Los Hijos de Sefarad. Inmigración y presencia criptojudía en Hispanoamérica, 5ta. parte

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Identidad criptojudía

La identidad es aquello que determina en una persona su lugar dentro de una comunidad; en ella se incluye una existencia continua, una memoria y una historia común. El desarrollo de una identidad presupone una comunidad de valores tradicionales que llegan a ser significativos para cada una de las personas que lo conforman. Los procesos históricos están íntimamente relacionados con la identidad.

La conformación de la identidad está adscrita a la presencia de tres factores, señalados por Michael Pollak como indispensables, una unidad física que sirva como marco espacial de referencia, la continuidad en el tiempo con respecto a su espacio y un sentimiento de coherencia, es decir “… que los diferentes elementos que forman a un individuo sean positivamente unificados por la comunidad, lo que equivale a la cohesión social del grupo.”


La identidad de los criptojudíos estaba trasfigurada desde que salieron de la península, sin embargo, como reacción necesaria frente al rechazo que impuso la Inquisición, se definieron actitudes en torno al judaísmo de acuerdo con las opciones limitadas que ofrecían las circunstancias. La necesidad de tratar de definirse entre ser judío, ser católico o ambos, creó un ambiente de sospechas, las posibilidades de las comunidades judías de la península, de mantener su identidad se anularon, con lo cual se desmembró la trayectoria cultural milenaria que les dio sentido en el pasado. La imposición de una religión ajena motivó cuestionamientos de pertenencia e identidad que envolvió a los conversos en una dinámica de ocultamiento en la que se disolvían los límites entre el ser y el deber ser. De acuerdo con las circunstancias dadas, los criptojudíos trataron de mantener el arraigo a su fe, adecuando ciertas prácticas rituales aprendidas de sus ancestros, manteniendo rasgos del sentido de identidad, tanto en grupo como individualmente.

Elementos como la religión, la pertenencia o relación con ciertos puntos de la geografía peninsular, las relaciones comerciales y los vínculos con comunidades judías esparcidas en diferentes puntos del orbe, permitieron a los anusim mantener cierto sentido de identidad, que los identificaba ya no como judíos en el estricto sentido de la palabra, si no como judaizantes clandestinos, que dependían del secreto para mantener su supervivencia. La doble identidad, el secreto y la presión ejercida por las autoridades eclesiásticas, generaron una identidad en la que los individuos se debatían entre la fidelidad a la fe de sus ancestros y la necesidad de mantenerse con vida.

Los vínculos familiares son también importantes para estas comunidades, ya que de ellos dependen la permanencia de ciertas tradiciones como el Sabbat, la pascua judía o la forma adecuada de preparar los alimentos. La prohibición del judaísmo significo la desaparición de los elementos identificados con la religión oficial, por lo que los conversos dependían de aquello que se enseñaba de padres a hijos. Estos mismos vínculos familiares, serán también los causantes de la muerte de varios miembros de las comunidades anusim, pues el Santo Oficio se encargó de perseguir y juzgar a los familiares de los procesados a todo lo largo de Iberoamérica.

Para finales del siglo XVII, los procesos contra conversos disminuyeron, en parte por los perdones otorgados por el papado y también porque las comunidades se sumieron cada vez más en la clandestinidad, si bien muchas prácticas y costumbres judías aún son observables en varios pueblos de Hispanoamérica en la actualidad, esto no implica que todos los habitantes de dichos pueblos desciendan de conversos y la mayoría desconoce lo que dichas tradiciones significan, es innegable que varios descendientes de los desterrados de Sefard, fueron capaces de insertarse en la sociedad colonial, pese a las persecuciones y hoy sus costumbres forman parte de la identidad regional y familiar de muchos países de Latinoamérica, que en buena medida desconocen esta cuarta raíz de la historia de nuestro continente.

Bibliografía

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Acerca de Andrés Esteva Salazar

Historiador, mexicano, condesino, bon vivant, ciudadano del mundo.

1 comentario en «Los Hijos de Sefarad. Inmigración y presencia criptojudía en Hispanoamérica, 5ta. parte»
  1. Hay miles o decenas de miles de criptojudíos que conservamos costumbres, tradiciones, mizvot, comida cosher, hacer shejitá y proceso de salado a los animales antes de comerlos, casamientos con las mismas familias para no perder los genes, idioma ladino o español muy antiguo en los hogares maternos, circunsidar a los niños al octavo día conforme a la ley de Moisés y muchas cosas tan antiguas que aún se conservan en las familias criptojudías hoy día. Los apellidos tan insigificantes para muchos judíos que se usan en nosotros los criptojudios, que para nosotros si son importantes como López, este apellido está o representa a la tribu de Benjamin, cientos de apellidos que vienen de las tribus de Benjamín y la tribu de judá, apellidos que representan a los profetas y apellidos que representan a linajes de reyes de Israel, hoy día se conservan en los criptojudíos, entre muchas cosas más.

    MARIN DE J. VILLATORO HERRERA

    Saludos.

    Responder

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