Los “hijos” de Hitler

Bettina Goering, de 53 años, es la sobrina nieta de Hermann Goering, brazo derecho de Hitler, fundador de la Gestapo y responsable de la muerte de miles de judíos en los campos de concentración del nazismo. Ahora vive en Santa Fe, Nuevo México, donde practica la medicina naturista. Bettina cuenta que tanto ella como su hermana fueron esterilizadas voluntariamente. “Me hice ligar las trompas a la edad de 30 porque temí que pudiera crear otro monstruo. En principio, me parezco a él (Goering): los ojos, los pómulos, el perfil. Me parezco más a él que su propia hija”.

Bettina dice que su padre, Heinz, fue adoptado y criado por su tío Hermann Goering después de la muerte de su abuelo. Goering fue condenado a muerte junto con otras 11 personas en los Juicios de Nuremberg en 1946 y, finalmente, se suicidó ingiriendo una pastilla de veneno en su celda la noche antes de su ejecución.

El padre de Bettina, que murió en 1981, nunca habló sobre el Holocausto, o acerca de su famoso pariente. “Pero mi abuela era menos evasiva: lo adoraba”, cuenta ella. “Como jefa de la Cruz Roja en la Alemania nazi se codeó con otros altos dirigentes del régimen y tenía muchas fotos de ella junto a Hitler. “Un día estábamos viendo un documental en la televisión sobre el Holocausto y ella gritaba: es todo mentira, no fue así “, cuenta Bettina.

Otra de las entrevistadas en el documental “Hitler’s Children” es Monika Hertwig, de 65 años, hija del comandante nazi Amon Goeth, interpretado por Ralph Fiennes en la película “La lista de Schindler”. Monika cambió su apellido para no llevar el mismo de su padre. Ella se refiere a los sentimientos que le genera saber que su progenitor mataba niños por deporte, un hobby siniestro que parecía disfrutar si sus víctimas sufrían esa muerte con lentitud.

Niklas Frank, de 70 años, hijo de Hans Frank, el gobernador de Hitler al ocupar Polonia y responsable del exterminio programado de seis millones de judíos, es otra de las personas que brindan su testimonio. Hans Frank fue ahorcado por los aliados después de la guerra, pero Niklas dice que él fue “condenado a una muerte en vida” debido al fanático que tenía como padre.

Janoj Zeevi, el director israelí del documental dice: “He encontrado algo fascinante entre los hijos de los autores materiales del Holocausto y los hijos de los sobrevivientes. Unos y otros estuvieron, desde niños, sujetos al holocausto diario que les hizo difícil seguir con sus vidas. Aunque ambos finalmente se enfrentan al pasado y pueden seguir adelante”.

Hitler no tuvo hijos. Los hijos de su jefe de propaganda Joseph Goebbels murieron a manos de sus padres en el mismo bunker en el que el Führer supuestamente se suicidó. Pero muchos otros, en el oscuro corazón del Reich, tenían familias, ya que fue algo especialmente alentado por Hitler, que idolatraba a los jóvenes como la piedra angular de su imperio programado para permanecer 1000 años.

Algunos de estos descendientes recuerdan incluso haber sido acariciados en la cabeza por Hitler de niños, cuando iban con sus padres a la casa de montaña en Berchtesgaden. Ahora se han tomado su tiempo para aparecer ante las cámaras y poder hablar de sus sentimientos de dolor y de confusión, a veces mezclados con el amor y el arrepentimiento.

Niklas Frank cuenta que su padre lo llevó a un campo de exterminio como un buen oficinista llevaría a su hijo a su lugar de trabajo. Recuerda haber visto prisioneros atormentados mientras él y su padre se reían. Recuerda una escena: “Un hombre delgado fue montado en un burro salvaje por las poderosas manos de los alemanes. El burro se resistió y el hombre se cayó. Lo volvieron a subir sobre el burro, mientras lo abofeteaban. Luego bebimos cacao con el soldado más importante. Esas son las malditas imágenes que tengo de mi padre. Sueño con los montones de cadáveres en los campos. Mi país nunca se librará de esa historia. Es una historia que aún no ha terminado “. Frank se dedica a dar conferencias sobre su historia, en un intento por evitar que resurja el nazismo entre los jóvenes desempleados y desesperados de su país.

Otra situación muy difícil para los niños descendientes de los jerarcas nazis es el hecho de haber creído en sus infancias que eran descendientes de héroes, para después enterarse de que no lo eran. “Somos los descendientes de criminales y asesinos de masas “, señala Monika Hertwig, y asegura no poder aceptar nada de su propio padre, comandante de Auschwitz, que fue ahorcado en 1946 por el asesinato de decenas de miles de personas, 500 de ellas con sus propias manos.

Ella dice: “A él le gustaba disparar a las mujeres que llevaban bebés en sus brazos desde el balcón de su casa, para ver si una bala puede matar a dos personas a la vez. ¿Hasta dónde se separa el asesino de quien fue tu padre? ¿Qué parte del asesino está en mí? Estas cosas me atormentan. Siempre me acuerdo de una experiencia de 1958. Un hombre estaba lavando platos en un café y se arremangó la camisa y vi el número tatuado en su brazo. Él había estado en un campo. Me dijo que había estado en Cracovia. ‘Oh, mi padre tenía allí un campamento’ – le dije-. Se quedó paralizado. ‘¿Tu padre era Amon Goeth?’, me preguntó. Y le sonreí, feliz de encontrar a alguien que me dijera cosas de mi padre. El señaló la puerta de la cafetería y me dijo que no volviera”.

También cuenta que su madre, Ruth, era amante de Goeth y se suicidó en 1983, incapaz de comprender los crímenes del hombre al que amaba. Monika tenía 11 años cuando Ruth le dijo: “Eres como tu padre y morirás como él”. Monika dice: “Creo que era un sádico que sentía placer al matar”.

Por su parte, Katrin Himmler, de 43 años, es la sobrina nieta de Heinrich Himmler, el jefe de las SS a cargo del programa de exterminio. Ella dice: “Yo no creo que heredé su maldad, pero vivo con su nombre. Cuando tenía 11 años la serie de televisión ‘Holocausto’ se pasó en Alemania. Me senté en mi escritorio y lloré y lloré porque el nombre de Himmler se repitió cientos de veces en esa película. Me di cuenta de que era el peor asesino serial de los tiempos modernos. Pero yo no soy responsable”.

Otros hijos de nazis son entrevistados en el documental que se estrenó en 2010. Entre ellos, el profesor de arqueología Ricardo Eichmann, quien habla de su padre -llamado “asesino de escritorio’- Adolf Eichmann, el burócrata que organizó el transporte de los millones de judíos a los centros de exterminio y que posteriormente fuera secuestrado por agentes israelíes en Buenos Aires y trasladado a Israel, donde fue ahorcado por sus crímenes en 1962. Ricardo explica: “Tiendo a comparar nuestra historia familiar a la de un cohete de múltiples etapas. Mi padre era la parte que se cayó al mar poco después de despegar, mientras seguimos volando. Me alegro de no tener que vivir con él”.