusirea (El Colapso), Flinker se mudó tras la guerra a la capital rumana, Bucarest, en 1945, donde trabajó en el Hospital Central de Bucarest como médico y se acabaría suicidando en ese mismo año. No soportaba haber sobrevivido al Holocausto. Se sentía culpable por estar vivo sin haber hecho nada por sus desafortunados vecinos, no podía mirarse al espejo sin sonrojo y consideraba que vivir así era apto solamente para los más cobardes. Flinker decidió poner fin a lo que consideraba un sainete insoportable y lo hizo el 15 de julio de 1945, cuando la pesadilla ya había terminado dejando atrás un saldo de millones de muertos y las cenizas encendidas del horror de los campos.

Paul Celan. Esa misma angustia vital que embargó a Flinker, ese no sentirse ajeno al drama de millones en Europa que no alcanzaron a ver los primeros rayos de la esperanza, fue quizá la misma que atrapó al escritor rumano Paul Celan, quizá uno de los mayores poetas, paradójicamente, en lengua alemana, la de los verdugos de los judíos de Europa. Celan sobrevivió al Holocausto, conoció el horror de los campos y fue testigo en primera persona de la gran tragedia europea del siglo XX. Huyó a París porque no podía seguir viviendo en el mismo suelo donde había visto partir a sus familiares y amigos hacia la muerte. En Francia escribió compulsivamente pero no pudo seguir viviendo mientras otros no habían gozado de su suerte. La existencia se le hizo insoportable e irrespirable, sus poemas no justificaban seguir viviendo en un mundo  cruel e injusto, ajeno a unas mínimas normas de sujeción ética y moral. La noche del 19 de abril de 1970, tras haber sufrido varias crisis y trastornos e incluso haber estado internado en una institución psiquiátrica, Celan se suicidó arrojándose al río Sena desde el puente de Mirabeau.

Norman Manea. Finalmente, en esta nómina no puede faltar uno de los grandes escritores de Bucovina, Norman Manea, autor de obras mundialmente conocidas como La quinta imposibilidad, La sombra exiliada, El regreso del huligan, Payasos, El sobre negro y muchas más que desbordarían los límites de esta breve reseña. Norman Manea nació en la pequeña localidad de Burdujeni, en la Bucovina rumana, en 1936. Fue deportado en la infancia, junto con su familia, de origen judío, a uno de los campos de concentración abiertos por los colaboracionistas rumanos en Transnistria, en la actualidad Ucrania, del que regresó en 1945. Ingeniero de formación, durante los años sesenta se dio a conocer como escritor en la Rumanía comunista. Distanciado del régimen, en 1986 aceptó una beca para estudiar en Berlín occidental y al año siguiente se instaló en Estados Unidos. Actualmente vive en Nueva York y combina su actividad literaria con la docencia en el Bard College de esta ciudad norteamericana. Personalmente, de toda su obra destaco especialmente su retrato biográfico, contenido en La quinta imposibilidad, de la enigmática y carismática líder comunista rumana Ana Pauker, víctima de los procesos estalinistas en Rumania, y una de las primeras mujeres europeas en tener un papel protagónico en la vida política de su país y me atrevería a decir que en la escena internacional, llegando a ser portada de la revista Time por su relevancia mundial.

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: